Salud

Cuando el bebé llore, investiga qué le sucede

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Bebé llora
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Una creencia popular afirma que dejar llorar a un bebé contribuye a desarrollar su autocontrol e independencia. De hecho, existe un método que avala esta teoría: el método Ferber para dormir a los niños, creado por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra en el Hospital Infantil de Boston. Según esta técnica, se recomienda dejar a los niños solos a la hora de ir a la cama, aunque lloren, y cada vez por períodos de tiempo más largos de tiempo hasta que el agotamiento les venza y terminen durmiéndose.

Sin embargo, cada vez surgen más evidencias científicas que aseguran que dejar que el niño llore continuamente sin acudir a su encuentro no solo le genera inseguridad sino que también puede afectar su desarrollo psicológico.

¿Cómo el llanto continuo puede afectar el desarrollo infantil?

Diversos estudios han encontrado que los bebés a los que sus padres les dejan llorar de forma continua tienen un riesgo más elevado de convertirse en víctimas del estrés. Esto se debe a que cuando el niño llora desconsoladamente su cerebro comienza a liberar cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés que, cuando alcanzan niveles demasiado altos, pueden provocar la muerte de las células cerebrales, lo cual termina afectando el funcionamiento de algunas redes neuronales. De hecho, una investigación realizada en la Universidad de Yale encontró que cuando los niños se exponen a un estrés mantenido se producen cambios en la estructura bioquímica cerebral, sobre todo a nivel de neurotransmisores.

Asimismo, se ha demostrado que dejar que el bebé llore y se angustie puede afectar su capacidad para relacionarse y convertirlo además en una persona ansiosa. Los científicos explican que durante los primeros meses se activan los genes que controlan la ansiedad durante el resto de la vida. Si el niño no se siente seguro junto a sus padres y cree que no puede confiar en ellos, las probabilidades de que esos genes se activen y se convierta en una persona ansiosa aumentan considerablemente.

No dejes bebé llorar

De hecho, cuando las necesidades del niño no son satisfechas y tiene que llorar continuamente, también tiene más probabilidades de convertirse en una persona dependiente, demandante e insegura. En algunos casos, es probable que incluso termine desarrollando un comportamiento agresivo debido a una profunda sensación de inseguridad y a la creencia de que el mundo es un sitio hostil. Así lo confirma un estudio realizado en la University of Hertfordshire que reveló que los bebés a los que los padres dejan llorar mucho durante los primeros meses de vida tienen 10 veces más probabilidades de sufrir TDAH y trastornos de conducta.

Los expertos explican que estos cambios se deben a que el estrés estimula en exceso las áreas del cerebro relacionadas con el análisis y la regulación emocional. Como resultado, el niño desarrollará un sistema nervioso hiperactivo que lo lleva a mostrar conductas impulsivas y reaccionar de forma exagerada ante los estímulos del medio. De hecho, investigadores de la Universidad de Pensilvania encontraron que cuando los padres dejan llorar a los bebés, antes de cumplir el primer año los niños ya comienzan a manifestar dificultades para controlar sus emociones y son más difíciles de tranquilizar.

¿La solución? No dejes llorar al bebé, descubre qué le sucede

El llanto es la única herramienta que tienen los bebés para comunicarse con sus padres, es su forma de llamar la atención. Cuando lloran solo están expresando sus necesidades, por lo que cuando los padres dejan llorar a sus hijos les están transmitiendo el mensaje de que sus necesidades no son importantes.

En cambio, cuando acuden para ver qué les sucede, estimulan la comunicación y hacen que se sientan protegidos y seguros. Por eso, los padres deben ser conscientes de que el amor, el cariño y la atención no afectan a sus hijos, al contrario, contribuyen a fomentar un apego seguro, la base para que los niños desarrollen la autoconfianza, una autoestima saludable y creen relaciones asertivas con los demás.

Si tu hijo llora, acude a su llamado, intenta encontrar las causas de su llanto y, sobre todo, consuélale.

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