Familia

Basta de niñofobia, los niños necesitan hacer ruido, saltar, reír… ¡y jugar!

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niñofobia
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Un niño feliz no estará sentado en una silla, callado y sin hacer ruido. Si un niño pequeño está todo el tiempo sentado y sin jugar, entonces deberás empezar a preocuparte porque un niño feliz necesita hacer ruido, saltar, reír… ¡y jugar! En caso contrario, entonces deberás llevar a tu hijo al pediatra porque algo le ocurre. Todos los padres quieren criar a niños felices, pero para eso, es necesario dejar la ‘niñofobia’ a un lado.

La alegría de sonreír

Los niños cuando se lo están pasando bien tienen una gran sonrisa en la cara, y esa sonrisa es lo mejor que un padre o una madre puede ver cada día en el rostro de sus hijos. No importa si saca malas notas en un examen si sabes que se ha esforzado, tampoco pasa nada si no es el mejor de su equipo deportivo o si no es el más sociable de su clase… Lo que importa es que no pierda esa maravillosa sonrisa que te ilumina el camino de la vida.

Hay quienes piensan que los niños más inteligentes, los que tienen más amigos o los que tienen más juguetes o la casa más grande son los más felices, pero nada más lejos de la realidad. La felicidad no tiene que ver con eso, la felicidad en los niños tiene que ver con hacer ruido, con jugar, con saltar, con reír, con pasar tiempo de calidad con la familia y también con sus iguales. Los niños que sin darse cuenta ‘molestan’ más a los adultos son los que posiblemente, sean más felices.

Basta de niñofobia, si tu hijo hace ruido es más feliz

Un niño que hace ruido y se mueve será más feliz que un niño que permanece sentado sin jugar o sin relacionarse. Además, los niños más movidos serán los primeros en jugar, en participar en las actividades, en equivocarse para aprender rápidamente de sus errores, tendrán una mente más abierta y activa que un niño que no quiere interactuar con su mundo.

Basta niñofobia niños necesitan jugar

Un niño ruidoso también puede ser un niño que desobedece, que molesta sin saber que está molestando, que se enfada si no se le escucha, que quiere conocer el mundo. Estos niños, en ocasiones, pueden ser molestos para el mundo tranquilo y dormido de los adultos. Pero la realidad, es que el mundo adulto debe cambiar la perspectiva, porque eso significa que son niños felices que disfrutan de la vida y que quieren relacionarse de forma sana con su entorno. Los niños movidos aprenden, se divierten y juegan siempre que quieren… ¡y les encanta!

Parece que la niñofobia se apodera del mundo adulto en muchas ocasiones donde muchos quieren que los niños se queden como estatuas, que no se muevan, que no se enfaden, que no lloren… En definitiva, que dejen de ser niños por su egoísta necesidad de control y tranquilidad.

El papel de los padres

Los padres deben tener muy claro que son las guías y el apoyo de los niños. Deben enseñarles normas para que estén seguros y además, para que aprendan una buena convivencia con los demás. La buena educación no está reñida con el jugar y hacer ruido. La buena conducta puede estar vinculada a un juego libre donde los niños saben dónde están los límites. Los adultos necesitan paciencia, pero sobre todo, comprender las necesidades de los más pequeños en cuanto a su felicidad y el juego.

Los niños necesitan experimenta con el entorno, desarrollar habilidades sociales, de comunicación, de autonomía, de control, etc. También los padres deben estimular la Inteligencia Emocional de sus hijos, trabajando la emociones básicas y que los pequeños aprendan a reconocerlas y controlarlas.

Si tienes un niño a tu alrededor que hace ruido, salta, habla, juega, corre, ríe, te abraza… ¡Enhorabuena! Tienes a un niño feliz en tu vida.

Niñofobia
Si tu pequeño corre, grita, llora, salta, es ruidoso, inquieto y revoltoso… significa que ¡ES FELIZ! :)

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