Familia, Salud

Síndrome del gemelo evanescente: ¿Qué es y cuáles son sus consecuencias?

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Gemelo evanescente
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

¿Sabías que muchos embarazos únicos comenzaron siendo gemelares? Sí, es probable que algunos de nosotros hayamos tenido un hermano en el vientre materno y no lo sepamos. Es lo que se conoce como síndrome del gemelo evanescente y se estima que ocurre en entre el 21% y 30% de los embarazos múltiples, según la American Pregnancy Association. Un fenómeno sobre el que se conoce aún muy poco, pero que puede tener una gran influencia emocional en los futuros padres.

¿En qué consiste exactamente el síndrome del gemelo evanescente?

El síndrome del gemelo evanescente no es un fenómeno reciente como creen muchas personas. Es probable que lleve existiendo toda la vida, aunque no fue hasta el año 1995 que, gracias al uso generalizado de las ecografías desde las primeras semanas de embarazo, fue identificado por el obstetra estadounidense Louis Gerald Keith. Conocido también como síndrome del gemelo desaparecido, hace referencia básicamente a un embarazo múltiple en el que uno de los embriones termina desapareciendo durante las primeras semanas de la gestación.

Se trata de un fenómeno curioso que ocurre sobre todo en los embarazos gemelares en los que, de repente, uno de los fetos desaparece como por arte de magia. Lo habitual es que ocurra durante el primer trimestre del embarazo, antes de la semana 16. En un inicio, es común ver ambos fetos en la ecografía, pero llegado a un punto de la gestación, del corazón de uno de ellos deja de latir de manera espontánea.

Lo más común es que, con el paso de los días, ese tejido fetal termine siendo reabsorbido total o parcialmente por el cuerpo de la propia madre o, incluso, por el otro gemelo. Sin embargo, en ocasiones el embrión que no llega a término puede momificarse y propiciar una anomalía en la placenta al convertirse en un quiste o quedarse como material extracelular amorfo. En estos casos, aún es posible ver los restos en las siguientes ecografías aunque ya no tendrá forma de embrión.

¿Por qué ocurre el síndrome del gemelo evanescente?

Hasta el momento la ciencia no ha podido encontrar la explicación a este fenómeno. Algunas de las teorías más acertadas apuntan a que el síndrome del gemelo evanescente podría estar causado por una anomalía cromosómica que obstaculice el normal crecimiento del embrión. Ante la certeza de que el embrión no llegará a término, el cuerpo de la madre puede actuar sacrificando al embrión para garantizar la supervivencia del otro.

Existe también otra teoría que afirma que el síndrome del gemelo evanescente podría estar ocasionado por la falta de recursos en la placenta, debido fundamentalmente a una sobrecarga. En este caso se trata de un mecanismo de selección natural, según el cual si el cuerpo de la madre no está preparado para llevar a término a dos embriones, actúa sacrificando a uno de ellos para asegurar la llegada a término del otro.

Las consecuencias del síndrome del gemelo evanescente

La desaparición de uno de los embriones en el vientre materno durante el primer trimestre del embarazo no suele tener mayores consecuencias para la salud de la madre o el embrión sobreviviente. La mayor parte de las veces, el cuerpo de la madre absorbe el tejido fetal y el embarazo del otro feto continúa adelante sin complicaciones. Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad de Liverpool encontró que si ambos embriones compartían la misma placenta y la pérdida se produce antes de las ocho semanas de gestación, podrían dañarse algunos órganos como el corazón del gemelo superviviente. De la misma manera que, si se produce a partir de las 12 semanas, aumenta el riesgo de daño cerebral en el feto superviviente.

Síndrome del gemelo evanescente

Los expertos consideran que esto puede deberse a la comunicación de ambos embriones a través de los vasos sanguíneos. Lo que sucede es que, al dejar de latir el corazón de uno de ellos, se produce una bajada de tensión arterial súbita que el otro embrión intenta compensar enviando una mayor cantidad de sangre a su hermano. El problema es que esa reducción en su volumen sanguíneo podría causarle alteraciones debido a la falta de oxígeno en sus tejidos, ocasionando problemas en el corazón o una disminución de la irrigación sanguínea al cerebro.

De ahí que cuando la muerte de uno de los embriones ocurre a partir del segundo o tercer trimestre, en ocasiones puede considerarse un embarazo de alto riesgo debido a las consecuencias que este fenómeno puede tener para la vida del otro embrión y en el curso de la gestación. Si bien es cierto que la mayoría de las veces ni la madre ni el gemelo superviviente requieren tratamiento médico, en ocasiones la madre podría experimentar síntomas similares a los de un aborto espontáneo con dolores lumbares, sangrado o calambres pélvicos.

Vale señalar que aunque estos casos son muy poco habituales, los especialistas recomiendan a la embarazada someterse a revisiones regulares y sistemáticas para evaluar la evolución del feto sobreviviente y los efectos que puede ocasionar la muerte del otro embrión.

El impacto psicológico de este síndrome para los padres

Quizá uno de los mayores impactos del síndrome del gemelo evanescente tenga lugar a nivel emocional. Independientemente del momento en el que ocurra la muerte de un embrión, suele ser una noticia triste para los padres, y en especial para la embarazada que puede experimentar ansiedad, miedo o culpa tras conocer la noticia. Por una parte, la tristeza de haber perdido a uno de sus hijos y, por otra, el temor a que le suceda lo mismo a su otro hijo o pueda sufrir algún tipo de daño hace que muchas de estas madres atraviesen una etapa realmente complicada.

La buena noticia es que es posible superar estas emociones y seguir adelante con el embarazo. Para conseguirlo de manera exitosa es importante que la madre se tome el tiempo necesario para sanar y que cuente con una red de apoyo que le permita superar esa experiencia y compartir sus emociones y sentimientos. También puede sumarse a uno de los grupos de apoyo online formados por otras mujeres que han atravesado circunstancias similares o recurrir a un psicólogo que pueda ayudarle y brindarle las herramientas para afrontar el duelo de la mejor manera posible.

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