Educación

Tus hijos serán un reflejo del padre o madre que eres

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Los hijos son el reflejo de los padres
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Cuando los niños son pequeños aprenden fundamentalmente por imitación y sus padres son su primer ejemplo a seguir. Es imitando a sus progenitores que los pequeños aprenden a comer y dar sus primeros pasos, pero también a dar forma a sus primeras ideas y reacciones emocionales. Es precisamente a través de la crianza que los niños reciben en casa que desarrollan sus primeros valores, aprenden a comportarse en los diferentes contextos y situaciones y se apropian de muchas de las creencias que los acompañarán a lo largo de sus vidas. De hecho, el estilo de crianza que los padres eligen para sus hijos influye más en su desarrollo que lo que imaginamos.

Así influye el tipo de crianza de los padres en el desarrollo infantil

Entre padres e hijos existe una conexión genética que no se puede obviar. Los niños no solo heredan muchas de sus características físicas, también comparten muchos rasgos emocionales y cognitivos con sus progenitores. De hecho, ¿sabías que los niños heredan la inteligencia de sus madres y que también pueden heredar el sufrimiento de sus progenitores? Sin embargo, la herencia y la genética solo son una parte de la ecuación ya que la ciencia ha demostrado que en realidad es la influencia del entorno y la crianza infantil lo que da forma a la personalidad de los niños mientras crecen.

Apostar por un estilo educativo positivo y coherente, en el que los padres animen a sus hijos a salir de su zona de confort y a proponerse nuevos retos, les brinden la libertad para descubrir el mundo por su cuenta y fomenten su espíritu de crecimiento es un factor determinante para educar a niños seguros de sí mismos, independientes y felices. En cambio, cuando se elige un estilo de crianza autoritario y/o sobreprotector en el que se limita el crecimiento infantil, se cohíbe a los niños de dar rienda suelta a su creatividad y se les impide tomar sus propias decisiones, se fomenta que al crecer se conviertan en personas inseguras, temerosas e infelices.

Por eso, es importante que los padres sean conscientes de que el estilo educativo que eligen para criar a sus hijos no solo influye en su desarrollo, sino que puede determinar el tipo de persona en la que se convertirá en el futuro. De esta manera, podrán ponerle coto a los errores que cometen durante la educación infantil y abrazar un estilo de crianza más positivo y desarrollador, el mejor regalo que pueden hacerles a sus hijos.

5 claves para convertir a tus hijos en adultos felices

Educar a los niños no es sencillo, a veces es muy fácil equivocarse y cometer errores. Sin embargo, siempre que los pilares principales sobre los que se sustentan la crianza sean realmente desarrolladores, estimulen una mentalidad de crecimiento y promuevan el bienestar emocional, estas equivocaciones no calarán hondo ni tendrán grandes consecuencias. He aquí algunas claves que no deberías pasar por alto.

1. Permite que los niños sean auténticos

Uno de los errores más comunes de los padres consiste en querer modelar a sus hijos a su imagen y semejanza. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada niño es único. Los niños deben tener la oportunidad de desarrollar su propia manera de hacer las cosas y es tu misión como padre/madre ayudarles a encontrar su propio camino, en lugar de imponerles tu forma de hacer o pensar. Para ello, debes tomarte el tiempo necesario para identificar sus potencialidades, necesidades y sueños, el primer paso para ayudarles a ser auténticos. Luego, anímalos a expresar sus sentimientos de manera asertiva, a escuchar su propia voz interior y a dar forma a sus propios sueños.

2. Anima a tus hijos a mejorar

Si en verdad quieres fomentar una mentalidad de crecimiento en tus hijos y animarlos a convertirse en personas felices y equilibradas, debes empezar por sembrar en ellos la semilla de la superación personal y motivarles a mejorar. Esto significa dejar de decirles qué hacer, cómo deben sentirse o cómo deben enfrentar determinadas situaciones. En su lugar, motívalos a analizar los problemas por su cuenta, sacar sus propias conclusiones y tomar sus decisiones. Luego, pídeles que analicen en qué se equivocaron, qué pueden aprender y qué pueden hacer la próxima vez para hacerlo mejor.

padre ejemplo seguir hijos

3. Sé siempre empático

Una buena manera para enseñar a los niños a mantener relaciones sanas y equilibradas a lo largo del tiempo consiste en estimular su empatía desde una edad temprana. Para conseguirlo, enséñales a identificar las emociones de los demás, a conectar con los sentimientos ajenos y a ponerse en el lugar de los otros. También es importante que les enseñes a respetar las ideas y puntos de vista de los demás, así como explicarles que su libertad termina donde comienza la libertad de los demás. Solo de esta manera serán capaces de convertirse en personas más abiertas, empáticas y asertivas. Y nada mejor para transmitírselo que con el ejemplo.

4. Crea un entorno seguro

Los niños necesitan un entorno seguro donde refugiarse cuando están tristes, agobiados o sienten miedo. Contar con ese refugio les permitirá convertirse en personas más seguras de sí mismas, más autodeterminadas y con una mayor autoconfianza. Por eso, es importante que les brindes a tus hijos ese refugio donde pueden acudir cuando lo necesitan. ¿Cómo? Estando plenamente presentes mientras te cuentan sus problemas o necesitan tu ayuda, brindándoles el apoyo que necesitan cuando las cosas no salen como esperaban o la motivación necesaria cuando pierdan las ganas para continuar el camino.

5. Enséñales a abrazar las imperfecciones

Las imperfecciones forman parte de la vida y cuanto antes los niños lo aprendan, mejor. Animar a tus hijos a abrazar sus imperfecciones es la manera más sencilla de enseñarles a amarse a sí mismos y a valorarse positivamente. Obviamente, esto no significa que les enseñes a conformarse, sino que les transmitas la importancia de abrazar aquello que no pueden cambiar y aceptarlo como un rasgo más de su autenticidad y una oportunidad de ponerse a prueba. Y nada mejor para conseguirlo que con el ejemplo, es decir, aceptando tus propias imperfecciones y recurriendo a tu espíritu de superación.

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