Educación, Familia

¿Cómo despertar con ánimo a un niño dormilón?

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despertar niño dormilón
Adriana Mendez

Adriana MendezEscritora y Psicóloga

Despertar a un niño que comienza su etapa escolar puede convertirse en todo un desafío, aunque parezca perezoso, este es un cambio importante en su vida y al cual no se ha adaptado por completo. El sueño es un proceso biológico necesario y esencial para el desarrollo cognitivo de los bebés y niños, gracias a que aprenden muy rápido lo que se encuentra a su alrededor, gastan más energía y por eso necesitan descansar más.

Entonces, para prepararlos para tener un día productivo, ¿cómo puedes despertar de forma amable a los niños? Necesitas tanto una rutina para dormir eficaz que garantice un sueño reparador, como una rutina matutina que ayude a los niños a llenarse de energía y tener un buen humor a lo largo del día.

Formas amables de despertar a un niño

Los niños tienen la habilidad natural de regular su propio ritmo de sueño a medida que crecen, pero necesitan asistencia para adaptarse a las nuevas exigencias que implican comenzar en la escuela y tener otro horario diferente al que estaban acostumbrados.

1. Tener una rutina antes de dormir

El sueño cambia en cada etapa de desarrollo infantil, pero su necesidad regenerativa debe permanecer tanto en la infancia como en la adultez. Es por eso que, para tener una buena mañana, los niños deben dormir bien y esto se logra cuando existe una rutina funcional todas las noches.

La cual puede incluir un baño caliente, masajes con cremas relajantes, cepillar el cabello, la lectura de un cuento o cualquier actividad tranquilizante. Que logre conseguir un descanso reparador y evitar los trastornos de sueño que afectan las conductas de los niños y adolescentes, que afectan su humor, calidad de aprendizaje, atención, interacción social, manejo de emociones y estado anímico en general.

2. Dar pequeños avisos

Si bien para un adulto es más fácil despertar al primer sonido de la alarma, pero con los niños es diferente, ellos necesitan despertar poco a poco hasta que estén por completo en alerta y despejar el sueño para entrar en la realidad.

En este caso puedes ir dando avisos al niño o niña de que ya se acerca la hora de levantarse. Puedes comenzar con susurros y abrazos, luego colocando una suave canción, encendiendo las luces y finalmente animando a tu pequeño a salir de la cama con tu compañía.

3. Utiliza un despertador infantil

Esta opción es excelente para avanzar y dejar a cargo a tu propio niño la rutina de levantarse y prepararse para el día. Al darles un despertador que puedan programar, pueden estar a cargo de la hora en que deben levantarse, creará en ellos un sentido de responsabilidad y autonomía, al cual será más sencillo que se apeguen.

Ten en cuenta que estos despertadores deben tener un sonido enérgico pero suave, para no alterarlos y deben estar un poco alejados de la cama para que se aseguren de levantarse para apagarlos.

4. Frases de motivación

Cuando tu hijo o hija se esté preparando, puedes darle algunas frases motivadoras para el día como: ‘hoy será un gran día para aprender’, ‘asegúrate de disfrutar la escuela’, ‘cuando llegues quiero que me cuentes todo lo que hiciste’.

Esto llenará de emoción a tus pequeños para tener un buen día en clase y llegar con miles de anécdotas distintas sobre lo que hicieron en su día.

5. Adapta su despertar

Una excelente forma de despertar con ánimo a los niños es relacionar su mañana con las actividades que tendrán en el día. Por ejemplo, si tiene que hacer una obra, haz que se despierte como si ya estuviera en una, cuando tenga una actividad deportiva llévale su indumentaria, si hará manualidades, ofrécele hacer un dibujo rápido o calienta sus manos jugando con slime, etc.

6. Realiza alguna dinámica

Las mañanas necesitan ser interesantes para captar la atención de los niños, por eso no temas en realizar con ellos alguna actividad corta que los ponga en movimiento. Un baile, cantar una canción, hacer un juego rápido, una adivinanza, un cuento dramatizado o ejercicios con saltos, pueden lograr que los niños terminen esperando con ansias una nueva mañana.

7. Todo con tiempo

El objetivo de tener un buen despertar para los niños es que tengan el tiempo suficiente de prepararse para su día, sin prisas ni presiones. En este caso no podemos dejar que los niños duerman 5 o 10 minutos más, porque les costará aún más levantarse al interrumpir un ciclo de sueño nuevo y deberán estar listos de forma apresurada.

Es preferible que la hora de dormir sea más temprano en la noche, para despertar antes y así hacer las cosas con calma, que agitarse apenas abren los ojos e ir perdiendo esa energía a medida que avanza la mañana.

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8. Satisface su apetito

Es normal que los niños despiertan con hambre y la tentación de un desayuno fresco y recién hecho, logrará que despierten con interés. Así que cuando vayas a despertarlos o darles el aviso que pronto deben levantarse, deja abierta la puerta para que se asome el olor de la comida, ten por seguro que no la ignorarán.

9. Ayúdalos a levantarse

Esta es una técnica que solo se utiliza cuando los niños se muestran reacios a no despertar con ninguna de las herramientas previamente ofrecidas. Sostén con cuidado a tu pequeño, llénalo de caricias y abrazos y con calma ve levantándolo de la cama.

Comienza con acurrucarte con él, ayúdalo a sentarse en la cama, con cuidado llévalo al borde de la cama, coloca sus pies en el suelo, hasta que lo pongas de pie. Puedes caminar por la habitación con ritmos lentos o guiarlo al baño, pero siempre manteniendo al niño en movimiento.

10. Ten una comunicación abierta

Los niños no son adivinos para saber lo que se espera de ellos, es necesario informarles y comunicarles los cambios que vendrán en su nueva rutina diaria cuando comienzan la escuela o al iniciar un nuevo curso escolar.

También debes dialogar con ellos sobre las rutinas que van a tener a la hora de dormir y a la hora de despertar y, como padres qué cosa quieren que los niños realicen para que todo funcione.

Recuerda que, como cualquier rutina que se establece, para que tenga éxito debe ser constante y ser practicada a diario, sin que ocurran cambios bruscos o una pérdida de interés. Asegúrate también de tener un ‘plan b’, por si una de las actividades no resulta, tienes varias opciones para intentar.

  • Inclán, E. C. (2013). Hábitos del sueño infantil en el seguimiento de 0-3 años en Rocafort (Valencia): pautas educativas (Doctoral dissertation, Universitat de València)
  • Masalán, M. P., Sequeida, J., & Ortiz, M. (2013). Sueño en escolares y adolescentes, su importancia y promoción a través de programas educativos. Revista chilena de pediatría, 84(5), 554-564.
  • Ruiz, M. D. G. Importancia del hábito del sueño en la etapa de educación infantil.

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