Familia

Si tu hijo está enfadado, así es cómo puedes hablar con él…

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Los niños también se enfadan. Tienen sus emociones internas que no saben aún controlar ni entender. Puede que se trate de un niño obstinado que tiene grandes rabietas tanto en público como en privado… O un adolescente que se encierra en su dormitorio y que no quiere hablar contigo. Si tu hijo está enfadado, así es cómo puedes hablar con él… Te vamos a dar las herramientas para que cuando lo hagas, te escuche y además, te haga caso.

Lo primero que debes tener presente es que su emoción es real y en situaciones de crisis, debes validar sus emociones porque lo está sintiendo con gran intensidad. No lo minimices… tu hijo debe sentir comprensión y apoyo desde el principio. Es cierto que no será igual de racional que un adulto, pero ese sentimiento que está teniendo es real y muy intenso.

¿Por qué se enfada tu hijo?

Los niños y adolescentes pueden tener ira y existen algunas causas principales para ello:

  • Depresión
  • Sensación de impotencia
  • Ganar el control a través del miedo o del enfado
  • Sentir poder
  • Sentir injusticia o indignación
  • Baja tolerancia a la frustración

En realidad, no importa cuál sea la causa, es necesario que cuando un niño o adolescente está en estado iracundo no se le trate de detener (siempre vigilando que no vaya a hacer daño). Decirle a un niño que no se puede enfadar es absurdo, debe sentir esa emoción y comprenderla para que en un futuro cuando la sienta pueda controlarla. Aceptar y trabajar los sentimientos de manera productiva es imprescindible para un buen equilibrio emocional.

Qué hacer cuando tu hijo se enfada

Si tu hijo se enfada e incluso si entra en un estado iracundo, hay ciertos aspectos que debes tener en cuenta en tu forma de actuar:

  • Haz una pausa. Detén lo que estás haciendo y antes de dirigirte a tu hijo respira profundamente. Parece sencillo, pero es un momento crítico y debes hacerlo. En caso contrario podrías responder de la misma forma iracunda. Recuerda; no es una competición de poder, tu hijo debe aprender de ti a tener un buen control emocional.
  • Mantén la calma y no te tomes su actitud como algo personal. Tu hijo está aprendiendo a ser persona.
  • Escucha todo lo que tenga que decirte, sea lo que sea. No importa cómo te sientas acerca de la situación, es necesario que tu hijo sienta que le comprendes y que le escuchas. De esta manera su ira se disminuirá.
  • Espera. Deja que las emociones más intensas disminuyan y permite que tu hijo vuelva a su estado normal antes de hablar sobre valores o de poner límites o normas. Es mejor manejar la situación cuando la “tormenta” se haya calmado y no en el momento más tenso.

hija enfadada

Los padres deben saber que el hecho de que los niños tengan enfado no es motivo de castigo, sentir enfado es tan natural como el respirar. Hay que comprender la emoción y eso es lo que hay que enseñar a los niños. Lo que no está bien es la ira inapropiada. En este sentido, los padres deben ser el mejor modelo a seguir para el comportamiento de sus hijos. Mantener una conducta calmada y tranquila e intentar lidiar con su propia ira y con la de su hijo.

Cómo hablar con tu hijo enfadado

Es importante que tengas en cuenta cómo tienes que hablar con tu hijo cuando está enfadado. Es necesario ser consciente de que hay que educar a los niños desde el respeto y el cariño, dejando a un lado los gritos, los castigos… Se trata de inculcar disciplina y no miedo.

Los niños son seres emocionales que tienen a flor de piel sus sentimientos de manera continuada, por eso la falta de autocontrol es algo habitual. En muchas ocasiones esa falta de autocontrol también falta en los adultos, ¿cómo no va a faltar en los niños?

Aunque es cierto que cuando un niño pierde el control tú puedes perder la paciencia, es clave que eso no ocurra. No te permitas dejarte llevar por esas emociones intensas que solo os harán daño. No te pierdas estos puntos para cuando quieras hablar con tu hijo enfadado:

  • Sé su mejor ejemplo. No grites si tu hijo grita. No le des un azote si está lanzando cosas ni tampoco le zarandees si ha pegado a su hermano. Eres la primera persona que debe manejar la ira delante de tus hijos. Si te muestras violento de cualquier forma, eso lo absorbe tu hijo y aprenderá de esa conducta. En lugar de gritarle, dile que baje la voz para que puedas comprender lo que le sucede y así buscar una solución juntos.
  • Escucha. Como te hemos dicho más arriba, ¡escucha a tu hijo! Escúchale aunque esté gritando, llorando o desesperado. Mientras mantén la calma y mírale a los ojos de forma tranquila y serena. Así bajará su nivel de enfado y podréis buscar soluciones a lo que le ha hecho enfadar.
  • Sin agresividad de ningún tipo. Aunque el niño pierda los nervios, no lo hagas tú y háblale desde la calma. Si te intenta pegar, sujétale los brazos y mírale a los ojos diciéndole que no vas a permitir esa conducta. Sé firme y contundente en tus palabras pero sin ser agresivo.
  • Oxigena tu mente. Para oxigenar tu mente debes respira hondo y si tu hijo se niega a hacer lo que le dices, no le grites… respira hondo y aléjate un segundo de la escena y usa la disciplina positiva: si no hace caso a una orden tendrá consecuencias, avísale con tiempo para que pueda escoger qué hacer.
  • Habla siempre con amor. Habla siempre a tus hijos desde el amor y el cariño, incluso cuando estés enfadado o cansado. Hablarle con amor a tus hijos aplacará su enfado (y el tuyo).
  • El poder de las alternativas. Si ves que el enfado de tu hijo no tiene pinta de detenerse, ofrece actividades alternativas para distraer su atención.

Y siempre, siempre… recuérdale todo lo que le quieres y abrázale.

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