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Cuando las comuniones parecen bodas de alto nivel

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comuniones parecen bodas
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

La primera comunión es un ritual sacramental de la Iglesia católica donde los niños participan por primera vez en el sacramento de la Eucaristía recibiendo la primera comunión (el cuerpo y sangre de Jesucristo). Antes de esto es obligatorio que hayan recibido los niños el bautismo y la penitencia o confesión.

Se realiza en los niños y niñas que siguen estas creencias católicas y que tienen entre 7 y 12 años aproximadamente. Realizan este procedimiento de forma colectiva entre los meses de abril, mayo y junio. Aunque en esta religión la comunión se puede recibir a cualquier edad siempre y cuando se cumplan los requisitos necesarios. La ceremonia la oficia un sacerdote. Hasta aquí todo es lo normal dentro de la Iglesia católica y una pequeña información sobre en qué consiste la primera comunión. Pero después de esto, la cosa empieza a irse de las manos.

Comuniones que parecen bodas

Cuando se acerca la época de las comuniones los ahorros de una familia pueden comenzar a temblar porque parece que se ha convertido en una competición entre familias para ver, quién hace la comunión más grande, más impresionante y con los mejores regalos… Dejando casi a un lado el verdadero significado de lo que es la primera comunión. ¿Dónde queda la humildad?

No tienen razón de ser los banquetes, las fiestas o los grandes regalos que se hacen a los niños cuando hacen la primera comunión. Parece que se ‘compre’ a los pequeños para que quieran hacerlo puesto que si les preguntas a los pequeños por qué quieren hacer la comunión, la mayoría dicen lo mismo: ‘Por la fiesta y los regalos’.

comuniones demasiado caras

Más no significa mejor

Hasta no hace tanto tiempo, las celebraciones de las comuniones eran más comedidas. Después de hacer la comunión las familias se reunían para celebrar este día con el o la menor, con pequeños detalles típicos: algo de dinero, un reloj, un juguete y poco más. Las reuniones podían ser para comer en un restaurante, en la casa de algún familiar que tenía espacio abierto para disfrutar del aire libre, o incluso, un simple almuerzo. Y los niños, también eran felices así, sin tener que competir con sus amigos por ver quien tiene los mejores regalos o sentirse frustrados porque sus regalos o su banquete no fue tan espectacular como el de sus compañeros. Por que esto, no es hacer la comunión, esto es educar a los niños en el consumismo y el materialismo.

Ahora los regalos son la última videoconsola, un viaje a Disneyland, un monociclo eléctrico de auto equilibrio, el mejor móvil de la tienda, tablets de última generación, billetes de 3 cifras, etc. Entonces, ¿qué pasarán el día de su boda?

Los números hablan por sí solos

Las familias se gastan de media unos 2000 euros en la comunión de sus hijos. Según la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI) una comunión cuesta de media unos 2.412 euros, con banquetes de aproximadamente 30 invitados. Un menú puede valer 100 euros por persona para quienes quieran apuntar muy alto, más incluso que los menús de una boda. Los más mesurados, oscilan entre los 30 y 40 euros por persona, que también sería demasiado.

Hay quienes se gastan hasta 800 a 1000 euros en un traje de comunión, pero lo que se paga de media suele ser 480 euros en vestido de niña, 270 en vestido de almirante, 220 el de marinero, unos 500 euros solo en complementos… Según los datos de 2017 facilitados por la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA).

Después pagan animaciones, que pueden costar entre 500 y 1000 euros.

¿Se nos está yendo de las manos?

Hay empresas que comienzan a ver negocio en todo esto y empiezan a ofrecer créditos a las familias para que pueda ser ‘una comunión de ensueño’, aunque en realidad se está convirtiendo en una salvajada. Además estos créditos que facilitan el dinero rápido a las familias, tienen unas comisiones muy altas, por lo que es mejor hacer una comunión con los recursos que se tiene y no pensar tan alto.

Al fin y al cabo, se está quitando todo el valor real a las comuniones por culpa del consumismo y materialismo tan desmesurado. Es hora de que padres y madres comiencen a pensar con mesura y sigan educando a sus hijos en valores.

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