Educación

Poemas para niños salidos de la pluma de Carmen Gil

Disfruta la magia de Carmen Gil, su poesía encanta a los niños con imaginación y emoción.

[mashshare icons=»1″]

Carmen Gil poemas
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Muchos niños prefieren los cuentos clásicos infantiles, pero los poemas también pueden convertirse en un recurso excelente para dar rienda suelta a su imaginación e invitarles a descubrir mundos mágicos. Eso sí, hay que saber elegir bien los versos para que despierten el interés en los peques y los cautiven a la primera oportunidad. En este sentido, los poemas de Carmen Gil, la escritora española de literatura infantil, pueden ser una excelente opción. Con más de 100 libros editados y traducidos a diferentes idiomas, esta autora atesora en su haber muchísimos poemas llenos de ternura y encanto escritos con un lenguaje muy sencillo y comprensible para los niños que seguramente les encantarán.

7 poemas infantiles con el sello de Carmen Gil

Tanto si se trata de encontrar un poema para entretener a los niños como de unos versos para inculcarles valores positivos, Carmen Gil siempre tiene una poesía a mano. Sus poemas dedicados a los peques abordan temas tan variados como la igualdad, las emociones y los buenos valores hasta historias de personajes célebres o de celebraciones. En su amplio catálogo poético seguramente encontrarás más de un poema para cautivar a los niños y familiarizarlos con este género literario. He aquí algunos poemas que llevan su sello, salidos de su página personal Poemitas

1. Alegría

Hoy está alegre Simón.
Ve cosas maravillosas.
Vuelan en su corazón
montones de mariposas.

Y suenan en su cabeza
puñados de campanillas.
Se sacude la pereza.
Le dice al sol: “¡Cuánto brillas!”.

Con sus rayos deslumbrantes,
Simón ve el mundo mejor.
Siente burbujas danzantes
que saltan en su interior.

Lo que le pide mamá,
hoy lo hace de mil amores.
y ve que allá adonde va
son más vivos los colores.

En el espejo, Simón,
se saluda embelesado,
porque le gusta un montón
el ser que ve reflejado.

Su sonrisa luminosa
le llega de oreja a oreja,
pinta la vida de rosa,
¡todas las sombras aleja!

Es alada y se contagia.
Te acaricia como el viento.
Cuando llega, con su magia,
te alborota el pensamiento.

La sonrisa de Simón
sale volando a tu encuentro,
se cuela en tu corazón
y hace cosquillas por dentro.

2. Canción de las emociones

Cuando me miro por dentro,
¿qué emoción es la que encuentro?
Es muy fácil, ya verás:
¡lo sabrás en un pispás!

La alegría es sonriente.
Se contagia al que está enfrente.
Y bailan en tu interior
mariposas de color.

La tristeza es apagada
y no te apetece nada.
Como un globo deshinchado
o como un día nublado.

El miedo es una emoción
que acelera el corazón.
Y conforme va creciendo
te empuja a salir corriendo.

Con la sorpresa, en el acto,
te quedas estupefacto,
boquiabierto y alelado,
si surge algo inesperado.

Es la ira como un ciclón,
un volcán en erupción
o también una tormenta
con más truenos de la cuenta.

Viene el asco acompañado
de rechazo y desagrado.
Te hace apartar, vigilante,
todo lo que es repugnante.

3. La abuelita bucanera

La abuelita bucanera
es pirata aventurera
y le baila el corazón
cuando maneja el timón.

Con viento o con calma chicha,
navega llena de dicha,
del uno al otro confín,
en busca de un buen botín.

Si se le enfrenta cualquiera,
le saca la espumadera.
No hay pirata más valiente
en todo el mar de poniente.

Sigue el mapa de un tesoro,
mientras su loro Heliodoro
repite sin ton ni son:
“Por las barbas de Tritón”.

Navega de puerto en puerto
buscando un lugar desierto.
llegan a una isla remota
donde no hay ni una gaviota.

En ella el sol nunca brilla.
Cuando atracan en la orilla,
un fantasma entrometido
da un espeluznante aullido.

La pirata no se achanta.
En vez de asustarse, canta.
Suelta tan tremendos gallos
que hay lluvia, truenos y rayos.

El fantasma, acobardado,
se va por donde ha llegado,
corriendo que se las pela.
¡No hay quien pueda con la abuela!

