Educación

Ayuda a tu hijo adolescente a controlar sus cambios de humor

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cambios humor adolescente
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Si eres padre o madre de un/a adolescente sabrás que sus cambios de humor pueden ser exageradamente estresantes. Los adolescentes tienen una revolución de hormonas que les acompaña en su interior durante la pubertad. Los cambios de humor no siempre son fáciles de controlar y a muchos de ellos, les cuesta conseguirlo.

Como padre o madre que eres, es un desafío saber cómo puedes ayudar a tu hijo/a adolescente a controlar sus emociones y sobre todo, a que aprenda a controlar la montaña rusa emocional que tiene cada día de la forma más saludable posible.

Los cambios de humor

Los adultos pueden sentirse de alguna manera, identificados en estos cambios de humor… todos los adultos han pasado por la adolescencia y pueden comprender cada una de las emociones sentidas por sus hijos adolescentes… pero se afrontó y eso es lo que hace que los adultos sean quienes son hoy.

Incluso los adultos toman medidas para prevenir los brotes emocionales causados por las hormonas. Los cambios de humor son una parte natural del crecimiento y aquí hay algunos consejos que puedes utilizar para ayudar a tu hijo/a adolescente a superarlos.

Reconoce lo que sucede

No mires hacia otro lado ni tampoco esperes que se pase solo… debes estar al lado de tu hijo adolescente aunque te pida soledad. También deberás tener encendido constantemente (aunque sea agotador) el interruptor de ‘disciplina’. No se trata únicamente de que tus hijos tengan un mal comportamiento, puesto que para ellos no es fácil lidiar con los sentimientos que le provocan las diferentes situaciones que viven junto con esas emociones.

Aunque esto también te ocurre a ti como padre o madre, es complicado ayudarle cuando no sabes lo que está sucediendo. Esta etapa es nueva para ellos y aún no han aprendido a reconocer y controlar esas emociones tan desbordantes.

hijo adolescente cambios humor

Anima a tu hijo adolescente a identificar sus sentimientos, ayúdale a reconocer las señales del mal humor para que entienda qué es lo que le está sucediendo. Dile que aunque no sepa lo que le ocurre exactamente, la sensación pasará. Hazle sentir que no está solo/a y que lo que le ocurre, le pasa a todo el mundo.

Enséñale nuevas habilidades

Todas las personas deben aprender a lidiar con las emociones. Con el paso de los años, se descubre lo que desencadena la ira o la tristeza y se aprenden las formas de controlarlo para poder funcionar sin que el bienestar se vea perjudicado. Los adolescentes aún no saben cómo hacer eso, es algo que necesitan aprender.

Cuando estéis en calma podéis hacer un juego de roles y enseñarles a contar desde el 10 y hasta que se calmen los nervios. También puedes decirle que cuando se sienta nervioso/a puede escuchar música o salir a caminar. Esto le ayudará a que su mente se despeje. Modela estos comportamientos para que realmente seas un buen ejemplo a seguir para tus hijos.

Ten un estilo de saludable en casa

Los elementos más básicos de una vida sana pueden hacer mucho para mejorar el estado de ánimo de todos. Puedes crear una familia más feliz apoyando hábitos saludables en tu hogar. Para ello:

  • Asegúrate de que todos descansan lo suficiente
  • Potencia una dieta sana y equilibrada en casa
  • Potencia el ejercicio o la vida no sedentaria
  • Sé un buen modelo a seguir teniendo comportamientos adecuados
  • Prioriza la educación emocional en la crianza de tus hijos

Distracciones y apoyo incondicional

Si tu hijo/a adolescente tiene emociones demasiado tensas a menudo, como tristeza o enfados… puedes tomar medidas preventivas mediante la realización de actividades que le interesen, así se le quitarán de la cabeza esas emociones. De esta manera se mantendrá mejor un humor equilibrado en el adolescente. Es una forma de que el adolescente aprenda habilidades de afrontamiento y resistencia, canalizando la energía negativa y convirtiéndola en positiva.

También, si tu hijo adolescente necesita un poco de espacio, permíteselo… dale la privacidad que necesite, por ejemplo para llorar. Simplemente recuérdale que cuando lo necesite estarás ahí para escucharle y apoyarle.

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