Educación

¿Qué es el método de Escucha Activa?

La Escucha Activa es muy importante en la educación de los hijos

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Escucha Activa
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La escucha activa es una forma respetuosa de tratar a los niños. Por una parte, se sienten escuchados y, por otra, sirve para que le presten más atención a los adultos y comprendan mejor sus explicaciones. De hecho, este método no solo facilita la comunicación en la familia sino que también potencia la empatía y fortalece los lazos afectivos.

¿En qué consiste el método de escucha activa?

La escucha activa implica una serie de actitudes y conductas que preparan a ambas personas para escuchar y hablar, sintonizando emocionalmente. De hecho, no se trata de un concepto nuevo, el término “escucha activa” surgió a mediados de 1950, de la mano del psicólogo de orientación humanista Carl Rogers.

Sin embargo, fue Thomas Gordon quien popularizó esta idea y la convirtió en un método para los padres, aunque lo cierto es que se trata más bien de una actitud ante la crianza. En el ámbito familiar, aplicar la escucha activa significa oír atentamente a los niños colocándose a la altura de sus ojos, para poder establecer contacto visual. De esta forma los pequeños sentirán que sus padres son más cercanos y tendrán la certeza de que son importantes para ellos.

De hecho, es importante que los padres comprendan que aproximadamente hasta los 12 años los niños viven en un mundo muy diferente al de los adultos, tanto desde el punto de vista sensorial como perceptual, por lo que agacharse para hablar con ellos y escucharles implica acortar esa distancia y establecer una relación afectiva más fuerte.

Método Escucha Activa

No obstante, se debe aclarar que la escucha activa no implica simplemente agacharse y mirar a los ojos a los niños, sino también ser capaces de empatizar con sus estados emocionales, comprender sus preocupaciones y, por supuesto, transmitirles calma y serenidad.

Lo más interesante de este método es que puede aplicarse en cualquier circunstancia, lo mismo para explicarle algo al niño que para calmarle cuando tiene una rabieta o simplemente para escucharle o decirle lo mucho que le quieres. No podemos olvidar que el contacto visual y la cercanía física son herramientas muy útiles para conectar emocionalmente.

Los beneficios de la escucha activa para los padres y sus hijos

Además de fomentar el vínculo afectivo, educar a un niño en los principios de la escucha activa implica protegerle en el futuro. Este modelo de comunicación transmite la idea de que todas las personas merecen ser tratadas con atención y respeto, por lo que al niño le resultará más fácil identificar los patrones de acoso y los rechazará, algo que no ocurre si el pequeño crece en un entorno donde los gritos y la indiferencia emocional son pan cotidiano.

Por otra parte, la escucha activa sirve como una herramienta de validación emocional, y cuando el niño recibe la validación que necesita, es probable que se convierta en un adulto seguro y confiado, con una buena autoestima. Los padres siempre deben tener presente que la manera de relacionarse con sus hijos dejará profundas huellas en la personalidad del niño.

En el caso de los padres, la escucha activa les permitirá comprender mejor a su hijo. Al ponerse a su nivel, podrán ser más empáticos y entender lo que sienten, lo cual les permitirá ayudarles mejor. De hecho, solemos pensar que la escucha es un proceso pasivo pero en realidad no es así. La escucha activa obliga a los padres a salir de su mundo y entrar en el universo de sus hijos, lo cual es muy provechoso porque les permite detectar todas esas pequeñas pistas emocionales que de otra manera habrían pasado desapercibidas. Por eso, la escucha activa convierte a los padres en personas más sensibles y disponibles emocionalmente.

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