Se corrige en privado, se felicita en público
No solo ocurre a los padres, en las escuelas también se puede ver a diario. Hay adultos que corrigen o regañan a los niños en público, dejando graves consecuencias en la autoestima del niño afectado. Cuando se regaña en público a un niño o niña es una forma de agresividad directa, donde el niño se siente inferior, sin poder, sin control… y totalmente herido emocionalmente.
Si alguna vez has ido al supermercado o a cualquier otro lugar donde esté frecuentado con padres y niños, es cuestión de tiempo ver como hay padres y madres que no dudan en montar todo un espectáculo con gritos y críticas… Sin pensar en las consecuencias, solo se dejan llevar por el calor del momento. El motivo puede ser cualquiera, pero no existe causa en el mundo que justifique este tipo de comportamiento.
Educar desde el corazón
En la sociedad parece que se nos olvida que la educación debe ser un acto de amor, porque si te fijas un poco, te darás cuenta de como para muchos, educar parece una lucha de poder constante. Se debe educar desde el amor y nunca desde el dolor. No hay que hacer daño, hay que educar desde el corazón.
Cuando un niño se comporta mal, su conducta debe detenerse, pero siempre desde la disciplina positiva y jamás desde la agresividad. No tienes que ser un padre o una madre permisiva, simplemente debes frenar un mal comportamiento sabiamente. Corrigiendo en la privacidad de la intimidad, sin necesidad de que otros vean nada.
Haz una reflexión: cuando estás en el trabajo, ¿te gusta que tu jefe te diga que has hecho algo mal delante de todo el mundo o prefieres que lo haga en privado? Probablemente si lo hace en público, a gritos y de mala manera te sentirás humillado, con rabia y mucho dolor emocional.
Entonces, ahora piensa: ¿Cómo crees que se siente tu hijo cuando le regañas en público? Cuando le regañas sin que sea en privado, estarás creando rabia y resentimiento en su interior, se sentirá peor contigo y con el entorno y por tanto, su comportamiento quizá mejore en el instante por miedo, pero a largo plazo, este tipo de actuaciones tendrán consecuencias negativas y preocupantes tanto a nivel interno en tu hijo como en su comportamiento.
Olvida la agresividad y corrige en privado
Igual que no te gusta que sean agresivos contigo, ¿por qué lo eres tú con los seres que más amas en esta vida? Las expresiones que descalifican a un niño le hiere emocionalmente en lo más profundo de su corazón y a largo plazo será una profecía autocumplida (a un niño que le llaman ‘tonto’ o ‘lento’ en la escuela, no verá la necesidad de tener que esforzarse). Además, si un adulto etiqueta a un niño en público, los demás niños que vean la situación también etiquetarán negativamente a ese niño… siendo totalmente peligroso para su autoestima y desarrollo personal.
Cuando se le llama la atención a un niño, se le debe indicar que se hablará de lo ocurrido en privado… no hay necesidad de decir nada más en público. Cuando se habla con los niños sobre lo ocurrido, se les darán estrategias de comportamiento y mejora para el futuro, para que sepan cómo actuar correctamente en otra ocasión. Los niños sentirán la cercanía emocional con el adulto, pudiendo sentir también la libertad de poder expresar sus emociones o necesidades. Esto es fundamental para que se produzca un cambio intrínseco en el pequeño.
Del mismo modo, resulta fundamental que elogies a tus hijos en público, para que sepan que estás orgullosos de ellos, que eres capaz de ver las cosas buenas que dicen o que hacen. Ellos deben darse cuenta de que no solo pareces un ‘halcón’ con su mal comportamiento, sino que te fijas y para ti es más importante todo lo bueno que dice o hace… o el esfuerzo que implica por lo menos, intentarlo.
Comentarios
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Excelente información, gracias por existir.
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Soy del criterio que sí, cuando usted lo hace en privado se gana en confianza, seguridad, respeto y admiración, como es lógico todo humano que se respete es porque tiene vergüenza cosa esta que le haría sentirse incómodo si se le señalan sus problemas o defectos en público. Yo siempre que fue necesario evalúe con mi hija los problemas solo con ella y pienso que me dio resultados.
Jorge
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Yo fui educado con gritos y hasta con golpes CUANDO HACÍA ALGO MAL, siempre se me advertía anticipadamente lo que iba a pasar si hacía las cosas mal, fuera en público o en privado, JAMÁS he tenido traumas por ello puesto que me quedó clarísimo la diferencia entre lo que estaba bien y lo que estaba mal, entre ser respetuo e irrespetuoso, entre servir, ayudar, compartir y ser indiferente; y estoy seguro de que mis padres siempre me han amado. Actualmente veo como las nuevas generaciones no tienen una claridad de todas éstas cosas que como decía mi maestro de hipnoterapia “desde que se puso de moda la palabra autoestima se acabaron los límites claros” puedo asegurar que cada regaño e incluso cada golpe que mis padres me dieron no fueron injustos en lo más mínimo, pueden ver un claro ejemplo en la poesía de “La guaja” del amor de una madre y los gritos que le pone cuando no hace las cosas bien sin importar que sea privado o público, el amor de los padres no tiene que ver con la forma de educar, yo puedo comparar mi situación de vida con muchos compañeros a los que yo veía que no les gritaban y la verdad no quisiera estar en su lugar o ser como ellos son actualmente.
Pues todo este “discurso” solo para decirles que no todo lo que brilla es oro ni todo lo que se ve negro es carbón. Hay que educar con amor por supuesto pero sobre todo hay que dejarles bien claro a nuestros hijos los valores que deben reinar en la sociedad sobretodo dándoles ejemplo de ellos.
Pax-
Pobre del niño que fuiste y que, a pesar de ser amado por sus padres, tuvo que sufrir sus golpes y su dureza. Pobre de ese niño que aún hoy está solo, porque ni en aquel momento sus padres pudieron verlo, ni hoy lo ves tú. Que en el texto que has escrito no haya ni una sola palabra de amor o comprensión hacia ese pequeño nos desvela cuán inflexible fue la educación que recibiste. Nadie duda del amor de tus padres; es tu amor el que ahora cuesta ver.
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