Salud

La escarlatina ha vuelto: Las señales de advertencia que los padres deben tener en cuenta

Conoce todo sobre la escarlatina en bebés y niños

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Escarlatina niños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La escarlatina, una infección que se creía exterminada en la época victoriana, está reapareciendo en varias partes del mundo. En 2015 se registraron 17.586 nuevos casos diagnosticados con la infección y en 2016 se presentaron aproximadamente unos 600 casos por semana en países como el Reino Unido y China. Todo apunta a que se trata de una nueva cepa, mucho más agresiva, que está volviendo a infectar sobre todo a los niños, aunque algunos científicos alegan que en realidad es la misma cepa que afectó a la población infantil hace ya mucho tiempo.

De cualquier forma, es importante que los padres estén informados sobre esta enfermedad y que se mantengan atentos a los síntomas que pueden presentar sus hijos ya que si bien la escarlatina no es una infección mortal puede conducir a otros problemas de salud severos como la fiebre reumática aguda, una alteración que afecta al corazón, el cerebro, las articulaciones y la piel.

¿Cómo se contagia la escarlatina?

Básicamente, la escarlatina es una infección provocada por una cepa de la bacteria estreptococo beta-hemolítico del grupo A, un germen que produce una gran cantidad de toxinas, que son las responsables de los síntomas de la enfermedad. No obstante, es válido aclarar que no todas las bacterias de esta cepa producen toxinas y que tampoco todos los niños son sensibles a ellas.

Sin embargo, cuando se dan las condiciones propicias, la bacteria se propaga muy rápido ya que se disemina a través del contacto directo con otras personas infectadas o por las gotitas que exhalan a través de la tos. Esto explica por qué la escarlatina suele propagarse con facilidad en entornos en los que coinciden muchos niños, como el colegio o los parques de juego.

Los primeros síntomas de la escarlatina

Por lo general, la escarlatina no suele afectar a los niños menores de dos años. Es más frecuente entre los pequeños de 4 y 8 años, aunque puede aparecer a cualquier otra edad. No obstante, una vez que el niño se ha contagiado los síntomas no tardan en aparecer, se estima que 1 o 2 días después de la infección aparecen los primeros signos de la enfermedad.

Contagio de escarlatina en bebes

El síntoma más característico de la escarlatina es el sarpullido. Al inicio se presenta con la apariencia de una quemadura solar, con una textura áspera y en ocasiones puede provocar prurito. Suele comenzar en la zona del cuello y el rostro; más tarde, se extiende al pecho, la espalda y el resto del cuerpo. En muchos casos forma líneas rojas en los pliegues, como las axilas y los codos. Por lo general, cuando se comienza el tratamiento, el sarpullido desaparece entre los 4 y 6 días posteriores, aunque en ocasiones la piel afectada se descama entre 7 y 10 días después de que haya desaparecido el sarpullido.

Sin embargo, este no es el único síntoma que desvela la presencia de una escarlatina. Existen otras señales que pueden advertirte de que algo no está bien:

  • Fiebre elevada. La mayoría de las veces aparece entre 12 y 48 horas antes que el sarpullido.
  • Dolor de garganta que aparece como consecuencia de la inflamación de las amígdalas, que en algunos casos pueden estar enrojecidas y cubiertas de una membrana blanca-amarillenta, un signo evidente de infección.
  • Lengua de color blanquecino y con puntos rojos pequeños, que le otorgan un aspecto muy similar al de la fresa.
  • Dolores de cabeza y musculares que suelen hacerse más intensos a medida que la enfermedad avanza.
  • Náuseas, vómitos y debilidad asociados al proceso infeccioso.

¿Qué hacer cuando tu hijo tiene los síntomas de la escarlatina?

Si tu hijo presenta algunos de los síntomas que pueden indicar una escarlatina, lo más conveniente es que acudas al médico para que le diagnostique lo antes posible y le ponga el tratamiento adecuado. El médico utilizará un hisopo para tomar una muestra de las secreciones de su garganta y realizar el diagnóstico. En caso que el niño tenga escarlatina, el tratamiento por elección son los antibióticos, ya sea por vía oral o inyectables, para controlar el avance de la infección y aliviar los síntomas.

No obstante, también puedes poner en práctica otros cuidados complementarios en casa, como darle té calmante descafeinado, sopas nutritivas tibias, zumos fríos, batidos de fruta o leche malteada para aliviar las molestias de la garganta. También puedes recurrir a las cremas hidratantes sin perfumes para aliviar el sarpullido. Y no olvides redoblar las medidas higiénicas para evitar que las bacterias se propaguen y puedan infectar a otras personas.

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