Educación

Basta de premios y chantajes para motivar a los hijos

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

En ocasiones, los padres no saben cómo hacer las cosas para que los hijos les obedezcan siempre que ellos quieran. Es por eso, que se recurre a premios y chantajes para conseguir que los hijos sientan cierta motivación y realicen las cosas que les mandan… Pero, ¿esto realmente es buena opción?

Quizá te preguntes cómo puedes motivar a tus hijos para que te hagan caso, cómo reforzarles para que no sea tan pesado tanto para los padres como para los pequeños que se cumplan las normas. Por ejemplo, si quieres que recojan su dormitorio o que hagan los deberes de la escuela, para no repetirlo tantas veces puedes pensar que motivarles con un premio o decirles que si no lo hacen recibirán un castigo, quizá creas que es la opción más inteligente que puedes tomar… Pero no es así.

En realidad, no es necesario que utilices premios ni chantajes para motivar a tus hijos a que hagan las cosas correctamente. Si lo haces, será un arma de doble filo que te arrepentirás de haber empezado a usar, ¿quieres saber por qué? No pierdas detalle.

Ni premios ni chantajes

La motivación para que realmente hagamos las cosas correctamente debe salir de nuestro interior. Solo de esta manera se conseguirán objetivos y metas. Los niños necesitan una motivación intrínseca para que realmente se dé ese cambio de comportamiento. Si lo que haces es darles una motivación extrínseca (fuera de ellos mismos), cuando esa motivación desaparezca también desaparecerán sus ganas de hacer las cosas bien.

Si no obtienen lo deseado o evitan lo indeseado, no tendrán motivación para poder cumplir con las normas. El premio en sí mismo no es malo, pero no se debe utilizar como norma para motivar a los hijos, ya que si lo haces así, cuando no haya premio, tampoco habrá motivación.

Cómo potenciar la motivación intrínseca

Por lo tanto, lo que realmente importa es motivar a los niños de manera que salga de su interior, que el cambio se dé en ellos mismos y que sientan que realmente tienen el control de sus decisiones. Es decir, hay que potenciar la motivación intrínseca de los niños.

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Para conseguirlo hay que hacerlo con refuerzo emocional. Por ejemplo, si tu hijo estudia mucho y se esfuerza pero sus notas son muy justas, tienes que reforzarle emocionalmente. Deberás elogiarle porque lo que estás valorando es su esfuerzo y ese elogio le ayudará a seguir esforzándose, aunque la nota haya sido baja. Con ese esfuerzo, las notas irán mejorando.

Por supuesto, para mantener la motivación es importante que el objetivo a cumplir sea realista y que los niños sean capaces de alcanzarlo. Pedirle a una trucha que trepe un árbol, simplemente es algo inviable, ¿verdad? Si fijas metas demasiado complicadas para que las alcancen la motivación desaparecerá rápidamente y aparecerá la frustración.

Cómo motivarle sin chantajes ni premios

Si quieres motivar a tu hijo para que cumpla las normas pero quieres dejar de lado para siempre los premios y los chantajes, no te pierdas estas claves que debes recordar a partir de ahora:

  • Ayúdale a reflexionar sobre temas y objetivos que sean realistas para su capacidad.
  • Permite tiempo de autonomía en los quehaceres diarios pero guíale siempre que se sienta perdido.
  • Propón actividades que sean de su interés y le permitan sentir motivación por hacer cosas nuevas y tener experiencias.
  • Ayúdale a potenciar su pensamiento crítico y a mejorar su capacidad de resolución de conflictos.
  • Dile que te enseñe algo que sabe hacer pero que tú no. Se sentirá mejor y estará motivado.
  • Dile que te ayude a hacer algunas cosas que haces en casa, se sentirá valioso.
  • Enséñale a ser perseverante, a disfrutar de los triunfos y a aprender de los errores.
  • Enséñale el valor del esfuerzo en cualquier aspecto de la vida.
  • No elogies solo sus logros, elogia su esfuerzo y su constancia.

Estas son algunas maneras que puedes tener en cuenta para poder motivar a tus hijos sin necesidad de recurrir al chantaje o a los premios. Ahora solo tienes que ponerlas en marcha y darte cuenta de la importancia que tiene la motivación intrínseca en la vida de los niños, y de cualquier persona.

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