Cómo ayudar a un niño a lidiar con el estrés
El estrés negativo no es saludable, es necesario aprender a manejarlo
Son muchas las situaciones que puedan hacer que los niños se sientan estresados y que tú, te preocupes por ellos. Puedes notar algunos cambios en su comportamiento como que tu hijo ya no es tan risueño, se siente irritable y parece que está casi siempre de mal humor. Todos los días hace sus deberes y también está apuntado a diferentes actividades, por lo que parece que está teniendo dificultades para conciliar el sueño.
Los adultos solemos hablar que sentimos estrés, pero en muchas ocasiones se puede olvidar que los niños experimentan también estrés. Los niños que están preocupados por hacer todo bien y además llevarse bien con los amigos, se preocupan por su familia y también por sus mascotas. Los niños también experimentan períodos de estrés agudo, como cuando muere un ser querido o cuando sus padres se divorcian.
En este artículo
Cómo ayudar a un niño a lidiar con el estrés
Como adultos, podemos averiguar diferentes maneras de lidiar con el estrés en nuestras vidas. Necesitamos ser capaces de enseñar a nuestros hijos a hacer lo mismo. Pero entonces, ¿qué puedes hacer? ¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a lidiar con el estrés con éxito?
Estrategias rápidas para calmarse
Cuando los niños experimentan estrés, necesitan estrategias sencillas para poder encontrar la calma.
- Respiraciones profundas. La clave para una buena respiración profunda es tener los movimientos en el vientre y no en el pecho. Para conseguirlo habrá que poner una mano sobre tu vientre y otra sobre tu pecho. Cuando respiras, el estómago deberá estar en movimiento. Cuando respiras el estómago debe moverse. Para que sea divertido para los niños puedes utilizar pompas, molinillos de viento o poner un oso de peluche en el estómago.
- Imagina tu lugar favorito. Haz que tu hijo imagine su lugar favorito en el mundo. Puede que sea la playa o el bosque, que sea un lugar tranquilo. Procura que tu hijo utilice sus 5 sentidos para pensar en ese lugar y que ‘permanezcan allí’ durante unos minutos.
- Elegir un número. A veces es fácil centrarse en algo simple como contar. Haz que los niños escojan un nuevo y cuenten a partir de él. Podrían también escoger un número al azar como el 200 y contar hacia atrás de siete en siete. La mente se calmará rápidamente.
Hablar sobre el estrés
Es necesario que los niños sepan que el estrés existe y por eso es importante hablar sobre ello. Una forma sencilla de preguntar acerca de su día es preguntando sobre las cosas buenas que ocurrieron -que puedes llamar rosas- y las cosas malas que le sucedieron -que puedes llamar espinas-. Quizá el niño se muestre reacio a hablar contigo, pero si lo haces en un lugar neutro como el coche será un buen método para potenciar la conversación.
La escritura también es una buena forma de comunicación. Podéis hacer un diario conjunto para poder hablar sobre las cosas que generan estrés y después buscar soluciones para que se sientan mejor.
Simplificar el horario
Muchos niños sienten verdadera presión para cumplir con sus horarios, por eso será necesario reestructurarlo si es necesario. Si a tu hijo hay algo que le gustaría dejar de hacer, no lo pienses y reduce su horario en una o dos actividades a la semana, así podrían reducir su estrés. La simplificación de su programación puede tener un beneficio añadido ya que puedes permitirle un tiempo de descanso y tener libertad para jugar, algo que además de aliviarle el estrés, es totalmente necesario para su salud y su bienestar.
Sé un buen ejemplo
Como padres, somos los primeros maestros de nuestros hijos. Observan nuestros comportamientos y ven lo que hacemos cuando estamos estresados. Tenemos que modelar buenas estrategias de afrontamiento para que sean saludables. Habilidades de afrontamiento de estrés pueden ser: respiraciones, contar restando, ir al gimnasio, hacer un crucigrama, leer, tumbarte en la cama y cerrar los ojos, escuchar música… busca la tuya.
La próxima vez que te sientas estresado, utiliza una habilidad de afrontamiento y comparte esta información con tu hijo. Reconoce lo que te ocurre: ‘Me siento estresado ahora mismo y necesito un pequeño descanso. Voy a escuchar música durante 10 minutos’.
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