Por qué un niño puede tener pesadillas y miedos nocturnos
Descubre qué ocurre para buscar la solución
Referencias científicas
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Las pesadillas no son solo cosa de adultos, aunque puede parecer extraño que un niño que no tenía miedos antes de dormir empiece a tener miedo de repente a cosas como la oscuridad, los monstruos de debajo de la cama o al dormir solo cuando es algo más mayor. Pero tiene mucho sentido desde el punto de vista del desarrollo y su evolución.
Los niños en edad escolar saben diferenciar la realidad de la fantasía pero viven mucho su imaginación, una imaginación que está completamente en auge en la edad escolar. Además, a estas edades los niños suelen tener un mayor acceso a programas y películas, a libros, revistas… por lo que un niño puede recibir más mensajes de miedo sin que nadie los modere.
El mundo de los niños es mucho más grande que cuando era más pequeño y aunque es algo emocionante y divertido durante el día, puede ser bastante aterrador durante la noche.
El miedo por la noche
El miedo puede aparecer por la noche: tener miedo a la oscuridad, a la separación de los padres, de los ruidos, de la malas personas, de los ladrones… es una fase normal del desarrollo que ocurre más tiempo de lo que los padres esperan, ya que un niño puede tener miedos hasta los 9 años. Los niños en edad escolar pueden comprender que en el mundo hay cosas que pueden hacerles daño y que sus padres no siempre pueden protegerlos.
En esta época también aparecen los temores de que algo malo les puede suceder a los padres. Al igual que un adulto, un niño entre 5 y 8 años puede tener problemas para ‘desconectar’ la mente ante el descanso. Los niños pueden quejarse por la noche de un ruido aterrador, aunque realmente solo está asustado por una guerra o un tiroteo que ha visto en las noticias o que sus compañeros de la escuela han estado hablando.
Los padres, en los primeros 10 años de la vida de un niño, deberán ayudarle a entender la diferencia entre el peligro real -que un extraño se acerque o tener malos hábitos como fumar- y lo que puede resultar inquietante pero que no presenta una amenaza personal inmediata -como una guerra que existe en la otra parte del mundo-.
¿Las pesadillas de mi hijo son normales?
Si has hecho todo lo posible para tranquilizar a tu hijo y sigue teniendo conductas temerosas, es posible que sus miedos hayan cruzado la línea del desarrollo normal y hayan pasado a una fobia o a un problema de ansiedad, algo de lo que quizá, necesites un poco de ayuda para hacerle frente.
Puede haber señales que te ayuden a saber que se trata de una fobia como un llanto repetido que dura de unos pocos segundos a una forma de miedo de grandes proporciones. Por ejemplo tu hijo te puede decir que tiene miedo a la oscuridad o que enciendas las luces de toda la casa para que los ladrones no entren.
Los miedos nocturnos o pesadillas persistentes pueden ser el resultado de un suceso que le haya perturbado o que le haya causado un trauma en casa, en la escuela o en otro contexto. Los niños de hasta 12 años son conscientes y vulnerables al estrés que existe ante un divorcio, ante la muerte de un familiar, cuando un padre o una madre pierde el trabajo, cuando cambian de maestro, cuando ocurre un acto de violencia o cuando hay un desastre natural. No hace falta decir que estos miedos y pesadillas también pueden ser causados por el abuso físico o emocional de otra persona y que se convierta en ‘el monstruo de la habitación’.
Si tu hijo no quiere dormir porque tiene miedo o porque no quiere sufrir pesadillas es posible que tenga realmente miedo y puede tener una causa subyacente y emocional que debe abordarse. Un profesional de la salud como tu médico puede recomendarte un terapeuta para tratar este caso.
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