Familia

Te encanta ser madre pero también añoras tu libertad

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Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Ser madre es lo más maravilloso que te pueda pasar en la vida, e independientemente de cómo la vivas hoy en día, lo más seguro es que si pudieses volver atrás querrías tomar las mismas decisiones que te han llevado a la vida que tienes hoy con tus hijos a tu lado. Es una realidad: ser madre no lo cambias por nada porque tus hijos son tu vida, pero en ocasiones puedes echar de menos tener esa libertad para poder hacer planes sin tener que planearlo todo con tanta antelación.

Te encantaría hacer cosas pero no siempre puedes

Quizá alguna vez te haya gustado la idea de quedarte en una fiesta, pero sabes que tus hijos despertarán temprano al día siguiente o que probablemente, tu bebé te requiera en mitad de la noche. Esto hará que te marches de la fiesta, porque debes atender tu deber como madre, aunque te hubiera encantado quedarte más tiempo…

Es posible que también hayas pensado alguna vez que te encantaría quedarte todo el día en tu casa en pijama, sin salir viendo Netflix y comiendo palomitas. Pero eso no es posible, tus hijos te reclaman. ¿Y eso de dormir toda la noche del tirón? ¡Es lo que más añoras de todo!

Si alguna vez logras salir al cine o a tomar algo con las amigas, de repente te ves mostrando las fotos de tus hijos y hablando de ellos. No puedes evitarlo… Son lo más preciado de tu vida y te encanta hablar de ellos. Incluso si alguna vez te separas de ellos algunas horas, solo tienes ganas de verles de nuevo, abrazarlos y decirles todo lo que les quieres y todo lo que les has echado de menos mientras no has estado a su lado.

Ser mamá tiene dos caras

La realidad es que ser mamá tiene dos caras. Diariamente solo quieres tener un tiempo para ti, para descansar, para sentarte sin escuchar gritos y sin tener que hacer mil cosas al mismo tiempo. Pero cuando lo tienes, solo quieres estar a su lado y disfrutar de su maravillosa presencia en tu vida. ¡Tus hijos lo son todo para ti!

A veces estás tan cansada, que solo quieres dormir sin despertarte durante toda la noche, pero si se ponen malitos, tienes un sueño tan ligero que cualquier ruido te despierta por si son tus hijos que te necesitan puesto que tu deber es cuidarles y atenderles, tanto de día, como de noche. Ser mamá no es algo de 8 horas al día, es algo de 24 horas los 365 días del año y para siempre.

Hemos dicho que ser madre tiene dos caras, no puede haber sombra sin luz ni viceversa. Es necesario aceptar esto para disfrutar realmente de la maternidad, descubrirnos como las grandes mujeres y madres en que nos hemos convertido, ¡valorar esa luz tan maravillosa que tenemos en nuestro interior y que guía a nuestros hijos cada día de su vida!

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Está bien echar de menos la libertad

Si alguna vez has echado de menos la libertad, eso está bien y no tienes que sentirte mal, ¡bajo ninguna circunstancia! Eres humana, te cansas y es normal que en algún momento necesites estar tranquila y simplemente, descansar. Es normal que eches de menos un baño largo, un paseo sin pensar en la hora en que tienes que volver a casa, poder cuidar tu cuerpo sin prisas o no pensar en horarios por un día completo.

Está bien sentir dos cosas al mismo tiempo: querer estar con tus hijos en todo momento y querer estar en una playa tomando el sol sola sin gritos o pasear en medio de la naturaleza y disfrutando de la tranquilidad. Es normal querer abrazarles constantemente y al mismo tiempo sentirte bien cuando están tranquilos durmiendo en su cama.

No debes sentirte mal por echar de menos tu vida de antes de ser madre y esa libertad e independencia que antes disfrutabas y que ahora se ha convertido en una utopía. Pero al aceptar y reconocer lo que es la maternidad, entonces, podrás darte cuenta de lo maravillosa que eres y de que tus hijos siempre serán lo primero en tu vida.

La maternidad no es un camino de rosas, ni tampoco es un cuento de hadas. Habrán momentos buenos y otros no tan buenos, habrá felicidad y también lágrimas. Habrán momentos en los que la alegría recorrerá tu cuerpo y otros momentos donde la desesperación y la frustración hará que brote ansiedad dentro de ti. Pero todo esto es normal, es aprendizaje y es necesario saberlo para poder controlar los momentos más difíciles y disfrutar de aquellos que te llenen el corazón.

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