Familia, Salud

Consejos para madres con el Sínfrome de Burnout

Ser madre no tiene que desgastarte emocionalmente

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Consejos para madres con el Síndrome de Burnout
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Ser madre es un trabajo a tiempo completo, durante los 365 días del año, no hay descansos ni vacaciones. Sin embargo, la mayoría de las mujeres no solo son madres sino también trabajadoras, hijas, esposas y amigas. Esto significa que a menudo cargan sobre sus hombros un peso enorme, por lo que no es extraño que terminen agotadas y sufran lo que se conoce como Síndrome de Burnout.

De hecho, el número de madres que sufren este problema ha aumentado en los últimos tiempos, sobre todo debido a la ‘presión social’, que las lleva a querer ser madres perfectas. El problema es que para cuidar a las personas que amas, primero tienes que cuidarte tú. Si no te sientes bien, estás irritable y has perdido la capacidad de disfrutar, ese estado se revertirá en tu familia y terminará pasándoos factura.

¿Cómo tratar y prevenir el Síndrome de Burnout?

1. Sé una madre suficientemente buena

Tener un hijo es una responsabilidad a tiempo completo, pero debes tener en cuenta que para educar bien a un niño no es necesario que te conviertas en una súper mamá. Una buena educación no significa estar pendiente de tu hijo todo el día, también es importante que le dejes su espacio para que desarrolle su independencia y autonomía. Por tanto, una buena estrategia para prevenir el estrés sin desatender la educación de tus hijos es aprender a ser más realista y práctica. Libérate de la necesidad de controlarlo todo, no tienes que ser una ‘madre prefecta’, con amar a tus hijos y pasar tiempo de calidad con ellos es suficiente.

2. Reserva unas horas solo para ti

A menudo las madres relegan sus necesidades a un segundo plano, priorizando a la familia. De hecho, siempre encuentran una buena excusa para anteponer las necesidades de los demás por encima de las suyas. Algunos casos llegan a ser tan extremos que es como si convertirse en madre significara dejar de tener necesidades propias. Sin embargo, para evitar el Síndrome de Burnout es imprescindible que encuentres tiempo para ti. Reserva algunas horas de la semana para relajarte y liberar las tensiones cotidianas.

Madres con el Síndrome de Burnout

3. Pide ayuda cuando la necesites

Apoyarte en las personas que te rodean, como tu pareja, padres o amigos, es una estrategia muy eficaz para aliviar el peso que cargas sobre tus hombros. Pedir ayuda no es sinónimo de incapacidad o debilidad sino de fortaleza e inteligencia ya que significa que sabes reconocer tus límites y buscar estrategias para resolver los problemas. Buscar ayuda no solo te permitirá sentirte más aliviada sino que también te dará la oportunidad de tener más tiempo para ti. Todo esto redundará positivamente en tu relación familiar ya que si estás relajada y feliz, transmitirás ese estado de ánimo a quienes te rodean, incluyendo tus hijos y tu pareja.

4. Abraza la incertidumbre y el caos

Con la llegada de un niño muchas cosas cambian. Tu casa ya no estará tan organizada como antes y en tu agenda surgirán muchos imprevistos. A algunas mujeres les resulta difícil aceptar ese nuevo ‘caos’ que parece haberse apoderado de su vida, la sensación de falta de control les genera tensión y ansiedad sumiéndolas en un estado que puede terminar provocando problemas de salud mayores. Por eso, es importante que aprendas a gestionar el caos y la incertidumbre. Habrá muchas cosas que escapen de tu control, y solo puedes decirte ‘está bien, no pasará nada malo’.

5. Céntrate en lo positivo

Ser madre es una aventura preciosa pero no faltan las pinceladas de miedo, preocupaciones, errores y dudas. De hecho, si estás agotada, estresada o desmotivada, es normal que solo te fijes en las cosas negativas. Aunque de esta manera solo lograrás alimentar un círculo vicioso de negatividad. Por eso, elige centrarte en lo positivo. En vez de recriminarte cuando te equivoques, recuerda que estás aprendiendo y que has logrado avanzar mucho. Después de una larga jornada, cuando estés en la cama, olvídate de la montaña de trabajo y visualiza la sonrisa y el abrazo de tu hijo. Recuerda que la felicidad es una decisión personal que se toma todos los días.

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