Efectos y riesgos de los castigos físicos a niños y niñas
NUNCA un castigo físico es una opción para educar a los hijos/as
A menudo los padres recurren al castigo físico para “corregir” y “educar” a sus hijos. Este método correctivo de la conducta puede incluir desde empujones y bofetadas hasta palizas en toda regla. Lo triste es que no se trata de casos aislados sino de un problema de rabiosa actualidad. Los datos confirman que el número de niños castigados físicamente ha crecido en las últimas décadas, sobre todo en las zonas con más pobreza y menor nivel de escolaridad.
Sin embargo, el castigo físico, por muy leve que sea, deja profundas huellas, no solo a nivel físico sino también psicológico. De hecho, sus repercusiones no se limitan a la etapa infantil sino que pueden extenderse a la edad adulta.
10 efectos de los castigos físicos durante la infancia
Antiguamente se pensaba que el castigo físico tenía un efecto educativo en los niños pero hoy sabemos que puede provocar efectos muy negativos en la esfera emocional y social. De hecho, la práctica frecuente de la violencia puede:
- Dañar la autoestima de los niños propiciando inseguridad y falta de autoconfianza.
- Destruir la creatividad de los pequeños ya que bloquea su comportamiento e iniciativa.
- Limitar su autonomía e independencia, convirtiéndoles en personas sumisas.
- Disminuir la capacidad de razonamiento y aprendizaje de los niños ya que estos no contemplan el diálogo como una alternativa para solucionar sus problemas.
- Afectar el desarrollo emocional de los pequeños provocando sensaciones de tristeza, angustia y ansiedad.
- Limitar la comunicación entre padres e hijos levantando barreras tan grandes que a menudo sobreviven incluso en la edad adulta.
- Aumentar la sensación de soledad y abandono, lo cual suele generar un sentimiento de indefensión.
- Dificultar el desarrollo de las habilidades sociales y de resolución de conflictos, a menudo los niños que son maltratados no son capaces de desarrollar una comunicación asertiva.
- Generar una visión negativista y amenazante del mundo, el niño que es víctima de la violencia por parte de la persona que debería cuidarle y amarle, suele formarse una concepción negativa de su entorno y de las personas.
- Provocar daños físicos, ya sea de forma intencional o no.
Los riesgos más comunes de los castigos físicos
El mayor riesgo que implica el castigo físico es la respuesta violenta. De hecho, la mayoría de los niños que han sido víctimas de los castigos físicos desarrollan conductas agresivas y violentas con sus compañeros de clase y amigos. Es común que el maltratado se convierta, a su vez, en maltratador.
En realidad, estos niños no tienen una tendencia sádica, lo que sucede es que no conocen otro patrón de relación. No han desarrollado sus habilidades sociales y creen que es normal responder con violencia cuando algo no les gusta o les molesta. Cuando estos niños enfrentan un conflicto, no tienen más herramientas para resolverlo que la violencia.
Otro riesgo importante de los castigos físicos son las enfermedades mentales. De hecho, un estudio realizado por investigadores canadienses que fue publicado recientemente en la revista Pediatrics desveló que los castigos físicos son un factor de riesgo para el desarrollo de algunas psicopatologías.
En esta investigación se apreció que los niños que recibieron azotes cuando eran pequeños tenían entre un 2-7% más probabilidades de padecer trastornos del estado de ánimo, ansiedad y abusar de sustancias como el alcohol y las drogas. Asimismo, notaron que estos niños tienen entre un 4-7% más probabilidades de desarrollar alteraciones de la personalidad, trastornos obsesivos-compulsivos y problemas intelectuales en la edad adulta, en comparación con los niños que no fueron maltratados.
Las conclusiones no dejan lugar a dudas: el castigo físico lacera el desarrollo psicológico de los niños y niñas a corto y largo plazo. Por eso, lo mejor es evitarlo.
Comentarios
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Excelente documento y educativo parar padre y abuelos, vivimos mucha violencia intrafamiliar la cual hace mucho daño a los niños. Dios las bendiga.
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Interesante artículo ,aún nos quedan resquicios sobre ese tipo de educación y toda la información que se nos aporte para evitarlo me parece fantástica .
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Y a mi me consta que es cierto, con el abuso y el maltrato causado por que los padres (o en mi caso mi padre y la completa y total falta de seriedad e interés de mi madre) me llevó a no confiar para nada en ellos y me incomoda depender de ellos aun cuando no tenia mas de 15 años. Preferí hacer las cosas solo amando los momentos en que podría estar alejado de mi padre y en los momentos que este último llegaba a la casa podía incluso padecer de ataques de pánico, no lo quería cerca mío, incluso ahora ya de 25 años. Cuando este ya pasó esa etapa de violencia, no tolero escuchar sus regaños y me da miedo un dia devolverle los favores que me hizo cuando era pequeño. Por lo que decidí irme de mi caza, porque su vos en momentos me estresa de maneras increíbles.
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Esto va muy bien para quienes apoyan la violencia para educar, diciendo que fue buena para conseguir buenos resultados, que mejor dicho, sería obediencia por miedo.
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