Educación

Nunca uses estas 5 frases tóxicas con tus hijos

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Frases tóxicas
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Hay frases tóxicas que decimos a nuestros hijos pequeños y que no nos damos cuenta del daño que les hacen tanto a corto como a largo plazo. Por eso, como padres, resulta fundamental tomar conciencia sobre lo que decimos y mordernos la lengua si es necesario para no dañar la salud emocional de nuestros frágiles hijos.

Es posible que en ocasiones digamos estas frases con toda la buena intención del mundo, pero en realidad las palabras van cargadas de veneno y se clavan en el corazón de nuestros pequeños. La forma en que nos dirigimos a nuestros hijos es fundamental para su buen desarrollo, por eso tanto el tono como las palabras les pueden afectar mucho más de lo que te imaginas.

Deja de pensar que tus hijos son de tu propiedad o que puedes dirigirte a ellos como te venga en gana, aunque eso incluya faltas de respeto. Es tan fácil como hablar a tus hijos de la misma manera que te gustaría que te hablasen a ti. ¡Solo reflexiona sobre esto y los cambios serán notables en tu hogar!

Frases tóxicas que debes dejar de decir a tus hijos, ¡ya!

Están las palabras que pueden ayudarles a crecer y otras que les envenenan de una manera tan profunda que les cuesta recuperarse de ellas muchos años, y si es que se llegan a recuperar algún día. Así que si sueles decir algunas de estas frases sin pensar o de manera automática, te invitamos a que dejes de hacerlo desde ahora mismo.

1. Fíjate en tu hermano, lo hace mejor que tú

Las comparaciones son odiosas a cualquier nivel o edad. Si comparas tu hijo se sentirá peor que otra persona, y si es su hermano encima estarás aumentando el riesgo de rivalidad entre ambos. Fíjate en sus capacidades, en lugar de en sus debilidades y fortalezas.

2. Eres un desastre

Esta frase se dice a menudo a niños que son desordenados o despistados. No se hace con mala intención, quizá solo quieras que mejore su atención ante las cosas de la vida… pero este tipo de etiquetas tiene terribles consecuencias en la vida de un niño. Cualquier adjetivo que le pongas a tu hijo será una etiqueta y se sentirá reflejado en ella. Si dices que es un desastre, pensará que realmente lo es y actuará de ese modo.

Las etiquetas son fáciles de poner, pero eliminarlas cuesta mucho… hay personas que las arrastran toda su vida. Por eso, piensa en etiquetas positivas en lugar de catalogar a tu hijo solo con aspectos negativos… Si quieres que se comporte mejor, piensa en cómo se lo puedes decir para que así sea, por ejemplo: “Sé que estás nervioso (en lugar de eres muy nervioso), ¿qué tal si nos sentamos en el sofá y charlamos hasta que te calmes?”.

Frases tóxicas hijos

3. Eres un niño, no juegues con muñecas

También servirían frases del tipo: “Eres una niña, no juguetes con coches”. Limitar a los niños y niñas solo por las diferencias de género es tóxico y muy dañino. No condiciones su desarrollo ni su personalidad solo por los estigmas sociales, que además, cada vez están más obsoletos (afortunadamente). Se potenciarían las diferencias sociales entre mujeres y hombres si no se tuviera en cuenta las graves consecuencias en el desarrollo de los niños al decir este tipo de frases.

4. Porque lo digo yo y punto

Esta frase es una manera de obligar a nuestros hijos a que nos obedezcan a ciegas, sin darles la oportunidad de pensar por ellos mismos. Es una autoridad tóxica que busca obediencia ciega, pero la realidad es que los niños necesitan cooperación, sentirse comprendidos y guiados por sus padres. Educa a tus hijos dentro del pensamiento crítico.

5. Para ya de llorar

Cuando le dices a un niño o niña que deje de llorar, lo que le estás diciendo es que anule sus emociones porque te incomodan. Sentirá que llorar es algo malo e inhibirá esa emoción pensando que es negativa. En realidad llorar es algo bueno y se debe hacer siempre que se necesite. Es una expresión emocional para todas las personas.

Si alguna vez le has dicho alguna de estas frases a tus hijos, es el momento de que reflexiones y no las sigas diciendo. En el caso de que les digas otras diferentes (pero también tóxicas), intenta hablar a tus hijos desde el amor y el cariño, en lugar de hacerlo desde la rabia o la frustración.

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