Educación

Claves para dejar de gritar

Técnicas sencillas para dejar de gritar a tus hijos: cómo mantener la serenidad y establecer una comunicación más saludable en tu hogar.

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Consejos dejar de gritar
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Es posible que todas las mañanas pienses que no vas a gritar, que tus hijos no se merecen ese comportamiento de ti y que no quieres que aprendan eso. Buen pensamiento, ahora sólo hay que ponerlo en práctica. Es cierto que en ocasiones los nervios pueden jugar una mala pasada y cuando los niños no obedecen o no paran de gritar sentimos la tentación de gritar bien alto para parar la situación estresante.

Pero ese grito sólo es producto de tu frustración, es para desahogar tu interior al no encontrar otras maneras de poder controlar ni manejar la situación… y lo peor, a tus hijos les causa miedo y malestar interior. Creerán que no pueden confiar en ti y por si fueran pocas cosas negativas, imitarán la conducta y también gritarán, creando un círculo vicioso donde los gritos serán la base de violencia y malos modos. Para que puedas controlar las ganas de gritar y que se acaben para siempre los gritos en tu hogar, quiero hablarte sobre algunas claves para dejar de gritar.

Respira profundamente

Es necesario que respires profundamente para que tu cerebro se oxigene y sea más fácil relajarte. En ocasiones es tan fácil como cerrar los ojos e inhalar, exhalar y repetir tantas veces como necesites. Esto te puede ir bien cuando ves que tus hijos no quieren recoger los juguetes, cuando no se quieren levantar de la cama, cuando se pelean los hermanos, cuando los niños gritan mientras hablas por teléfono para llamar tu atención, cuando intentas hablar con tu pareja y los niños no paran de discutir… y un largo etc.

Pero antes de que sientas como la sangre empieza a hervir debes darte cuenta de que puedes perder los nervios para poder reconducir tu conducta. Date la vuelta, cierra los ojos y respira, toma un momento para ti misma y para poder controlar tus emociones. Mira a los ojos de tu hijo y date cuenta que te necesita para poder saber qué se espera de él, necesita de tu cariño y no de tus gritos para poder aprender. Los gritos no educan y nunca lo harán, sólo te alejarán emocionalmente de tus pequeños. Después de respirar hondo, piensa qué es lo que quieres decir y hazlo con calma.

Claves para dejar de gritar

Trata el comportamiento

Todos los niños son buenos chicos, sólo que en ocasiones el comportamiento no es el adecuado. Con esto quiero decir que nunca etiquetes a tus hijos de «pesados», «malos» o cualquier etiqueta despectiva porque además de atacar a su autoestima pensarán que realmente son así cuando es mentira. Los niños son todos buenos, sólo debes creer en ellos y tratar el comportamiento y no la persona.

Por ejemplo, imagina que estás enseñando a tus hijos a montar en bicicleta pero no consiguen hacerlo a la primera, ¿le castigarías por no conseguirlo o le animarías y le darías apoyo y motivación? Seguramente estés contestando la segunda opción, y así es. Pues en el resto de ámbitos en la vida de los niños es igual. ¿No sabe hacerse la cama y lo pone como excusa para no hacerla? No le grites, sólo enséñale a hacerlo y muéstrale cómo es capaz de tener buenos resultados… y así con todo.

Es necesario que la disciplina que inculques a tus hijos sea positiva y así te darás cuenta cómo no será necesario que grites o que te sientas molesta tan a menudo. Los niños no necesitan gritos para aprender, necesita que los adultos aborden el comportamiento que está llevándose a cabo de forma incorrecta y enseñar de forma paciente por qué ese comportamiento es malo y qué es lo que se debe hacer para que sea correcto.

Formas dejar de gritar a los niños

Negociar no es algo malo

Negociar con los hijos no es nada malo, ellos necesitan sentir también que tienen el control. En lugar de gritar, utiliza el tono suave y da instrucciones para el buen comportamiento a tu hijo. Cuando los niños escuchan al adulto de referencia con voz calmada tienden a escuchar, los gritos les ensordecen y les bloquean. Harán las cosas mejor cuanto más tranquilo/a estés y mejor les hables. Además, puedes negociar con ellos para que sientan el control de la situación, por ejemplo: «Prefieres recoger tú solo/a o mejor te ayudo y lo hacemos juntos». 

Además no puedes olvidar

  • Permite que tus hijos expresen sus sentimientos
  • Mantén normas y límites claros y coherentes
  • Elogia la buena conducta
  • Trabaja el vínculo positivo
  • Ten empatía con tus hijos, siente como él/ella siente

Y recuerda que no somos perfectos/as y que quizá algún día grites. Pero si lo haces, no te sientas mal, simplemente pide perdón a tu hijo por haberlo hecho y muéstrate responsable de tus acciones. Le estarás enseñando a tu hijo que no está bien hacerlo, y después, recuerda lo explicado más arriba para evitar que suceda de nuevo.

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