Educación

La técnica del reloj, un recurso excelente para trabajar la conducta infantil

Descubre qué es la técnica del reloj y cómo aplicarla

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Técnica reloj
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Educar a un hijo es uno de los retos más difíciles a los que deben enfrentarse los padres. Los niños no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo, por lo que a menudo es necesario recurrir al instinto y a la paciencia para moldear la conducta infantil desde una edad temprana.

Sin embargo, aunque no hay atajos ni fórmulas mágicas para encauzar las pautas educativas, sí existen algunas herramientas que no solo pueden ayudarte a trabajar el comportamiento de tus hijos sino también a mejorar la dinámica familiar. La técnica del reloj es uno de esos recursos.

¿En qué consiste la técnica del reloj? Los beneficios para el desarrollo infantil

Diseñada para corregir la conducta infantil, la técnica del reloj se enfoca en el entrenamiento de diferentes actividades cotidianas. Básicamente, la técnica se centra en promover la realización de determinadas tareas con el objetivo de enseñar a los peques a organizarse mejor y concentrar su atención en una única actividad. De hecho, es una estrategia sencilla para que aprendan patrones de comportamiento positivos y ganen responsabilidad a medida que crecen.

Sin embargo, lo cierto es que esta técnica va mucho más allá de la educación de la conducta. También es un recurso excelente para fomentar la concentración infantil y estimular el autocontrol desde una edad temprana. Cuando se aplica correctamente, esta técnica es una herramienta ideal para potenciar el desarrollo del pensamiento lógico, fomentar la conciencia del tiempo y entrenar la memoria de trabajo.

Vale destacar que la técnica se recomienda para los niños menores de 8 años ya que es mucho más efectiva durante la primera infancia, cuando aún se están formando los hábitos y patrones conductuales. Sin embargo, eso no significa que esta herramienta no pueda utilizarse a otras edades. Si los niños más mayorcitos carecen de una buena organización, tienen un pobre autocontrol o les cuesta asumir responsabilidades, la técnica del reloj puede ayudarles a ser más disciplinados en su vida cotidiana y a centrarse en las tares más prioritarias de su día a día.

¿Cómo aplicar la técnica del reloj en tres pasos?

Incluir la técnica del reloj en la dinámica familiar es muy sencillo, pero es importante aplicarla bien si quieres obtener buenos resultados. El primer paso consiste en explicarles a los más pequeños de casa, con un lenguaje sencillo y fácil de entender, en qué consiste la técnica, cómo se implementa y qué beneficios le reportará. De esta manera, los niños se sentirán más implicados y se esforzarán por cumplir cada paso de la técnica. Una vez que los pequeños estén preparados:

1. Elige la actividad a realizar

Uno de los pasos fundamentales de la técnica del reloj consiste en elegir las actividades a trabajar. Lo ideal es comenzar por tareas sencillas, que no requieran demasiadas competencias y sean fáciles de ejecutar para que los niños aprendan cómo funciona la técnica. Por ejemplo, puedes empezar con tareas como recoger los juguetes, hacer la cama, poner la mesa o recoger las hojas secas del jardín. Para facilitar el proceso, comienza con una tarea a la vez. A medida que vayan ganando habilidades, podrás incrementar el número de actividades y la complejidad de las mismas.

2. Simplifica la tarea en pasos

Reducir las diferentes actividades en tareas más sencillas no solo les permite a los niños automatizar el proceso sino también simplificarlo. La idea consiste en identificar los diferentes pasos que se necesitan para completar cada acción, de manera que pueda realizarse por partes. Por ejemplo, para recoger los juguetes se debe abrir la caja, cajón o armario donde se van a guardar y luego llevar cada juguete hasta su lugar de almacenamiento para colocarlo en su sitio. Obviamente, mientras más compleja sea la actividad más pasos habrá que definir.

Técnica reloj trabajar conducta infantil

2. Delimita los plazos de tiempo

Por último, y el paso más importante de la técnica del reloj, consiste en establecer plazos de tiempo para cada actividad. Ese será el tiempo que los niños tendrán para ejecutar las diferentes tareas. Obviamente, debe adaptarse a la complejidad de la actividad y el nivel de desarrollo infantil ya que mientras un niño de 5 años puede necesitar 15 minutos para recoger sus juguetes un pequeño de 8 años puede conseguirlo en 5 minutos. Al menos al inicio, se recomienda no ser demasiado estricto con el tiempo y dejar un margen para que los peques no se sientan tan presionados. A medida que vayan ganando habilidades con la técnica, se puede reducir el plazo de tiempo para mejorar su capacidad de organización.

¿Qué debes tener en cuenta al aplicar la técnica del reloj?

Para tener éxito con la técnica del reloj no basta con seguir todos los pasos, también es importante motivar a los niños durante el proceso. Ya sea con una frase motivadora como “Tú puedes conseguirlo”, una música inspiradora de fondo o unos simples aplausos, insta a los más pequeños de casa a poner todo su empeño en conseguirlo. Así, no solo les imprimirás un extra de energía, sino que evitarás que se frustren y pierdan las ganas de intentarlo a mitad de camino.

Otra estrategia para lograr que la técnica funcione y que los niños se involucren en el proceso consiste en utilizar elementos extrínsecos como por ejemplo un cronómetro, la alarma de un reloj o un reloj de arena para medir el tiempo de cada actividad. De esta manera, los pequeños tendrán otro factor motivacional para poner su máximo esfuerzo en la tarea que realizan. A la larga, no solo les ayudará a cumplir sus objetivos a corto plazo, sino que también les enseñará a encontrar nuevas formas de organización más efectivas.

Por último, ten en cuenta que cuanto antes comiences a aplicar la técnica, mejores serán los resultados ya que estarás enseñando a los niños a organizarse y ganar responsabilidad desde una edad temprana. Eso sí, a medida que los niños crezcan será necesario adaptar la técnica a su nivel de madurez pues aunque los más pequeñitos necesitan más estímulos externos, en los niños mayores es importante enfocarse más en el autocontrol y el desarrollo de estrategias de resolución de problemas realmente eficaces.

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