Educación

Qué hacer cuando los niños mayores mienten

¿Los niños no dicen siempre la verdad?

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Niños mayores mienten
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Son muchos los padres que no saben qué hacer o qué decir ante un niño mayor de 5 años que miente. Puede ser una situación incómoda porque sabes que está mintiendo pero no sabes cómo enseñarle el gran valor de la veracidad. Decir la verdad es muy importante y lo primero que deberás ser es el mejor ejemplo para tus hijos. Es importante que seas un buen ejemplo para ellos y que aprendan que mentir, no es una buena opción. 

Para saber qué hacer cuando los niños mayores mienten, es necesario que entiendas primero por qué lo hacen y después, qué es lo mejor que debes hacer para disciplinar a tu hijo teniendo en cuenta su edad de desarrollo y sobre todo, teniendo respeto hacia él y siendo flexible en su comportamiento. Recuerda que los niños deben aprender de ti y para que lo hagan realmente sin tener miedo, debe ser bajo un clima de confianza, respeto y buena comunicación.

En este artículo

Niños de entre 5 y 8 años

Entre las edades de 5 y 8 años, los niños podrán decirte mentiras para probar si pueden salirse con la suya. Sobre todo puede mentir con cosas relacionadas con la escuela como las clases, los deberes, los maestros o los amigos. Mantener las mentiras puede ser difícil a pesar de que cada vez puede tener mayor habilidad para ocultar la verdad.

Las reglas y las responsabilidades a esta edad suelen ser demasiado para los niños y como resultado, los niños a menudo mienten para poder lograr salirse con la suya. Afortunadamente la mayoría de las mentiras son fáciles de detectar. Es necesario hablar abiertamente con los niños sobre la mentira y el ser honesto. Cuando notas que un niño está siendo honesto y dice la verdad, hay que proporcionar elogios y comentarios positivos para reforzar este comportamiento.

Lo más importante es que los niños en esta edad escolar son muy buenos observadores y se fijan mucho en sus modelos a seguir, como los padres. Deberás ser una persona reflexiva y no decir mentiras ni por muy pequeñas que sean. Por ejemplo, decir a tu hijo que diga a alguien que ha llamado a la puerta que no estás en casa cuando sí que estás, no es una buena idea porque estarías enviando un mensaje confuso a tu hijo sobre la veracidad.

No importa lo mucho que hables sobre la veracidad con tus hijos si después tus hijos ven en ti el ejemplo de la deshonestidad. Para las situaciones más difíciles, cuando el niño tiene que dar las gracias por un regalo que no le gusta, puedes ayudarle a ver los aspectos positivos de los regalos. Por ejemplo, no darle importancia a lo material y sí al sentimiento de amor que la otra persona ha tenido al hacerle el regalo y eso es lo que se debe agradecer realmente.

Niños mayores mentirosos

Los niños entre 9 y 12 años

La mayoría de niños a esta edad intentan establecer su identidad, la confianza y la conciencia, pero también son cada vez más expertos en el mantenimiento de las mentiras y son más sensibles a las repercusiones de sus acciones, por lo que pueden tener fuertes sentimientos de culpa después de haber mentido. 

A esta edad puedes tener conversaciones más largas sobre la honestidad y también hablar sobre ‘las mentiras blancas’, que es cuando la falta de honradez es aceptable para ser educado o no herir los sentimientos de otra persona. Cuando salen situaciones como esta es necesario evitar el envío de mensajes contradictorios. Es buena idea decirle algo como: ‘Sabes que la verdad es muy importante, pero también hay momentos en los que es importante no herir los sentimientos de otra persona. Si por ejemplo, vas a visitar a unos amigos y te sirven una comida que no te gusta, no es educado montar una escena o no comer lo que tienes delante. Hay que comer la comida y dar las gracias porque te la han dado. Así podrás ser un buen invitado y que te inviten la próxima vez’. 

Recuerda que debes ser un buen modelo para tu hijo/a todo el tiempo. Además, para que tus hijos no sientan la necesidad de mentir, deberán sentirse cómodos al hablar y revelar la información porque de ese modo serán más propensos a decir la verdad. Si tu hijo/a no te está diciendo la verdad, es necesario pensar por qué está mintiendo para poder saber qué le ocurre exactamente.

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