Familia

Dardos envenenados que deben mantenerse lejos de tu hogar

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

El hogar es el lugar más importante para el desarrollo de un niño, por eso debe ser sano porque de esta manera ayudará a que los niños puedan crecer fuertes y sanos a nivel psicológico y emocional. Pero un hogar que no es sano y que con solo entrar te das cuenta que está enfermo, hará que los niños se vuelvan vulnerables, y también, personas tóxicas.

El hogar como refugio emocional

El hogar no solo son 4 paredes que nos dan cobijo. El hogar lo componen las personas, es el sentimiento que se tiene cuando se está al lado de personas que amamos, en un lugar que se convierte en nuestro refugio. El hogar, es el lugar donde las personas crean un buen vínculo, donde nos sentimos seguros y protegidos, tanto a nivel físico como emocional.

El hogar es nuestra casa, es donde habitamos, donde nos sentimos seguros, espacios que compartimos con quienes consideramos nuestra familia… En un hogar de más de una persona hay convivencia, donde tener armonía en el ambiente es cosa de todos. Porque un hogar lleno de personas, puede ser igualmente, un hogar vacío emocionalmente… un gran veneno para todos. La calidad de un hogar se construye y los lazos que se crean determinarán la salud emocional de las personas que conviven en el interior de él.

Que haya conflictos en un hogar donde conviven diferentes personas es inevitable y es algo que se debe aceptar para poder manejarlos bien en caso de que ocurran. Pero aunque hayan conflictos no deben haber comportamientos que se conviertan en una enfermedad emocional. Los dardos envenenados deben quedarse lejos de tu hogar para que pueda ser un gran refugio emocional. Pero, ¿cuáles son los dardos más venenosos que pueden perjudicar en un hogar?

3 dardos venenosos que deben permanecer lejos de tu hogar y familia

1. El infierno de los gritos

Los gritos hacen daño, son como dardos envenenados que se clavan en el corazón y que después son muy difíciles de quitar. Los gritos pueden comenzar en momentos puntuales, pero después se toman como hábito y sin apenas darse cuenta se pueden convertir en algo habitual en la no-comunicación, en una desagradable costumbre. Los gritos no comunican, los gritos dañan el alma de quien lo recibe y quien los realiza. No importa el motivo del grito, nunca es justificado. 

hogar familia emocionalmente saludable

Los gritos generan violencia en los niños y convierten una conversación que podría ser normal en un conflicto que daña emocionalmente a todos los involucrados. El grito pretende crear poder, pero solo crea problemas. Para vencer a los gritos hay que tener autocontrol, respetarse a uno mismo y también a los demás… Hablar suave y no permitir que te griten y después, no gritar. Un hogar sin gritos, es un hogar mucho más saludable emocionalmente. 

2. No responsabilizarse de los actos

Culpar a los demás y no responsabilizarse de los propios actos es otro dardo venenoso que afecta a adultos y que desgraciadamente, también a los niños. Los adultos son los mejores ejemplos para los niños y si un adulto no sabe responsabilizarse de sus actos, ¿cómo pretenden que lo aprendan los niños? Solo aprenderán a ‘escurrir el bulto’, como hacen los demás.

Para evitar que esto ocurra, es necesario que en cualquier momento de la vida cotidiana los adultos se responsabilicen de sus actos. Por ejemplo, si gritan a los niños o tienen un mal comportamiento, deberán pedirles perdón y además, buscar soluciones para que en el futuro no vuelva a ocurrir algo semejante.

3. Sin respeto en los espacios personales

No tener intimidad en el propio hogar es otro dardo envenenado que puede tener graves consecuencias (como la inseguridad, la falta de respeto hacia el otro, etc). Una parte imprescindible de la convivencia consiste en respetar el espacio de los demás. El espacio físico y el espacio emocional son partes que no se deben invadir de ninguna manera. El respeto por el espacio del otro es fundamental para una buena convivencia entre las personas, sin importar las edades.

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