Salud

La realidad de una madre autónoma y de baja laboral por enfermedad

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Nadie dijo que ser madre y autónoma fuese un camino de rosas. Gratificante sí, pero difícil cuando las cosas se complican. Vivimos en una sociedad donde se debe trabajar como si no se fuese madre y se tiene que criar como si no se trabajase. Y en el caso de ser una madre de dos niños en edad escolar y autónoma sin ayudas de ningún tipo, las cosas empiezan a ser algo más difíciles.

Pero las cosas aún se vuelven más complicadas cuando además de ser madre y autónoma, te pones enferma. Te diagnostican bronconeumonía y no aceptas el ingreso al hospital porque no tienes ayudas para poder cuidar de tus hijos, que también están enfermos con gripe.

Tus hijos te necesitan

Te mandan una medicación muy fuerte con antibióticos y pasas noches sin dormir porque tus hijos te necesitan, mientras tu fiebre no baja y no puedes respirar. No puedes con tu cuerpo ni con la vida, pero tienes que resistir, tus hijos te necesitan. Son tus hijos, tú decidiste traerlos al mundo; hay que apechugar.

Estás de baja laboral porque no puedes atender a los clientes, pero como eres autónoma la baja que se queda es del 60% de lo cotizado después del 4º día de enfermedad. Que como cualquier autónomo en España, es la cuantía mínima debido a la alta cuota que hay que pagar mensualmente para poder trabajar por cuenta propia.

Se supone que con esa cuantía se debe mantener a una familia, pero no, no se puede. Estás enferma, cuidando de tus hijos y no puedes evitar hacer números porque sabes que no vas a llegar a fin de mes y que tendrás que tirar de ahorros (y sentirte afortunada en el caso de que puedas tirar de ellos).

Sabes que tendrás que empezar a trabajar de nuevo antes de estar recuperada del todo. Y es por eso que caíste enferma, porque no podías dejar de trabajar aunque estuvieses mal… Nadie te va a salvar y aguantaste hasta que tu cuerpo dijo; basta. Tienes bronconeumonía porque el sistema no te ayuda y la sociedad mira hacia otra parte, porque no pudiste cuidarte y ahora no te queda más remedio, mientras te sientes culpable por ello.

Nadie te ayuda y a nadie le importa

Pero la Odisea no acaba ahí. Un día, después de que tu hija pequeña de 5 años lleve días con fiebre alta y que no se le baja apenas con medicación… Llamas a emergencias sanitarias para que vayan a visitarla a casa porque tú no puedes tirar de tu cuerpo, tienes a los dos niños enfermos en casa y sin ayuda para poder llevarles al médico.

Llamas por teléfono y la respuesta que recibes es una conversación fría con la teleoperadora de emergencias que te dice:

“Señora, si no tiene a nadie que le pueda ayuda y usted se encuentra mal, tómese un antitérmico y cuando se encuentre mejor lleva a su hija a urgencias. El protocolo no permite que nadie vaya a visitar a su hija a su casa aunque sus circunstancias sean así”.

Y te cuelga el teléfono. Y te encuentras sola, enferma y con dos niños también enfermos y la sociedad, que de nuevo, no te ayuda.

Esa es la realidad de muchas madres autónomas que cuando se enferman se encuentran solas. Solas ante una sociedad que se le llena la boca diciendo que nos ayudan… pero a la hora de la verdad, es mentira.

No existe una tribu para cada madre con dificultades. Las que la tienen, sin duda son afortunadas. Pero no es un habitual.

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¿Historia real o inventada?

Esta historia puede ser real o inventada, decídelo tú. Pero si eres madre y autónoma es probable que te hayas sentido reflejada, porque te habrá pasado muchas veces… más de las que te gustaría, mientras la sociedad calla.

Calla porque seguimos aguantando que nos traten de segunda, cuando la sociedad funciona gracias a nuestro esfuerzo y nuestras noches sin dormir. No pedimos más que otras madres trabajadoras… pedimos una igualdad que no existe a nivel laboral, ni familiar.

Los medios de comunicación no dicen la realidad, no se puede creer nada cuando hablan de ayudas hacia los autónomos. Todo queda en agua de borrajas y cada cual que crea lo que quiera en base al desconocimiento hacia cualquier sector de trabajo autónomo.

Si nunca has tenido este tipo de dificultades, siéntete afortunada, pero ahora conoces un poco mejor la realidad de muchas madres que luchan cada día más horas de las que tiene un reloj… tanto en casa, como fuera de ella. No son mejores que tú, pero tampoco peores. Se piden derechos, que no tienen. Pero que sin sus obligaciones como trabajadoras autónomas la sociedad empezaría a tambalearse. Somos madres, autónomas… pero también somos humanas y como cualquiera, tenemos límites.

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