Educación

¿Estás presionando demasiado a tu hijos?

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Son muchos los padres que presionan a sus hijos y en ocasiones, no se dan cuenta de los peligros que tiene hacer esto. Piensan que lo hacen por su bien, que gracias a la presión serán personas de éxito en el futuro, pero la realidad no es esta. Una presión desmesurada puede tener efectos nocivos en el desarrollo de los niños.

Es cierto que tener grandes expectativas para los hijos puede ser útil, pero presionarles demasiado puede ser contraproducente. Es probable que los niños quieran cumplir las expectativas que les pongas, y esto es saludable siempre y cuando las expectativas son razonables. Esperar que tu hijo haga más de lo que puede conseguir, hará que sienta frustración, que crea que no es capaz y se rinda a la primera de cambio.

Un niño que está siendo presionado de más mostrará signos de estrés, que incluso pueden tener síntomas físicos y psicológicos que le afectarán en su desarrollo. Si quieres saber si estás presionando demasiado a tus hijos, no te pierdas estas señales que te indicarán que debes cambiar el rumbo educativo y exigirles menos para no presionarles tanto.

Le criticas más de lo que le elogias

Si solo te centras en lo que tu hijo hace mal significa que estás pasando por alto todas las cosas que sí hace bien. Hay padres que ignorar el comportamiento positivo porque piensa que los niños no deben ser elogiados por ser buenos, sino que necesitan exigencia y presión para que lo sean.

En realidad, si solo criticas a tus hijos, no les estarás motivando en absoluto. A nadie le gusta escuchar solo lo malo que hace. Necesitas hacer un esfuerzo para centrarte en lo bueno que hace tu hijo y ser consciente de cómo le hablas, tienes que darle más elogios que críticas en todas las áreas de su vida y si quieres que tu hijo repita un buen comportamiento, tendrás que motivarle con el elogio. Si lo haces con la crítica, solo le estarás bajando la autoestima y haciendo que se sienta mal consigo mismo.

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Eres un fanático del control de lo que hace tu hijo

Los padres que presionan demasiado a sus hijos se convierten en fanáticos del control. Si siempre quieres tener controladas las tareas cotidianas de tu hijo, para asegurarte de que lo está haciendo bien, entonces estarás presionando demasiado. Es cierto que es bueno que te involucres en la vida de tu hijo, pero controlar todas sus actividades hará que obstaculices su desarrollo.

Si quieras que tu hijo pueda crecer y desarrollarse correctamente, tendrás que permitir que cometa errores y que se enfrente a las consecuencias naturales para poder tener un aprendizaje real. Aunque en ocasiones te resulte duro ver cómo tu hijo falla en algo, necesita que esos errores sean una oportunidad de aprendizaje. Las consecuencias son los mejores maestros de la vida de cualquier persona, si evitas que tenga consecuencias, entonces, ni aprenderá ni evolucionará.

Le comparas con otros niños

Si estás todo el tiempo comparando a tu hijo y recordando cómo él no es igual que otros, entonces estarás haciéndole mucho daño emocional. Frases como: ‘¿Has visto la nota que sacó Luis en el examen? La tuya es mucho más baja pero si te esfuerzas podrás conseguir su nota’… Parece una frase inofensiva pero en realidad es una frase que está machacando la autoestima de tu hijo.

Comparar a tu hijo con otros niños hará que crea que no es capaz de hacer las cosas, que es inferior a los demás y lo peor, no podrá tener en cuenta su propia individualidad. Cuando los niños se ven sometidos a presión al ser comparados con los demás, pueden reducir su disposición a hacer cosas porque ‘no serán excelentes’. Pueden dejar de jugar a fútbol si no son los que corren más rápido o pueden negarse a formar parte del equipo de matemáticas si no son la persona más inteligente del equipo… Aunque sean buenos en ello y les guste hacerlo, pero la frustración se apoderará de su autoestima y socavará su amor propio.

Como padre o madre, es necesario que animes a tu hijo a competir contra sí mismo y jamás contra los demás. Habla con tus hijos sobre la importancia de aprender y practicar para que pueda mejorar hoy lo que hizo ayer, independientemente de cómo lo hagan las personas de su alrededor.

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