En la playa del Delfín
halla por fin el botín.
El cofre les quita el hipo
¡Hay libros de todo tipo!

Humor, terror, fantasía…
Salta y brinca de alegría.
Después del mar −asegura−
lo mejor es la lectura.

El hallazgo la entusiasma,
pero no olvida al fantasma.
Le deja, con buen criterio,
cinco libros de misterio.

Zarpan el loro y la abuela
con su barco a toda vela,
que hay mucho mundo por ver
y libros para leer.

4. Marie Curie

Es una niña estudiosa,
Inteligente y curiosa.
Desde chica, a la criatura,
le apasiona la lectura.

En Varsovia, al ser mujer,
Marja no iba a poder
ir a la Universidad
y se marcha a otra ciudad.

En la capital de Francia,
con entusiasmo, constancia
y una enorme fuerza anímica,
estudia Física y Química.

Como no tiene dinero,
casi no enciende el brasero.
Se alimenta, pobrecilla,
de té y pan con mantequilla.

Se casa con Pierre Curie
y va de aquí para allí
en bicicleta con él.
¡Menuda luna de miel!

Marja trabaja un montón
Entre la investigación
sus dos hijas y la casa,
el tiempo rápido pasa.

Ella y Pierre, con su talento,
hacen un descubrimiento:
radio y radiactividad.
¡Qué inmensa felicidad!

La reconocen con creces:
¡le dan el Nóbel dos veces!
-caso único en la historia-
a esta mujer tan notoria.

Gracias a su sacrificio,
que vence cualquier prejuicio,
y a su gran genialidad,
avanza la humanidad.

5. ¡Qué calor!

El camello Amador
pasa mucho calor.
Es que, entre duna y duna,
no hay corriente ninguna.

Está el pobre hasta el gorro
de sudar siempre a chorros,
y hasta la coronilla
de utilizar sombrilla.

Es que a cincuenta grados
no hay bebidas ni helados
que alivien el bochorno.
¡El desierto es un horno!

Se refresca el hocico
moviendo el abanico.
Y, cuando se le antoja,
se moja y se remoja.

Mas al atardecer,
sin saber ya qué hacer,
abre un libro que un día
le regaló su tía.

Y conoce a Manolo,
un pingüino del Polo
que patina en el hielo
con su hermano gemelo.

Se lo pasa genial,
porque un niño esquimal
a ver su iglú lo invita.
¡Qué casa tan bonita!

Descubre de repente
que puede, con su mente,
volar a Terranova
sin mover la joroba.

Divertido, Amador,
se olvida del calor.
Hace viajes librescos
a lugares muy frescos.

Se echa junto a un arbusto
y está la mar de a gusto
con un libro delante.
¡Leer es fascinante!

Poemas infantiles Carmen Gil

6. El cangrejo y el bogavante

Ve de lejos el cangrejo,
desconcertado y perplejo,
cómo pasa un bogavante,
caminando hacia delante.

Piensa: «El asunto es sencillo:
a este le falta un tornillo.
¡Qué animal tan sorprendente!
¡No es normal andar de frente!».

El bogavante, asombrado,
ve al cangrejo andar de lado
y comprende en un instante
que es un ser extravagante.

«Nunca vi mayor rareza.
Ha perdido la cabeza
─le dice a su amigo el choco─.
¡El mundo se ha vuelto loco!».

Un día de mar en calma
se hacen amigos del alma
y descubren, sonrientes,
que es genial ser diferentes.

7. Manuela y Ayena

Requetefeliz, Manuela
se levanta de la cama
en cuanto papá la llama.
¡Le gusta mucho la escuela!

Sale de su casa Ayena
después de desayunar.
Va a trabajar al telar.
¡Es una dura faena!

Manuela en el cole canta,
aprende, juega a la comba…
Allí se lo pasa bomba,
y su maestra le encanta.

La mente de Ayena vuela
mientras está haciendo nudos
con sus deditos menudos.
¡Sueña con ir a la escuela!

Manuela regresa a casa
y ve la televisión.
Leyendo en su habitación,
el tiempo rápido pasa.

Ayena cuando termina,
si todavía es temprano,
friega, cuida de su hermano,
ordena, limpia, cocina…

Manuela piensa en Ayena
y decide, en un segundo,
intentar cambiar el mundo,
poner su grano de arena.

Mucha gente la acompaña,
se anima a echar una mano,
pues sabe que grano a grano,
se levanta una montaña.

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *