Salud

Bronquiolitis en niños: ¿Cuáles son sus síntomas y cómo actuar ante los primeros signos?

Cómo saber si mi bebé o niño tiene bronquiolitis y qué hacer

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Síntomas de bronquiolitis en bebés y niños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los casos de bronquiolitis en recién nacidos y niños pequeños están en aumento en España. De hecho, muchos hospitales están en alerta ante la saturación de las urgencias pediátricas debido al incremento de esta enfermedad que cobra fuerza cada invierno. De ahí que muchos padres comiencen a preocuparse por esta enfermedad y busquen información sobre cómo lidiar con sus síntomas. En Etapa Infantil te explicamos qué es la bronquiolitis infantil, cuáles son sus síntomas y qué debes hacer si tu hijo muestra signos de contagio y estos empeoran con el paso de los días.

¿Qué es la bronquiolitis infantil?

La bronquiolitis es una infección aguda de los pulmones y el aparato respiratorio infantil que afecta sobre todo a los bronquios, fundamentalmente a los más finos. Según la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, la enfermedad puede estar causada por varias clases de virus, como el virus de la gripe, el adenovirus y la parainfluenza, aunque el más común es el denominado Virus Respiratorio Sincitial (VRS, por sus siglas).

Si bien la enfermedad puede desarrollarse en cualquier momento, es más frecuente durante el período invernal, siendo los meses de noviembre a febrero donde se concentran la mayor cantidad de casos. Entre otras razones, se debe a que durante esta temporada disminuye la capacidad defensiva del sistema inmune de los niños, haciendo que se desarrollen los síntomas de la enfermedad.

¿A quién afecta la bronquiolitis?

Aunque puede aparecer a otras edades, la enfermedad es mucho más común durante los primeros 2 años de vida y afecta sobre todo a los recién nacidos y a los bebés prematuros. De hecho, se estima que cerca del 80% de los lactantes se contagiará con el VRS y desarrollará bronquiolitis durante los tres primeros meses de vida. De ellos, cerca del 5% requerirá ingreso hospitalario para tratar los síntomas. Vale destacar que los niños expuestos al humo del cigarrillo o que no siguen la lactancia materna tienen un riesgo mayor a desarrollar la enfermedad.

¿Por qué afecta a los niños más pequeños? Esto se debe a que las vías respiratorias de los niños pequeños aún se encuentran en proceso de desarrollo, su musculatura bronquiolar está poco consolidada y tiene un tamaño muy reducido, por lo que se obstruyen con mayor facilidad que la de los niños mayores o los adultos. Esto hace que sea mucho más sencillo desarrollar la enfermedad si se contagian con el VRS.

¿Cuáles son los síntomas de la bronquiolitis?

En una primera etapa de la enfermedad los síntomas son bastante similares a los del resfriado común. Durante los primeros días los pequeños suelen presentar obstrucción nasal debido a la mucosidad, un poco de tos, malestar generalizado y, en ocasiones, episodios febriles. A medida que los días pasan es probable que los síntomas se estacionen, o sea, que no empeoren, pero tampoco mejoren. Sin embargo, en algunos casos los síntomas pueden intensificarse, dando lugar a:

  • Sibilancias o sonidos más graves fácilmente audibles.
  • Respiración más acelerada, con unas 60 respiraciones por minuto.
  • Dificultades para respirar, lo cual puede notarse en el abdomen que sube y baja rápidamente y en las costillas que se vuelven mucho más evidentes.
  • Problemas para comer o beber debido a que no puede respirar bien.
  • Aspecto letárgico o lento en el comportamiento.
  • En algunos casos, la piel, los labios y las uñas, pueden tornarse azul. Es lo que se conoce como cianosis.

Bronquiolitis en niños

¿Cómo actuar ante el empeoramiento de los síntomas?

La evolución de la bronquiolitis suele ser lenta, lo más habitual es que los síntomas persistan entre una y dos semanas. En este tiempo, es importante que los padres se mantengan atentos a la sintomatología de los niños para evaluar la evolución de los signos. Por lo general, los niños suelen ir mejorando con el paso de los días y el uso de medicamentos para calmar los síntomas.

Sin embargo, si los síntomas empeoran o aparecen nuevos signos es conveniente programar una visita al médico para que evalúe la función pulmonar y proponga un tratamiento efectivo para aliviar la sintomatología. Vale destacar que en algunos casos es necesario acudir con urgencia a un especialista. Si notas alguno de estos síntomas es importante que vayas de inmediato a un centro sanitario:

  • Si el niño está más somnoliento de lo habitual.
  • Si se fatiga mucho mientras se alimenta.
  • Si empeora su respiración y notas que se le marcan las costillas y mueve mucho el abdomen.
  • Si tiene vómitos, no puede retener líquidos o el pañal está más seco de lo normal.
  • Si está pálido y sudoroso.
  • Si adquiere un color azulado, sobre todo alrededor de los labios y en la yema de los dedos.
  • Si el pequeño nació de manera prematura o tiene una enfermedad del corazón, contacta inmediatamente con el médico cuando aparezcan los primeros síntomas.

¿Se puede prevenir la bronquiolitis?

Al estar causada por un virus, la bronquiolitis puede propagarse y contagiarse con facilidad a través de las gotitas que quedan suspendidas en el aire cuando un niño enfermo habla, estornuda o tose. También se puede transmitir mediante los objetos o superficies que hayan sido manipuladas por un niño contagiado. De ahí que una de las mejores maneras de prevenir esta enfermedad consiste en evitar que los pequeños estén en contacto con cualquier fuentes de contagio, aunque no es la única.

  1. Evita sacar al niño de casa innecesariamente y exponerlo a aglomeraciones de personas como las que encuentras en los medios de transporte, centros comerciales y eventos.
  2. Limita el contacto del pequeño con otros niños o adultos que tengan síntomas respiratorios evidentes.
  3. Limpia y desinfecta a diario los accesorios que el pequeño lleva a la guardería o el colegio. Haz lo mismo con los accesorios de su hermano/a.
  4. Enseña al niño a lavarse las manos con regularidad, pero sobre todo después de jugar, al regresar de la guardería y antes y después de comer.
  5. Apuesta por una dieta rica en vitamina C para fortalecer su sistema inmune ya sea incluyendo alimentos como los cítricos, las fresas o el kiwi en su alimentación o a través de suplementos nutricionales.

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