Mujeres líderes: transformando las organizaciones a través de la inclusión femenina

Estamos en una sociedad donde el poder de la diversidad siempre está en constante cambio. Estos cambios son necesarios para sobrevivir, sobre todo, en organizaciones donde la adaptación es fundamental para que no se extingan. Para ello, se deben adoptar nuevas perspectivas para tener enfoques más productivos. Por eso, las mujeres líderes comienzan a transformar las organizaciones teniendo en cuenta la inclusión.

Mujeres en el poder

En la actualidad, las mujeres apenas ocupan el 13’7% de los puestos directivos en las más de mil empresas que hay en Argentina, pero esto es solo un ejemplo puesto que a nivel mundial los datos no difieren mucho ya que las mujeres siguen teniendo menos poder en las organizaciones y les cuesta más llegar a ser directivas. Esto evidencia que, aún hoy, existen brechas significativas en la participación femenina en roles de liderazgo empresarial comparado con la masculina.

Si bien es cierto que dependiendo de las zonas del mundo, esto puede aumentar ligeramente. En las sociedades más desarrolladas, las mujeres podrían estar estadísticamente hablando, entre el 30 y el 40% en puestos de dirección en comparación con los hombres.

En realidad, las organizaciones se pierden de la riqueza de contar con la perspectiva e integración femenina en puestos de mando. El liderazgo femenino puede ser igual de poderoso que el de un hombre, y esto es algo sabido. Las mujeres, gracias a su fuerza interna han ido abriéndose paso en un mundo laboral que hasta hace poco estaba dominado por hombres. Hoy en día, su enfoque al tomar decisiones ha revolucionado la forma de concebir y gestionar las empresas.

Superando obstáculos y desafiando estereotipos

Las mujeres siguen enfrentándose a numerosos obstáculos cuando quieren ir hacia el liderazgo. Los obstáculos culturales, históricos, la falta de oportunidades, los prejuicios y la desigualdad son solo algunos de los desafíos diarios a los que se enfrentan. Incluso muchas mujeres se autolimitan al creer que no pueden alcanzar sus metas, juzgando sus propias capacidades en un contexto que no siempre facilita el desarrollo de su potencial.

Ante esta realidad, cada vez es más común que las mujeres recurran al coaching privado para descubrir su potencial y diseñar su futuro dentro de las organizaciones. Los coaches brindan acompañamiento en procesos de transformación, creando un espacio seguro donde las mujeres pueden mostrarse vulnerables. Esta dinámica facilita la expresión auténtica de su identidad y les permite planificar cómo desean ser y ejercer su rol profesional.

Todas las personas, incluyendo las mujeres, albergan potencial en su interior. El descubrimiento de su propio potencial es lo que revoluciona el mundo. Más allá de las dificultades externas conocidas, las mujeres de hoy creen en sí mismas, en su propio ser, en sus capacidades y potencial. Este empoderamiento femenino surge de procesos de introspección donde el coaching ayuda a encontrar infinitas posibilidades para actuar y transformar la cultura de las organizaciones hacia una mirada más inclusiva.

El liderazgo transformador y colaborativo

Un líder no es el que simplemente ordena y deja que los resultados aparezcan. El líder desarrolla las habilidades de las personas que tiene a su cargo, escucha de manera activa, planifica con su equipo, trabaja a través de la Inteligencia Emocional y respeta a cualquier persona que hay a su alrededor. Todo esto es esencial para el desarrollo de una organización, y las mujeres están igualmente capacitadas para lograrlo.

El liderazgo femenino no busca excluir, sino incluir. Busca ser un complemento valioso que aporta una mirada integradora a las empresas sin perder de vista las metas y los objetivos por cumplir. Las mujeres líderes entienden la importancia de la colaboración y fomentan un ambiente de trabajo que valora la diversidad de pensamiento. Su enfoque se basa en la empatía, la escucha activa y la capacidad de crear espacios de diálogo donde cada voz sea valorada.

Las mujeres líderes desafían los estereotipos de género y rompen barreras para demostrar su valía en el mundo empresarial. Su liderazgo inspirador impulsa a otros a alcanzar su máximo potencial y promueve una cultura organizacional más equitativa y abierta. Al reconocer y aprovechar las habilidades y perspectivas únicas que las mujeres aportan, las organizaciones se benefician de una mayor creatividad, resiliencia y capacidad de adaptación.

La inclusión empieza desde el hogar de todas las personas

Asimismo, la educación y la sensibilización son fundamentales para cambiar las percepciones y los estereotipos arraigados en nuestra sociedad. Promover una cultura que valore y respete la diversidad de género permitirá que las mujeres sigan avanzando hacia roles de liderazgo en igualdad de condiciones.

Y esto no se aprende mirando la tele o en la calle. Esto se aprende desde el seno materno, desde los hogares de las personas. De hecho, las mujeres que desean liderar en el ámbito empresarial y que son madres, enfrentan aún más desafíos para equilibrar su vida profesional y la maternidad.

Las expectativas culturales y los estereotipos las presionan, no tienen el apoyo estructural que necesitarían, si no trabajan como si no fueran madres, no les resulta fácil ascender profesionalmente… Esto puede limitarles y que sientan culpa por tener que lidiar con una lucha interna entre sus ambiciones profesionales y su deseo de dar la atención adecuada a sus hijos.

La culpabilidad de no estar presentes en los momentos importantes de sus pequeños les puede hacer sentir una presión de demostrar constantemente su valía y competencia mientras su corazón lo tienen sus hijos.

Es una tarea de todos

Es necesario que las empresas y la sociedad reconozcan y aborden estos obstáculos para permitir que las mujeres líderes y madres puedan alcanzar todo su potencial en el ámbito profesional, ¡sin tener que dejar de lado su tan importante papel familiar! Fomentar políticas de apoyo, la igualdad de oportunidad y promover una cultura inclusiva que valore y respalde la conciliación laboral y familiar resulta imperante.

Mujeres, madres o no, tienen el mismo derecho de alcanzar todo su potencial en el mundo empresarial y al mismo tiempo, que puedan seguir siendo buenas madres, amigas, hijas, hermanas… Sin que la sociedad les obligue a trabajar como si no tuviesen hijos, ni a criar a los hijos como si no tuviesen que trabajar.