Los mejores juegos de cartas tradicionales para jugar en familia

Los juegos de cartas son uno de los entretenimientos tradicionales que nunca pasan de moda. Una alternativa ideal a las pantallas y una buena opción para pasar un rato diferente y divertido en familia o con amigos. Sin embargo, lo que pocos saben es que también pueden convertirse en un buen ejercicio para entrenar el pensamiento lógico en los niños, fomentar sus habilidades matemáticas y su capacidad estratégica de una manera sencilla y entretenida. Esto, además de desarrollar su capacidad resolutiva y estimular su concentración. Lo mejor es que son aptos para prácticamente cualquier edad, de manera que podrán sumarse desde los mayores hasta los más pequeños de casa. 

5 juegos de cartas tradicionales que nunca pasan de moda

Existen muchísimos juegos tradicionales de cartas muy divertidos, pero que pocos niños conocen. En Etapa Infantil hemos querido recopilar algunos de los más entretenidos para que juguéis con los más pequeños de casa y paséis un rato diferente en familia. 

1. El cinquillo

Se trata de uno de los juegos de cartas tradicionales más entretenidos, aunque muchos lo desconocen. Se juega con la típica baraja española y la idea consiste en ir alineando los números en orden hasta completar la mano. Una vez repartidas las cartas, que de normal se distribuyen entre todos los participantes, empieza quien tenga el 5 de oros. 

El siguiente jugador podrá sacar el cuatro o seis de oro o cualquier otro cinco. El resto de los jugadores debe seguir poniendo sus cartas sobre la mesa en orden creciente o decreciente. Vale destacar que ningún jugador debe pasar el turno si tiene una carta que pueda colocar. Ganará el primero que haya conseguido deshacerse de todas sus cartas.

2. El burro

Otro juego de cartas tradicional muy divertido es “el burro”. El objetivo del juego consiste en formar una mano de cartas iguales. Para empezar, se repartirán las cartas. En dependencia del número de jugadores, se elegirán cuatro cartas iguales por cada uno y se repartirán al azar entre los participantes. Por ejemplo, si son tres participantes, se sacarán las cuatro sotas, cuatro oros y cuatro reyes, repartiéndose de manera aleatoria entre los jugadores.

Los jugadores se irán pasando las cartas una a una entre ellos hasta que consigan tener todas iguales. El primero que lo consiga gritará “burro” y pondrá rápidamente la mano en el centro de la mesa. El resto de los jugadores debe poner la mano encima. El último en ponerla, se llevará una letra de la palabra “burro”, las cuales irán acumulándose hasta completar la palabra, en cuyo caso el jugador pierde. Así, se van descartando los jugadores hasta conseguir un ganador.

3. Mentiroso

Si bien se trata de un juego de cartas tradicional, en realidad pone a prueba las habilidades para mentir o descubrir mentiras de los participantes. El objetivo consiste en desprenderse de todas las cartas y, para ello, es muy probable que los jugadores tengan que mentir a sus adversarios, así que más les vale a los participantes practicar antes si no quieren ser descubiertos a la primera. El juego comienza repartiendo las cartas entre los jugadores y, tras decidir quién comienza, los participantes van deshaciéndose de sus cartas poniéndolas boca abajo en la mesa y diciendo en voz alta de qué cartas se tratan, sea verdad o no.

Por ejemplo, se pueden dejar 3 cartas y decir “tres reyes” y que esto sea cierto o, decirlo y que en realidad sean otras cartas. Será el siguiente jugador quien decida si es verdad o mentira lo que ha dicho. Si decide que es falso, deberá comprobar las cartas. Si las cartas coinciden con lo afirmado, se tendrá que llevar las cartas. Si tenía razón y las cartas no coinciden con lo dicho, la persona que las ha puesto sobre la mesa tendrá que recoger todas las cartas sobre la mesa. Gana el primero que consiga quedarse sin cartas.

4. El relojito

Se trata de otro juego de cartas tradicional muy divertido con el que seguramente os lo pasaréis bomba jugando en casa. La idea consiste en deshacerse cuanto antes de las cartas de la mano, aunque conseguirlo no será sencillo. El juego comienza repartiendo todas las cartas entre los participantes. Comienza el juego la persona siguiente a quien ha repartido y, por turnos, se va poniendo una carta al centro de la mesa de manera que todos puedan verla mientras se repite el orden de la baraja, es decir, “as, dos, tres, cuatro, cinco, seis, sota, caballo y rey”. 

Entonces, si a alguien le coincide el número de la carta con el que ha dicho y el siguiente jugador se percata, tendrá que coger todo el montón de cartas que hay en la mesa. En cambio, si el otro jugador no se da cuenta, será él quien tenga que quedarse con las cartas. Al final, gana la partida quien menos cartas tenga en la mano.

5. La brisca

Sin duda, este es otro de los grandes clásicos de la baraja española que debéis jugar en alguna ocasión en casa. El juego comienza repartiendo tres cartas a cada jugador mientras se deja el resto en un montón boca abajo con una carta boca arriba al lado, llamada triunfo. Esa carta será la que mostrará el palo que más vale. Entonces, el primer jugador tira una carta y el resto debe seguir su palo y, en caso de no tener, entonces debe tirar el mismo palo que el triunfo, el cual ganará a cualquier palo.

El que gana la ronda se lleva todas las cartas y es el primero en comenzar la siguiente. Cuando se terminen las cartas de la mano, se vuelve a repartir y así sucesivamente hasta quedarse sin cartas en la baraja. Al final, la persona que tenga más puntos entre sus cartas será quien gane la partida. Vale destacar que para contar las cartas hay que tener en cuenta que el As es el que más vale, después el tres, y luego el resto de las cartas comenzando del 12 hacia atrás.