Educación

La diferencia entre criar y educar: El rol del maestro

La familia educa, cría. Los maestros educan, enseñan. 

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Nuria Capdevila

Nuria CapdevilaMaestra y pedagoga

La palabra “educar” puede usarse en una gran cantidad de contextos diferentes, por lo que puede llevar a cierta confusión. El rol del maestro es educar a los niños transmitiéndoles conocimientos y reforzando ciertos valores; el de la familia, enseñar estos valores y las normas sociales.

El rol de maestro en la vida de los niños

Muchas familias depositan toda la responsabilidad de la “educación” de sus hijos en los maestros. Sin embargo, esta responsabilidad está más allá de sus tareas profesionales.

El rol de un maestro en la vida de los niños es enseñarles, transmitirles conocimientos y prepararlos para que tengan un buen futuro a nivel formativo. Por esta razón, los maestros necesitan que los padres hagan su parte en casa, ya que, de lo contrario, es complicado enseñar a una clase que carece de una educación básica.

Asimismo, los niños necesitan que la familia garantice su buen desarrollo cognitivo y social: por muchos estudios que alguien tenga, si su desarrollo no es adecuado, no sabrá cómo hacer uso de ellos. Con todo, y por el bien de los niños, es vital que escuela y familia trabajen juntos y no que una de las partes acabe asumiendo las tareas y obligaciones de la otra.

¿Qué debe y qué no debe hacer un maestro?

El maestro tiene unas obligaciones y responsabilidades muy claras para con nuestros hijos. Pedirle que se exceda de ellas es algo que ninguna familia debería hacer, pues los hijos, al fin y al cabo, no son suyos.

Desarrollar las habilidades sociales y comunicativas

Pese a que las habilidades sociales y comunicativas de los niños empiezan a desarrollarse en casa, la escuela es el lugar en el que estas se trabajan constantemente y se mejoran. Los niños deben ir a la escuela sabiendo cuáles comportamientos son aceptables y cuáles no; el maestro se encargará de reforzar esta diferencia. Así mismo, también trabajará con los niños para que adquieran nuevo vocabulario y estructuras que permitan expresarse mejor.

Potenciar las habilidades motrices

Las habilidades motrices también son importantes en el desarrollo infantil. Además de todas las actividades que podemos hacer en casa, los maestros son los encargados de supervisar que no haya ningún problema de coordinación, trabajarlas en clase con diferentes actividades, etc. En caso de ver una falta de desarrollo en ellas, su trabajo es comunicarlo a la familia y guiarla para que puedan ofrecer al niño la ayuda adecuada.

Centrarse en transmitir conocimientos

A medida que los niños avanzan en su educación escolar, los maestros van diversificando sus enseñanzas. Por ello, en primaria ya tienen varios maestros para cada asignatura. Esta diferencia se hace, precisamente, para profundizar en los conocimientos que se transmiten y la obligación de cada maestro es transmitirlos lo más fácilmente posible.

Promover los valores positivos

En clase, son muchas las situaciones que se dan entre los alumnos y es que no todas las familias comparten las mismas ideas y creencias. Por ello, el maestro debe evitar prejuicios y centrarse, principalmente, en reforzar los valores positivos en los niños: esfuerzo, perseverancia, amistad, empatía, y un largo etcétera. Sin embargo, como decimos siempre, los valores deben empezarse a trabajar en casa.

Reforzar la reflexión en los niños

A medida que los niños crecen, su pensamiento analítico también evoluciona. Cuando esto sucede, los niños ya pasan más tiempo en la escuela que en casa y, por tanto, es labor del maestro fomentar la reflexión y el pensamiento crítico. Decimos fomentar porque el pensamiento crítico y la reflexión también empiezan en casa de la mano de situaciones muy diversas: que el niño reflexione sobre un mal comportamiento, sobre cómo se siente, dar su opinión sobre algo, etc.

El maestro enseña

Fomentar el compañerismo

El compañerismo y el trabajo en equipo también se trabajan en la escuela. El maestro debe fomentar las buenas relaciones entre los niños y enseñarles a trabajar en equipo, a ser más empáticos, etc. Sin embargo, cualquier maestro se verá limitado en sus funciones si los niños no han visto este comportamiento en casa: si a un niño no se le enseña a compartir desde su más temprana infancia, será difícil que lo haga durante sus primeros años en el colegio.

Velar por la seguridad y bienestar de los niños

En la escuela y fuera de ella. Los maestros tienen la obligación de proteger a los niños de cualquier situación negativa, ya sea acoso escolar, desatención en las excursiones, etc. Sin embargo, también deben evaluar la situación del niño fuera de la escuela y reportar cualquier circunstancia que consideren una amenaza para la integridad del menor: abusos, negligencia en la crianza, etc.

Por otro lado, lo que nunca será responsabilidad de un maestro es enseñar a los niños cómo comportarse en público, ni tampoco discutir tabúes sociales. Cada familia tiene sus propias creencias y manera de percibir la realidad. Por ello, los maestros nunca deberían posicionarse en aquellos temas sociales complejos donde la familia tiene un papel fundamental.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el maestro nunca debería tener que enseñar a los niños conceptos tan básicos como respetar a los demás. Este concepto se fomenta y se desarrolla en casa y, en la escuela, se aplica.

Finalmente, tampoco es su trabajo recordarles a los padres cuáles son sus obligaciones. Por ello, ningún maestro debería verse en la tesitura de llamar la atención a las familias por descuido de los hijos.

Cualquier familia que busque el bienestar de sus hijos y vele por su futuro profesional debe tener en clara la diferencia entre “criar” y “enseñar”. Pese a que la palabra “educar” se usa en ambos contextos, las obligaciones de la familia y de los maestros distan mucho entre ellas. Por ello, ninguna figura debe sobreponerse a la otra, sino que deben complementarse en todas las áreas del desarrollo de los niños.

Aletheia, R. (2010). Cuidarte: el arte de cuidar, criar y educar a los niños y niñas de primera infancia. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7854487

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