¿Cuánto medirá mi hijo? Factores que determinan la altura
La altura no es algo que se pueda medir teniendo en cuenta sólo el factor genético
Los factores externos tienen una gran relevancia en el crecimiento de los niños y pueden influenciar tanto los aspectos físicos como los psicológicos. La genética determina una gran cantidad de rasgos, pero las circunstancias a las que estamos expuestos a lo largo de la vida pueden modificar nuestro código genético.
En este artículo
Fórmula para calcular la altura
Pese a que hay varias fórmulas con las que se puede calcular la altura de los niños, una de ellas destaca por su mayor fiabilidad:
- Altura niño = (altura del padre + altura de la madre + 13) / 2
- Altura niña = (altura del padre + altura de la madre – 13) / 2
Vamos a ver un ejemplo práctico de la aplicación de esta fórmula:
- Altura del padre: 1.70
- Altura de la madre: 165
- Altura niño: (170 + 165 + 13) / 2 = 1.74
- Altura niña: (170 + 165 – 13) / 2 = 1.61
Además, podemos sumar 7 para dar con la altura máxima y la mínima. Así, siguiendo con el ejemplo anterior, podríamos decir que:
- Niño: 1.74 + 7 = 1.81 sería la altura máxima.
- Niño: 1.74 – 7 = 1.68 sería la altura mínima.
- Niña: 1.61 + 7 = 1.68 sería la altura máxima.
- Niña: 1.61 – 7 = 1.54 sería la altura mínima.
Debemos tener en cuenta que esta fórmula sólo tiene en cuenta una parte de la genética de los padres, por lo que los resultados serán siempre orientativos.
Crecer sano: esto sí es importante
Además de la genética, hay muchísimos otros factores que influencian la altura de un niño, como la alimentación, el deporte y la calidad del sueño. Es tarea de los padres asegurarnos de que nuestros hijos tienen todo lo que necesitan para crecer sanos y felices.
Alimentación
La alimentación de los niños debe ser lo más variada posible desde los primeros años y debe seguir las pautas del pediatra. La introducción de los alimentos sólidos debe llevarse a cabo paulatinamente y siguiendo las directrices de los profesionales. De lo contrario, el niño podría desarrollar aversión a ciertos alimentos, intolerancias o alergias.
Las bebidas con gas o azúcares añadidos, así como las golosinas, deben evitarse en la dieta infantil. No solamente pueden retrasar el crecimiento, sino que también pueden alterar las funciones de muchos órganos y sistemas.
Descanso
Son numerosos los estudios que relacionan un buen descanso con un mejor crecimiento. Durante las horas de sueño, el cuerpo de los niños se repara y crece. Por este motivo, es importante conocer y adaptar las horas de sueño a cada edad:
- Bebés: entre 12 y 16 horas
- Niños de 1 a 2 años: entre 11 y 14 horas
- Niños de 3 a 5 años: entre 10 y 13 horas
- Niños de 6 a 12 años: entre 9 y 12 horas
- Niños y adolescentes de 13 a 18 años: entre 8 y 10 horas
Para conseguir un buen descanso infantil, los pediatras y expertos del sueño recomiendan llevar una rutina para antes de acostarse, lo que se conoce como higiene del sueño. Estas pequeñas actividades prepararán al pequeño para irse a la cama, lo que hará que concilie más fácilmente el sueño y se despierte menos durante la noche.
Actividad física
La actividad física no solamente mejora el tono muscular de los niños, sino que también mejora el sistema inmunitario, el cardiovascular y la calidad del sueño, entre otros. En este sentido, las actividades extraescolares que impliquen deporte son una buena opción. Así mismo, podemos practicar deporte en familia, lo que también nos permite pasar tiempo de calidad con los niños.
Experiencias vitales ricas y variadas
Las experiencias en entornos positivos y variados también ayudan al crecimiento y al desarrollo de los niños. Por el contrario, se deben evitar todos aquellos entornos en los que los pequeños se sientan angustiados, tensos o nerviosos.
Factores que interfieren en el crecimiento
Además de la alimentación, la actividad física y el descanso, hay otros factores que pueden interferir en el correcto desarrollo infantil:
La medicación
La medicación es un factor que puede afectar mucho al crecimiento de los niños y a su rendimiento. Hay medicación, como la empleada para el TDAH, que tiene incidencia directa tanto en la talla como en el peso. Por este motivo, nunca se debe medicar a un niño sin las pautas del pediatra.
Productos químicos
Así como la medicación puede tener efectos en el crecimiento de los niños, los productos químicos y tóxicos también. En este sentido, es importante mantener a los niños lejos de estos productos, como también del humo del tabaco.
El bajo peso al nacer o el hecho de que la madre estuviera expuesta a sustancias químicas durante el embarazo también pueden modificar la pauta de crecimiento.
Seguimientos y visitas anuales
Durante su crecimiento, los niños deben hacer visitas anuales con sus pediatras, quienes controlaran su talla y peso. Así mismo, en estas visitas, los pediatras ofrecen consejos nutricionales, a la vez que asesoran sobre rutinas del sueño o deportivas. Del mismo modo, el pediatra hará un seguimiento exhaustivo en aquellos casos en los que haya habido problemas anteriormente, como bajo peso al nacer, embarazo complicado, etc.
Además de las visitas rutinarias, también es importante consultar frecuentemente con el pediatra en caso de que el niño deje de comer, por ejemplo, muestre ansiedad sostenida en el tiempo o, incluso, se note apático o deprimido.
La altura de los niños, así como el peso, puede venir determinado por la genética. Sin embargo, esta no es la única que juega un papel relevante en estos datos. Mientras que el deporte y una buena alimentación aseguran un crecimiento correcto, los medicamentos y otras sustancias nocivas pueden retrasarlo e, incluso, pararlo en determinados momentos.
Comentarios