Educación, Familia

¿Cómo ayudar a un niño a quererse más?

Si se quiere más, será más feliz

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Ayudar a un niño a quererse más
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Potenciar una autoestima sana en los niños es el mejor regalo que podemos hacerle. De hecho, la autoestima son los sentimientos que el niño se profesa y será la base de la relación que sostendrá consigo mismo y con el mundo a medida que crezca.

La autoestima se va construyendo a lo largo de toda la vida, pero es durante la infancia que se crean sus bases, sobre todo a partir de la relación con los padres. De hecho, algunas frases y actitudes paternas pueden echar por tierra la autoestima, haciendo que el niño piense que no vale para nada. Al contrario, una educación en la que prime el amor, la comprensión y el respeto potenciará una autoestima sana y sólida.

7 formas para desarrollar la autoestima infantil

1. Ámale

La forma más sencilla, y también la más eficaz, para enseñar a los niños a quererse más consiste simplemente en profesarles un amor incondicional. De hecho, muchos padres condicionan su amor a los comportamientos de su hijo, lo cual se aprecia en frases tan comunes como: has sido un niño malo, no te quiero. De esta forma el pequeño comienza a pensar que no es digno de ser amado y, por tanto, tampoco él se estima. Por eso, es fundamental que los padres se cercioren de que sus hijos comprenden que son amados plenamente, a pesar de sus errores o “defectos”.

2. Enséñale a centrarse en sus mejores cualidades

Todos tenemos defectos y limitaciones pero no debemos dejar que estos determinen quiénes somos. No se trata de hacer como si no existieran pero tampoco es necesario conferirles una importancia excesiva. Los padres deben potenciar en sus hijos una imagen positiva, basada en sus cualidades y fortalezas. Por ejemplo, se trata de que el niño no piense de sí mismo que no está dotado para las ciencias, sino de que piense que es muy bueno en las letras.

3. Sé un modelo positivo

Los niños aprenden mucho por imitación, por lo que si sus padres tienen una baja autoestima, es probable que ellos también terminen desarrollándola. La baja autoestima se desvela a diario en frases como no sirvo para nada o hago todo mal. Si el niño escucha continuamente esas frases, terminará haciéndolas suyas y será imposible que logre amarse.

Cómo ayudar a un niño a quererse más

4. No utilices etiquetas negativas

No utilices etiquetas negativas para referirte a tu hijo porque terminarás lastrando su autoestima. No le digas frases como: siempre te equivocas o eres incapaz de hacer las cosas bien. Recuerda que no se debe castigar a la persona sino el mal comportamiento. Es importante que los padres sean específicos cuando los niños cometen un error, de manera que este no se transfiera a una parte de su auto-imagen.

5. Premia su esfuerzo

Vivimos en una sociedad obsesionada con los resultados, pero cuando se trata de desarrollar la autoestima y la confianza en uno mismo, premiar el esfuerzo es una estrategia más eficaz. Enséñale a tu hijo que, en algunos casos, aunque no obtenga los resultados esperados, si se ha esforzado y ha crecido durante el proceso, es más que suficiente. Es fundamental que el pequeño comprenda que los resultados son consecuencia del esfuerzo, pero no una meta. Lo verdaderamente importante no es el punto final, sino el trayecto que ha recorrido.

6. Motívale a salir de su zona de confort

La educación sobre-protectora es uno de los peores lastres para la autoestima. Si el niño no tiene la oportunidad de poner a prueba sus capacidades, se convertirá en un adulto inseguro que no sabe hasta dónde puede llegar. Por eso, es importante que estimules a tu hijo a salir de su zona de confort, a que asuma riesgos saludables que le permitan crecer como persona. Dale la oportunidad para equivocarse, caer y levantarse, siempre bajo tu mirada atenta.

7. Corrige sus ideas

En algunos casos, sobre todo cuando los niños comienzan el colegio, desarrollan algunas ideas que no son saludables para su autoestima, como pensar que su valía depende de su atractivo físico o de su habilidad en el deporte. Se trata de una creencia reduccionista que no le ayudará a evaluarse de forma objetiva. Es tarea de los padres enseñarles a sus hijos a apreciarse de forma íntegra, no solo por una cualidad.

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