Educación

Niños youtubers: El riesgo de una infancia destrozada

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Niño youtuber
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

En la sociedad líquida que describió Zygmunt Bauman, en la que nada es permanente, ni siquiera el trabajo, y todo cambia a velocidad de vértigo, están surgiendo nuevas figuras de éxito entre los niños y adultos. Animados por la tecnología, ahora los niños quieren ser youtubers, según confirmó el informe Adecco, en el que se aprecia que esta profesión ya se ha colado en las preferencias infantiles. El 2,4 % de los niños encuestados aspira a ser youtuber.

No es casual, puesto que los pequeños son grandes consumidores de esta red social, y los padres son conscientes de que tener éxito puede implicar un negocio muy suculento. Por supuesto, no hay nada de malo en ser youtuber, pero los padres deben ser conscientes de los riesgos a los que pueden exponerse sus hijos si comienzan a publicar vídeos en esta red social.

Los peligros de ser youtuber a una edad temprana

Asumir una responsabilidad para la cual no están preparados

Para tener un canal en YouTube y subir vídeos es necesario que el niño tenga 14 años, a menos que cuente con el consentimiento de los padres. El problema es que desde los 14 años los niños tienen que responder penalmente por sus acciones, lo cual significa que se exponen a una serie de riesgos de los cuales ni siquiera son plenamente conscientes, desde violaciones de derecho de autor hasta incitación al odio con sus comentarios o publicidad engañosa.

Pérdida de la privacidad

Una vez que se sube un vídeo a Internet, es prácticamente imposible controlar su difusión ya que, aunque se elimine de YouTube, este pudo haber sido copiado y publicado en otros sitios web, de manera que la privacidad del niño podría verse seriamente comprometida, sobre todo en un futuro si desea eliminar esos vídeos porque estos pueden afectar su reputación de alguna manera.

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Exposición al ciberacoso

Un niño que suba un vídeo a YouTube se encontrará expuesto a los comentarios de los internautas, algunos de los cuales podrían no ser precisamente halagüeños. Se trata de una exposición completamente innecesaria, sobre todo a edades tempranas en las que la identidad todavía no está formada. También quedarán más expuestos al ciberacoso por parte de personas con quienes pueden iniciar una conversación en la red pero cuyas verdaderas intenciones no se conocen.

Dedicación excesiva que conduce al descuido de otras actividades

Detrás de un vídeo suele haber muchas horas de trabajo y esfuerzo, al menos para quienes se lo toman en serio. Cuando un niño dedica demasiado tiempo a las pantallas, significa que lo está restando de otras actividades que también son beneficiosas para su desarrollo, como puede ser el deporte, pasar tiempo en familia, descansar, leer o incluso jugar con sus amigos. Dedicarse demasiado a hacer vídeos también puede conducir al aislamiento social y generar un bajo rendimiento escolar.

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Dependencia de los likes

Ser youtuber no es sencillo, el éxito no llega de la noche a la mañana y solo unos pocos logran sobresalir y crear una comunidad lo suficientemente grande como para que se convierta en una perspectiva de trabajo. Ello implica que, en el intento de alcanzar la fama, el niño puede desarrollar una dependencia de los likes, de manera que su estado de ánimo fluctuará según el éxito que ha tenido su último vídeo. Al final, ese niño terminará condicionando su vida a las reacciones de sus seguidores, quedando sometido a lo que se conoce como la “dictadura de los likes”.

Autoestima frágil

Las opiniones, críticas y reacciones de las personas en las redes sociales pueden afectar la incipiente autoestima del niño. Además, el hecho de buscar continuamente los likes puede hacer que su autoestima dependa cada vez más de los demás, en vez de basarse en su propia valoración. Eso hará que ese niño sea extremadamente frágil ya que su autoestima depende de las opiniones ajenas.

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