Salud

¿Son feos los bebés al nacer?

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Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Durante los nueve meses de embarazo, los padres suelen imaginar cómo será su bebé. ¿Tendrá los ojos de la madre? ¿El color del pelo del padre? ¿La sonrisa de su abuela? Esperan con ansia el momento en que finalmente podrán tener a sus hijos en brazos y mirar su carita. Sin embargo, lo cierto es que cuando ven a su bebé por primera vez muchos padres reconocen que no es como esperaban. Y no son los únicos.

Un estudio realizado en la Universidad de Brock en el que participaron 142 personas se dio a la tarea de evaluar cuán atractivo resultaba el rostro de un recién nacido. Para ello tomaron fotos de 18 bebés al nacer, a los tres y seis meses de edad. Luego, les mostraron las fotos a los participantes y les preguntaron cuán dispuestos estaban a adoptar a esos bebés, teniendo en cuenta diferentes factores, entre ellos su aspecto. Las fotos de los recién nacidos fueron las que más bajo puntuaron.

¿A qué se debe que muchas personas consideren feos a los recién nacidos? Obviamente, está relacionado con el aspecto de los bebés al nacer. La mayoría de bebés tienen una apariencia muy similar al nacer, tienen la piel arrugada, un color ligeramente blanquecino y la cabeza levemente alargada. Sin embargo, no son los únicos rasgos que los distinguen.

¿Cómo luce un bebé recién nacido?

La fisionomía de los bebés al nacer está estrechamente relacionada con las condiciones de vida dentro del vientre materno. Mientras crecen los bebés deben adaptarse al entorno húmedo y oscuro del útero y a vivir con una menor disponibilidad de oxígeno y poco espacio para moverse. También tendrán que prepararse para pasar por el canal de parto, lo que provoca cambios en su cabeza. Todo ello explica por qué cuando los bebés nacen tienen:

1. El rostro ligeramente deformado

El rostro de los bebés recién nacidos suele notarse un poco inflamado debido a la acumulación de líquido y al paso a través del canal del parto. Es habitual que además tengan los párpados hinchados, la nariz ligeramente aplanada y en ocasiones, la mandíbula con un aspecto extraño. Asimismo, pueden tener las orejas un poco deformadas debido a que como no tienen el cartílago aún desarrollado, éstas pueden doblarse o adquirir posiciones extrañas.

2. La boca pequeña

Dependerá de cada bebé, pero por lo general, los niños suelen tener una boca muy pequeña en comparación con el resto de su rostro. Esto se debe a que como tienen las mejillas regordetas e inflamadas, la boca suele parecer más pequeña de lo normal. Asimismo, es habitual que en algunos casos puedan presentar pequeñas manchas en el paladar. Se trata de las perlas de Epstein, unos quistes blanquecinos y amarillentos que se forman al nacer y que suelen desaparecer con el paso de los días.

3. Los brazos y piernas encogidos

Tras haber pasado nueve meses encogidos en el vientre materno, es normal que los bebés al nacer tengan las piernas y brazos flexionados y pegados al cuerpo. A menudo, tienen las manos firmemente cerradas, de hecho, a veces puede ser difícil abrírselas debido al fuerte reflejo de prensión. Si bien esta posición hace que los bebés parezcan más pequeños de lo que son, suele ir variando con el paso de los días.

4. La piel arrugada y blanca

Al nacer, la piel de los bebés es muy fina y tiene un aspecto arrugado debido a la humedad del vientre materno. Además, suele estar cubierta de una película blanca y espesa que se conoce como vérnix caseoso y que está formada por las células de piel muerta del feto y secreciones de las glándulas de la piel. ¿Su función? Proteger la delicada piel del bebé y favorecer su adaptación al medio extrauterino.

5. Una especie de pelo que cubre su cuerpo

Se trata del lanugo, una especie de pelo fino y blando que cubre la mayor parte del rostro, los hombros y la espalda de los recién nacidos y que, al igual que el vérnix caseoso, tiene la función de proteger la piel de los pequeños. Por lo general, suele quedarse dentro del útero antes del nacimiento, pero en ocasiones, sobre todo en los casos de bebés prematuros, acompaña a los pequeños durante algunas semanas.

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6. Una coloración morada u amarillenta

Muchos bebés nacen con un color ligeramente morado debido a la menor disponibilidad de oxígeno que tenían en el vientre materno. En otros casos, pueden nacer con un color amarillento, lo que se debe a un exceso de bilirrubina en la sangre. En ambos casos, la coloración suele variar a lo largo de las primeras horas o días tras el nacimiento. Asimismo, pueden presentar en ocasiones algunas manchas reticuladas o petequias debido a dificultades circulatorias durante el parto.

7. Una cabeza alargada

La cabeza de los recién nacidos por parto natural suele presentar una ligera deformación debido al desplazamiento y superposición de los huesos del cráneo al pasar por el canal del parto. Debido a ello, es habitual que esté ligeramente estirada, elongada o incluso, con forma de punta. De la misma manera, suelen tener la cabeza muy flexible y blanda.

El recién nacido crece y sus rasgos cambian

Afortunadamente, a medida que los bebés crecen los rasgos que tenían al nacer van cambiando. Nada más bañarlos, la piel pierde esa película blanquecina y en solo unos días, empieza a adquirir su coloración natural. Asimismo, su rostro y párpados se desinflaman y sus orejas se colocan en su posición natural. Con el paso de las semanas, los bebés ya empiezan a estirar sus brazos y piernas y pierden ese vello fino que cubría todo su cuerpo. Y, al cabo de unos meses, la cabeza adquiere su forma redondeada.

Para los seis meses de vida, los bebés ya tienen los rasgos adorables que estamos acostumbrados a admirar y empiezan a mostrar esas características que comparten con su madre, padre o abuelos. A partir de este momento, ya serán mucho más atractivos y tendrán ese aspecto tierno que les caracteriza.

Prarthana, F. et. Al. (2018) Are newborns’ faces less appealing? Evolution and Human Behavior; 39(3): 269-276.

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