Educación

Consejos para poner límites a los niños con Disciplina Positiva

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Límites con Disciplina Positiva
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Para poner límites a los niños a través de la disciplina positiva se comienza con el comportamiento del adulto. Un buen ajuste del límite, la comunicación clara de los límites, es un buen comienzo. Los adultos deben incluir en su enseñanza el comportamiento más apropiado, dando señales para el nuevo comportamiento, dando opciones a elegir a los niños y apoyando en el nuevo y apropiado comportamiento.

La orientación positiva y la disciplina también incluyen cambiar algo acerca de una situación, haciendo caso omiso a la conducta cuando es apropiado hacerlo. Una orientación y una disciplina positiva sigue un buen camino cuando los adultos administran la disciplina con estrategias positivas como por ejemplo:

  • Redirección con actitud positiva
  • Escucha activa
  • Resolución de conflictos
  • Reconocer y tratar las emociones fuertes
  • Reconocer las señales de estrés o ansiedad
  • Evitar la sobreestimulación
  • Enseñar técnicas de relajación

Es muy importante ayudar a los niños a preservar su dignidad en la disciplina positiva mientras aprende un buen comportamiento. El desarrollo de unos límites razonables se centra en las cosas más importantes, indicando la eficacia de los límites, ayudando a los niños a aceptar los límites y comunicándolos a los demás. También es fundamental revisarlos periódicamente siendo flexibles ante diferentes las situaciones.

Cuándo son importantes los límites

Los límites son importantes siempre pero sobre todo cuando se trata de seguridad para ti y para los demás, esto no es negociable. Tratar a los demás con respeto es importante y tratar las propias necesidades sin atacar a nadie más también lo es. Las demás reglas pueden cambiar con el tiempo y se tendrá que aprender a tratar sus propios conflictos y necesidades para poder estar bien con él mismo y con su entorno.

Los padres deben crear y establecer límites necesarios, dejando de lado a los innecesarios. Sólo debes asegurarte de que tienes una buena conexión con tu hijo para que puedas establecer los límites con empatía y asertividad, y si tu hijo puede sentir esto, los límites no serán un problema en la educación de tus hijos.

Disciplina positiva para establecer límites

Límites razonables en las cosas importantes

Los adultos influyen en los niños mostrando sus expectativas para conseguir un comportamiento deseado y ayudar a los pequeños a entender que hay límites que deben cumplir. Es necesario entender la importancia de los límites apropiados en las relaciones entre los adultos y los niños. 

Es imprescindible abogar por una comunicación positiva para poder comunicar claramente los límites, que deberán tener sentido para los niños y además, deberán sentir que son ellos los que tienen el control sobre la decisión de acción de esos límites establecidos por los adultos -a través de las opciones-. Los límites deben establecerse hacia las cosas importantes y no triviales, como por ejemplo la salud física y emocional de los niños y adultos, así como la seguridad. De este modo se fomenta el auto-control sano, teniendo en cuenta también sus emociones, sus sentimientos y cómo se siente el niño/a en cada momento.

Consideraciones de la disciplina positiva para establecer límites

  • La disciplina positiva se basa en el respeto mutuo.
  • El propósito de la disciplina positiva es ayudar a los niños a organizar, internalizar las reglas y adquirir pautas de comportamiento adecuadas teniendo en cuenta sus necesidades, sus inquietudes y sus intereses.
  • Los temperamentos de los niños y de los padres, en particular en el contexto del medio sociocultural, requiere flexibilidad. Los niños con Necesidades Educativas Especiales o con retraso en el desarrollo requieren ajustes adicionales y resolución de problemas.
  • La disciplina positiva no infunde vergüenza, ni culpa negativa, ni una sensación de abandono o pérdida de confianza. En su lugar, infunde una sensación de mayor confianza y fortaleza entre el niño y sus padres.
  • Evitar la confrontación siempre que sea posible ofreciendo sugerencias y opciones (pocas y ajustadas al momento) adecuadas así como el conocimiento de las consecuencias naturales y pactadas ante determinados comportamientos.

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