Familia

Cede el asiento a la mujer embarazada: no solo es educación, también es dignidad

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embarazada autobus
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

Situación demasiado habitual: No importa la hora del día que sea ni el transporte público en el que te encuentres. Hay pocos asientos y están todos ocupados, normalmente por personas con la mirada fijada en su móvil, escuchando música o la radio en sus auriculares, mirando por la ventana o cabeceando en un intento de recuperar algo de energía mientras “aprovechan” el tiempo descansando o durmiendo aunque sean 5 minutos. Todos muy tranquilos hasta que entra una embarazada por la puerta… ¡y se ponen en modo “no me entero”!

Cuando una mujer entra en un transporte público todo el mundo evita mirarle, porque saben que su deber es cederle el asiento (lo mismo ocurre con una persona anciana, una mujer con un bebé en brazos o alguien que presenta alguna discapacidad o lesión física). Y las personas entran en estado de sueño profundo, ¡parece que no se enteran de que una mujer embarazada necesita sentarse y descansar!

Un mal extendido

No importa si te encuentras en Madrid, en Huelva, en Bilbao o en otro país del mundo, la realidad eso que las personas se quedan inconscientes cada vez que una mujer embarazada entra en el transporte público, ¡parece que este mal se extiende por el aire! Pero es necesario ser educados y tener un poco de dignidad y levantarse a ceder el asiento a quienes realmente lo necesitan.

Solo hay un pequeño porcentaje de la población, que alguna embarazada lo cuenta como anécdota (¡casi tan difícil como que te toque la lotería!), que sí cede el asiento a las mujeres embarazadas y a las personas que realmente lo necesitan. Como esto no debería ser algo tan puntual y sí más extendido, a continuación vas a encontrar algunas “pautas” para evitar que caigas “inconsciente” cada vez que entre una embarazada en el transporte público.

cede asiento embarazada

Evita caer “inconsciente” cuando una mujer embarazada aparece por la puerta…

Como eso de que el conductor no deje pasar a embarazadas o que solo existan autobuses para embarazadas no parece una solución viable, vamos a ver otras soluciones que quizá puedan funcionar:

  • Que el conductor diga por el megáfono que se levanten todos hasta que la mujer embarazada encuentre el asiento que más le convenga.
  • Que el conductor se levante y levante a una persona de manera injusta sin tener en cuenta sus problemas ni su vida personal para que la mujer embarazada se siente.
  • Que las embarazadas oculten su embarazo, ¡así nadie tiene que caer inconsciente!

Es posible que al leer los tres puntos o pautas de arriba te hayas sentido extraño, ¡normal! No son soluciones reales, simplemente es una forma de hacer ver lo ridículo que es y la vergüenza ajena que se experimenta en silencio cada vez que las personas entran en “inconsciencia” en lugar de ceder su asiento a quien realmente lo necesita. Por eso, lo que es importante es que las personas dejen de ser hipócritas y que trabajen un poco la empatía.

La educación debe ser algo universal y no es tan complicado: si ves a una mujer embarazada, te levantas y le cedes tu asiento, ¡PUNTO! Solo tienes que ponerte en el lugar de esa mujer y pensar en que te gustaría que si estuvieses en su situación, alguien pensase en echarte una mano y te permitiera descansar mientras dura el trayecto evitando que con el zarandeo del vehículo pudieras caer. La mujer embarazada te dirá que sí o que no, dependiendo de cómo se encuentre ese día, pero que lo necesita más que tú, es lo más seguro (a no ser que tú tengas alguna dolencia que no te permita estar de pie en el transporte público…).

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