¿Cuántas ecografías son necesarias en el embarazo?

El embarazo es una etapa mágica para los futuros padres que generalmente se vive con mucha ilusión, aunque no está exento de temores, sobre todo para los padres primerizos que deben enfrentarse por primera vez a varios desafíos. La mejor manera para combatir esa desazón y ganar en seguridad es informarse y visitar de manera sistemática al médico, por lo que es importante que tengas claro cuántas ecografías necesitas durante el embarazo.

¿Qué tipos de ecografía hay?

Las ecografías se realizan con el objetivo de valorar la evolución de las estructuras embrionarias y fetales, aunque también revelan el momento de la gestación y sirven para analizar el estado de la placenta y del feto.

En la actualidad se utilizan diferentes tipos de ecografía. El ultrasonido clásico es el bidimensional y se puede realizar por vía abdominal o transvaginal, según la edad gestacional o lo que el médico necesite observar.

La ecotomografía Doppler color se usa para valorar la circulación sanguínea, tanto de la madre como del feto, por lo que se indica para comprobar que la placenta está cumpliendo su función. Gracias a ella, el médico puede calcular el aporte de oxígeno y nutrientes que llegan al bebé a través de la circulación materna.

También encontramos las ecotomografías en tres y cuatro dimensiones, una tecnología de última generación que se usa como complemento del ultrasonido convencional ya que permite visualizar al bebé de forma mucho más clara, generando imágenes corporales muy nítidas. De hecho, con las ecografías de cuatro dimensiones los padres podrán ver a su bebé moviéndose en tiempo real.

El número de ecografías durante el embarazo

Lo usual es que durante el embarazo se realicen tres ecografías, aunque en algunos casos el médico podría indicar alguna más. Por supuesto, las ecografías no se realizan en cualquier momento del embarazo sino en fases precisas, para recabar la mayor cantidad de información posible.

• Primera ecografía. La primera ecografía se realiza entre las 11 y 13 semanas de la gestación con el objetivo de ver la placenta, comprobar cuántos bebés se están formando y analizar el pliegue nucal. Con esta ecografía se puede determinar con mayor precisión la edad gestacional, de manera que el médico podrá estimar mejor el momento del parto. También permite diagnosticar si se trata de un embarazo de alto riesgo al que habrá que darle un seguimiento más cercano y ayuda a detectar problemas en el aparato genital interno materno como un mioma uterino o un quiste de ovario.
• Segunda ecografía. Esta prueba se lleva a cabo entre las 18 y 20 semanas para comprobar el ritmo de desarrollo del bebé. Se utiliza para analizar la formación de los órganos y detectar posibles anomalías. De hecho, el médico tomará las medidas del feto y revisará con detenimiento toda su anatomía. En algunos casos, si el bebé “se deja ver”, gracias a esta ecografía los padres podrán conocer el sexo de su pequeño o pequeña.
• Tercera ecografía. Entre las 33 y 34 semanas el médico indicará una tercera ecografía para dar seguimiento al crecimiento del bebé y analizar lo que se conoce como estática fetal, que no es más que la posición del feto. En algunos casos, esta prueba sirve para detectar malformaciones tardías que no se pudieron apreciar en las ecografías anteriores. Además, con esta ecografía el médico analiza la cantidad de líquido amniótico, el cual suele ser un indicador de bienestar fetal y revela si el bebé puede estar en riesgo.

Si todo marcha bien, con estas ecografías debe ser suficiente. No obstante, en algunos casos el médico puede solicitar pruebas diagnósticas adicionales, ya sea porque sospecha una malformación fetal o porque se trata de un embarazo de riesgo o una gestación múltiple. No cabe dudas de que estas pruebas adicionales se convierten en una fuente de preocupación para los padres, pero deben tener en cuenta que las ecografías son una herramienta positiva para velar por la salud de la madre y el bebé.