Consejos para recuperarse rápidamente tras una cesárea

La cesárea se ha convertido en un procedimiento cada vez más común en las embarazadas ya que, además de evitar los dolores del parto, es relativamente rápido y seguro para extraer al bebé sin grandes complicaciones. Sin embargo, la recuperación tras una cesárea tarda más tiempo que cuando se trata de un parto vaginal pues aunque es un procedimiento poco traumático para el bebé, es siempre una intervención quirúrgica.

De hecho, tras una cesárea es probable que la madre deba permanecer en el hospital entre 3 y 5 días después de dar a luz. Los primeros días suelen ser los más incómodos ya que además de las molestias propias de la herida pueden aparecer otros síntomas relacionados con la manipulación durante la cirugía. Lo más común es que la madre empiece a mejorar a partir de la segunda semana, pero por lo general, la recuperación completa tarda entre 6 u 8 semanas. Por eso, a lo largo de esta etapa es importante implementar algunas medidas que eviten la aparición de complicaciones secundarias y aceleren la recuperación.

5 recomendaciones para dejar atrás las molestias de la cesárea

1. Empieza a caminar progresivamente

La mayoría de las mujeres que se han sometido a una cesárea se decantan por el reposo y reducen al mínimo el ejercicio físico. Sin embargo, mientras antes camines y te pongas en movimiento, más rápido te recuperarás. Al caminar tu metabolismo se activa, empiezas a eliminar los gases y a recuperar la energía, a la vez que previenes complicaciones postoperatorias como la formación de coágulos de sangre. Por lo general, entre las 12 y 24 horas posteriores a la cesárea ya podrás comenzar a dar los primeros pasos, aunque primero debes consultarlo con tu médico. No obstante, es importante que durante los primeros días cuentes con una persona que te ayude a incorporarte de la cama y te acompañe al caminar, por si te mareas.

2. Cuida tu alimentación

Durante los primeros días tras la cesárea solo podrás comer alimentos ligeros como zumos, caldos y purés. A medida que vayan pasando los días podrás ir incorporando alimentos sólidos que te ayudarán a ganar fuerza y energía. Sin embargo, debes tener mucho cuidado con lo que comes porque algunos alimentos podrían sentarte mal y ralentizar la recuperación. Asegúrate de que los alimentos que incluyes en tu dieta no producen estreñimiento ni gases ya que ambos problemas pueden resultar muy incómodos durante la recuperación. Lo ideal es que apuestes por alimentos ricos en fibra vegetal, como las frutas, las verduras y los productos integrales, a la vez que te mantengas bien hidratada.

3. No hagas demasiada fuerza

Ponerte en movimiento tras una cesárea te ayudará a recuperarte con más rapidez y hará que las molestias empiecen a desaparecer. Sin embargo, no te excedas. Ten en cuenta que acabas de pasar por una cirugía y que tu organismo necesita tiempo para empezar a recuperarse, por tanto, forzarte demasiado podría ser contraproducente. Así que, aunque te sientas con ánimo y feliz de estar en casa con tu bebé, será mejor que tomes las cosas con calma y empieces a hacer las tareas del hogar de forma paulatina. Déjale las tareas más pesadas a tu pareja o a un familiar que pueda ayudarte y, sobre todo, evita levantar peso durante las primeras semanas.

4. Protege siempre la herida

La herida de una cesárea requiere tantos cuidados como la de cualquier otra intervención quirúrgica, por lo que es importante que sigas detalladamente las orientaciones del médico al respecto. Durante los primeros días, las enfermeras del hospital se encargarán de limpiar y curar tu herida, pero cuando estés en casa esa será tu responsabilidad, de manera que deberás dedicar al menos media hora diaria a limpiar con agua y jabón la herida y luego a secarla con cuidado. También deberás tomar precauciones para evitar lesionarte la zona, sobre todo cuando tomes en brazos a tu bebé o hagas movimientos bruscos como reírte o estornudar.

5. Usa ropa cómoda y holgada

Después de la cesárea los pantalones y vestidos ceñidos se convertirán en tu peor enemigo. Notarás que cualquier roce, por pequeño que sea, sobre el área de la herida es molesto y querrás evitar a toda costa las prendas que te resulten incómodas. Lo mismo vale para la ropa interior. Por tanto, la mejor solución es usar ropa holgada, preferiblemente de algodón, que faciliten la transpiración y que no presionen la herida. Para la ropa interior, podrías decantarte por las prendas de malla que algunos hospitales entregan tras la cesárea.