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Chistes navideños para niños

Los mejores chistes navideños para hacer reír a tus hijos

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Chistes navideños
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La risa es un excelente bálsamo. Cuando nos reímos liberamos endorfinas, unas hormonas que nos relajan y nos hacen sentir bien. La risa también es el mejor remedio contra el cansancio y el tedio, influye en nuestros procesos fisiológicos y protege nuestro sistema inmunitario. Por eso, nada mejor que aprovechar la Navidad, una época en la que normalmente estamos más relajados y pasamos más tiempo en familia, para echar unas buenas carcajadas. De hecho, ¿sabías que los chistes no solo hacen reír a los niños sino que también amplían su vocabulario y fomentan sus habilidades sociales?

Seis chistes de Navidad para hacer reír a los niños

1. Un niño le pregunta a su papá:
– Papá, ¿qué me vas a regalar este año?
Y el papá le responde:
– ¿Qué te regalé el año pasado hijo?
En este punto, el niño le dice:
– Un globo
Y el papá, con cara de ilusión, le dice:
– Pues este año te lo inflo.


2. Llaman a la puerta de una casa, el niño sale corriendo a abrir y su madre le pregunta:
– ¿Quién es?
El niño responde:
– Papá Noel
Y su madre le advierte
– Pues si no es papá, no abras la puerta.


3. Un juez se prometió a sí mismo que sería más tolerante durante la Navidad, así que le preguntó al acusado que tenía delante:
– ¿De qué se le acusa?
– De haber hecho mis compras navideñas con antelación.
– Pero eso no es un delito – le responde el juez – ¿Con cuánta anticipación las compró usted?
– Antes de que abrieran la tienda. – Responde el acusado.


4. En Navidad, Manolito fue al Polo Norte porque tenía una cosa muy importante que pedirle a Papá Noel. Le dijo:
– Este año quiero una mama buena.
Al día siguiente, cuando regresó a su casa, Luis tocó a la puerta y le abrió su mamá. Enfadado, Luis regresó al Polo Norte para reclamarle a Papá Noel:
– Yo te pedí una mama buena.
A lo cual Papá Noel respondió:
– Tu mamá ya es buena.
Entonces Luis dice:
– Sí, claro, eso lo dices tú por que a ti no te regaña.


5. Un niño le escribe a los Reyes Magos, en su carta les pide 30 euros para comprarse unos zapatos de invierno porque los que tiene están rotos y pasa mucho frío.
Por casualidad, la carta se abre y los carteros la leen. Se conmueven tanto con su contenido que deciden hacer una colecta y le mandan al niño los 10 euros que han logrado reunir.
Al cabo de unos días, los carteros reciben otra carta para los reyes magos del mismo niño.
Esta vez la carta dice:
«¡Queridos Reyes Magos! Muchas gracias por el dinero pero la próxima vez no lo mandéis por correo porque algún cartero se ha quedado con los 20 euros que me faltan«.


6. Una madre le pregunta a su hijo de 6 años:
– ¿Qué le vas a regalar este año a tu hermano pequeño por Navidad?
El niño le responde:
– No lo he decidido aún.
La madre le dice:
– ¿Qué le regalaste el año pasado?
– El sarampión – responde el niño muy serio.


Los chistes son un asunto serio

Un chiste, sobre todo cuando se hace en presencia de un niño, no es una simple colección de frases para hacer reír, también es una herramienta a través de la cual se transmiten determinadas creencias y puntos de vista por lo que es muy importante elegir bien las bromas.

El humor es necesario para limar las asperezas cotidianas, enfrentar los conflictos y, en ciertas ocasiones, incluso es terapéutico reírse de uno mismo pero si los padres eligen chistes que denigran o humillan a otras personas o grupos sociales, el niño pensará que es algo adecuado. Por tanto, pon mucho cuidado en las bromas que eliges porque estas siempre transmiten un mensaje, para bien o para mal.

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