Salud

Las enfermedades no contagiosas más frecuentes en los niños

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Enfermedades no contagiosas
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los padres saben que los niños enferman con facilidad, son como una “esponja” que recoge los agentes patógenos que encuentra a su alrededor. Esto se debe, fundamentalmente, a que tienen un sistema inmunológico poco desarrollado que resulta muy sensible a los virus y bacterias, sobre todo cuando pasan tiempo en lugares cerrados junto a otros niños, como en la guardería o la escuela. La buena noticia es que las enfermedades no contagiosas están vinculadas con factores ambientales y del estilo de vida, por lo que se pueden prevenir con mayor facilidad.

¿Cuáles son las patologías más comunes que pueden afectar a tu hijo?

1. Bronquitis

Se trata de una inflamación de los bronquios provocada por una gripe mal cuidada. Sin embargo, en ocasiones también se puede deber a una a una infección bacteriana o a una infección respiratoria que afecta al inicio la nariz, los senos paranasales y la garganta, extendiéndose luego hacia los pulmones. El riesgo de padecer este problema aumenta si el niño tiene una enfermedad pulmonar o cardíaca de base o si sus padres suelen fumar mucho. Por lo general, la bronquitis suele ser aguda, es decir, de corta duración, pero a veces puede ser crónica, lo que significa que aparecen crisis recurrentes. Sus síntomas más frecuentes son la tos y la expectoración, aunque también se puede apreciar un exceso de mucosidad, así como inapetencia, fiebre y agotamiento.

2. Gastroenteritis

La gastroenteritis es la inflamación de la mucosa del estómago (conocida como gastritis) y de los intestinos (llamada enteritis). Básicamente, se trata de una irritación e inflamación de todo el tracto digestivo, que a menudo está causada por una infección vírica o microbiana. También puede deberse a una alergia a determinados alimentos, a una alteración de la flora bacteriana o al consumo de antibióticos demasiado fuertes. Sus manifestaciones más frecuentes son las náuseas y la inapetencia, aunque también son usuales los vómitos, diarreas acuosas, fiebre, dolores en el intestino y extrema debilidad. Cuando es causado por un virus sí puede contagiarse.

3. Otitis

Es una enfermedad muy frecuente en la infancia, sobre todo en los niños menores de 3 años que gustan de la playa y las piscinas. Básicamente, se trata de la inflamación del oído medio, una cavidad que se encuentra justo detrás del tímpano. Esta infección puede estar provocada por diferentes causas: factores infecciosos o virales y traumatismos del conducto auditivo externo, aunque también se ha relacionado con el inicio de la dentición. Suele manifestarse a través de la aparición de pus y fluidos dentro del oído, así como una marcada presión sobre el tímpano que ocasiona dolor y pérdida de la audición. También es usual que el niño experimente un dolor intenso en el área del oído y la mejilla, cambios en los hábitos de sueño y apetito, irritabilidad y agitación conductual propia de la incomodidad que ocasionan los síntomas.

Enfermedades no contagiosas

4. Amigdalitis

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, y se trata de unas de las patologías más comunes durante la infancia. Se debe a una infección por bacterias o virus, que provocan la inflamación de las amígdalas de forma aguda o crónica. Usualmente se identifica porque el niño presenta fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolor de oído, dificultad para deglutir y fuertes dolores de garganta. También puede indicar una extrema sensibilidad en la mandíbula y la garganta, así como problemas respiratorios y dificultades para comer o beber. Por lo general, la enfermedad remite con antibióticos que combatan la infección primaria, aunque los analgésicos también son útiles para aliviar el dolor.

5. Asma

Es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias muy habitual entre los niños, de hecho, es una causa importante de ausentismo escolar infantil. Es provocada, generalmente, por problemas alérgicos, aunque también puede deberse a infecciones virales que afectan las vías respiratorias. Sus síntomas más comunes son: una marcada dificultad respiratoria, jadeo, sensación de falta de aliento y dificultad para exhalar. A menudo también provoca sibilancias, rigidez en el pecho, sensación de agotamiento generalizado y problemas durante el sueño. Es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero los síntomas suelen aparecer solo durante las crisis. Por lo general, responde bien al tratamiento con esteroides y broncodilatadores.

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