Educación, Salud

#FinAlMaltrato: Detengamos el maltrato infantil

Consejos para ponerle fin al maltrato infantil

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Maltrato infantil
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Cada vez son más los niños víctimas de la violencia física y del abuso psicológico. De hecho, según apuntan los datos de la Unicef, en Chile el 71% de los niños ha sido violentado en alguna ocasión y de ellos un 25,9% sufre maltratos físicos graves. En Paraguay el número de víctimas asciende al 61%, de los cuales un 35% ha recibido maltratos graves.

Los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia corroboran una realidad muy similar en Argentina, donde el 65,2% de los padres agrede psicológicamente a sus hijos y el 46,4% utiliza ocasionalmente el castigo físico para educarlos. En España la situación no es más halagüeña. Según un informe de la Fundación Anar, los casos de maltrato infantil aumentaron el año pasado en un 3%, casi todos debido a malos tratos por parte de los padres.

Sin embargo, más allá de las cifras, lo peor es el maltrato infantil provoca severos daños. Además, los perjuicios tardan en mostrar su cara, por lo que cuando se aprecian las primeras señales de una alteración psicológica, es porque esta se ha instaurado y es difícil de eliminar.

Por este motivo, la Unicef ha comenzado a promocionar una nueva campaña bajo el título “#FinAlMaltrato: Detengamos el maltrato infantil”. Se trata de un proyecto sustentado en cuatro videos promocionales en los que estatuas humanas simulan diferentes situaciones de maltrato infantil. Su propósito es lograr que los adultos tomen conciencia de los riesgos que implica el maltrato físico y psicológico para los niños, en aras de eliminar este tipo de violencia.

Dichos videos serán promocionados desde una plataforma web interactiva, que los distribuirá a través de las principales redes sociales.

10 consejos para ponerle fin al maltrato infantil

La violencia infantil no solo se refiere al maltrato físico, sino también al abandono, la negligencia, la carencia de afecto y las ofensas y humillaciones, ya sean de índole verbal o no. Los especialistas afirman que por lo general, la incidencia de la violencia psicológica suele ser mayor que la del maltrato físico porque, además de ser una forma de conducta más “natural”, también suele pasar desapercibida con más facilidad. De hecho, algunos padres maltratan a sus hijos de forma intencionada, pero otros lo hacen por descuido y de manera inconsciente.

Por fortuna, para prevenir la violencia infantil solo es necesario poner en práctica algunos de estos consejos:

  1. Fomenta normas claras de convivencia en el hogar que se sustenten en valores positivos, como la honestidad, sinceridad, responsabilidad y humildad.
  2. Aprende a regular tus emociones, poniendo un énfasis especial en las sensaciones negativas como la agresividad, la ira y las respuestas impulsivas y poco racionales.
  3. Estimula una comunicación asertiva con tu hijo: bríndale la oportunidad de expresarse, escúchale y conversa con él utilizando un lenguaje directo y sencillo en el que no tengan lugar las recriminaciones ni la humillación.
  4. Mantente atento a las necesidades y demandas físicas y emocionales de tu hijo, así como a sus intereses e inquietudes.
  5. Fortalece su autoestima y autoconfianza a través de elogios y reconocimientos. Es mejor fomentar una educación basada en el reforzamiento positivo, que en el castigo.
  6. Exprésale tu cariño constantemente, dejándole claro que, sin importar los errores que cometa, siempre le querrás.
  7. Apoya a tu hijo siempre que lo necesite, sobre todo cuando tiene dificultades o está atravesando una etapa difícil.
  8. Enséñale a reconocer y aceptar sus errores. Para lograrlo, nada mejor que dar el ejemplo y pedirle disculpas cuando te equivoques.
  9. Explícale sus derechos, haciéndole saber que cualquier persona que viole su espacio e intimidad sin su consentimiento, lo está maltratando y, por tanto, debe decírtelo.
  10. Enseña a tu hijo a respetar el criterio y el espacio ajeno, independientemente del estado emocional o de las diferencias de opinión que pueda tener con otras personas.

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