Educación

Por qué los adolescentes inteligentes hacen cosas no tan inteligentes

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Adolescentes inteligentes
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Todos los adolescentes sienten que tienen el absoluto poder en sus vidas y que nada ni nadie se puede interponer en su camino. Están entre dos mundos: el de ser un niño y el de convertirse en un adulto. Todo esto hará que quieran explorar fuera de la dependencia paterna/materna y sentir al mismo tiempo, su independencia. Los adolescentes necesitan tomar sus propias decisiones, aunque no siempre son las mejores decisiones.

Los adolescentes sienten la grandeza dentro de su interior, pero a veces esa grandeza está disfrazada de malas decisiones. Estas malas decisiones pueden ser impulsadas por la misma mecánica que también les hace ser más valiente, creativo, compasivo, audaz, atrevido y además innovador. Los adolescentes empiezan a tener cualidades que antes no tenían, pero necesitan la guía de sus padres para no perderse por el camino.

Para poder entender las malas decisiones de los adolescentes y ayudarles a aprender de sus consecuencias o en algunas ocasiones, a evitar que las cometan… será muy importante que sepamos como padres y madres, por qué los adolescentes, incluso los más inteligentes, tienen decisiones que no son tan inteligentes.

Quieren asumir riesgos

Durante la adolescencia, el mundo se les abre a los adolescentes. Tienen la necesidad de sentir la novedad, de conocer la aventura y de asumir desafíos que les ayudará a explorar lo que son capaces de hacer y de cómo pueden extender sus propios límites.

El crecimiento y el aprendizaje que provienen de ello son fundamentales para que se conviertan en menos dependientes de la familia y en que sean capaces de entrar en el mundo de los adultos siendo personas emocionalmente sanas y equilibradas, además de independientes. Lo que ocurre, es que ésta necesidad de exploración y experimentación en ocasiones pueden llevarles a situaciones de riesgo con malas consecuencias.

Quieren sentir la dopamina

La dopamina se libera cada vez que tenemos algo que queremos. En el cerebro de los adolescentes, los niveles de éste son más bajos que la de los adultos, por lo que podría parecer poco en ocasiones, pero cuando es liberado, llega a niveles mucho más alto que en los adultos.

Adolescente

Los bajos niveles hacen que los adolescentes estén más propensos de sentirse aburridos o indiferentes, pero cuando consiguen tener dopamina en su cerebro, se sentirán maravillosamente. Esto está bien si consiguen tener dopamina alta cuando saca la basura o si limpia su dormitorio… pero la realidad es que la dopamina se libera en los adolescentes cuando prueban cosas nuevas. Hay adolescentes que persiguen sentir ésta dopamina y en ocasiones, puede ser a través de experiencias seguras, pero otras veces, puede que no sean tan seguras.

Las decisiones pueden ser impulsivas

Al comienzo de la adolescencia, el cerebro de los adolescentes tiene millones de neuronas nuevas, eso les ayudará en su transición a la vida adulta. Pero mientras tanto, el cerebro necesitará fortalecer las conexiones y algunas zonas del cerebro. Una de las primeras partes a desarrollar es la amígdala, que participa en las reacciones instintivas, impulsivas y emocionales. Cuando se trata de una cuestión de supervivencia, la amígdala es la encargada de mantenernos con vida, pero en la actualidad es la que nos ayuda a tomar buenas decisiones así como también lo hace la corteza prefrontal, quien nos ayuda a resolver los problemas, a tener una parte sensible en nosotros, es la lógica del cerebro que es capaz de calmar las reacciones más instintivas e impulsivas considerando las consecuencias.

El problema está sin embargo, en que la corteza pre-frontal no se desarrolla completamente hasta que las personas llegan a tener 24 años. Hasta entonces, la toma de decisiones estará fuertemente influenciado por la amígdala. Las decisiones estarán impulsadas más por el instinto y por el impulso que por la consideración racional, reflexiva o por las consecuencias. El cerebro adolescentes, ha sido comparado siempre con un coche de alto rendimiento: tiene toda la capacidad y potencia… pero no tiene frenos.

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