Salud

Maltrato infantil en niños con autismo: Sus consecuencias a largo plazo

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Maltrato en niños con autismo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

Los niños con autismo suelen ser blancos fáciles del maltrato infantil. Se estima que son maltratados o intimidados más a menudo que los niños con otras discapacidades o aquellos que no tienen una alteración del desarrollo. Según una encuesta realizada en Estados Unidos, entre el 44 y el 77% de los niños con autismo son acosados al menos una vez al mes.

Se trata de un problema frecuente que está relacionado con sus dificultades para comprender el mundo que les rodea y sus comportamientos poco comunes, lo que les convierten en el centro de burlas y agravios. Asimismo, sus problemas para comunicarse con las personas que les rodean allanan el camino a los maltratadores ya que saben que probablemente no les denunciarán.

A esto se le suma que los pequeños con autismo se enojan más ante una intimidación o burla que los otros niños, lo cual exacerba la intensidad y frecuencia de las agresiones, con los consecuentes efectos dañinos a largo plazo. Además, el hecho de que cuenten con pocos recursos psicológicos para enfrentar los problemas cotidianos los vuelve aún más vulnerables a sufrir los efectos negativos del maltrato infantil.

Las consecuencias del maltrato infantil en los niños con autismo

Las consecuencias del maltrato infantil van más allá del impacto a corto plazo que pueden tener los golpes, empujones e incluso las burlas. Por lo general, los pequeños que son víctimas del maltrato experimentan un marcado deterioro en sus relaciones sociales y su esfera de intereses, a la vez que se deteriora su autoestima y se sienten más inseguros y temerosos. Sin embargo, en el caso de los niños con autismo las consecuencias suelen ser mucho más intensas y duraderas debido a su gran vulnerabilidad y sensibilidad. Algunas de las consecuencias más comunes son:

1. Se acentúan las alteraciones emocionales

Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Luisiana encontró que los niños con autismo que son víctimas del maltrato infantil muestran tasas de ansiedad comórbida y otras alteraciones emocionales más altas que sus pares sin el trastorno. Esto se debe a que las dificultades que tienen los niños con autismo para gestionar sus emociones son un factor predisponente para el desarrollo de alteraciones emocionales más complejas, como la ansiedad, la depresión y la agresividad.

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2. Se exacerban las conductas disruptivas

Una investigación llevada a cabo en la Universidad de Estambul, en una clínica de autismo infantil en Turquía, analizó la conducta de un grupo de niños y jóvenes que habían sido víctimas de experiencias traumáticas significativas, desde violencia física hasta abuso sexual. Se descubrió que los niños que habían sido maltratados mostraban una mayor hiperactividad y conductas disruptivas más intensas, específicamente un aumento de sus movimientos estereotipados, en comparación con los niños que no habían sufrido dichos maltratos.

3. Se deteriora la comunicación

Un estudio publicado en la American Journal of Mental Deficiency analizó el impacto del maltrato infantil en un grupo de niños con autismo y sus efectos a largo plazo. Los resultados mostraron que los niños que habían sido víctimas de alguna forma de maltrato infantil presentaban un deterioro en su funcionamiento social, sobre todo mermaba su capacidad para comunicarse y expresar sus ideas de forma verbal y extraverbal.

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4. Se intensifica el aislamiento social

Una investigación realizada en la Universidad de California en conjunto con otras universidades estadounidenses encontró que tras haber vivido una experiencia traumática, los niños con autismo suelen encerrarse más en sí mismos y aislarse de su entorno, independientemente del grado de autismo e intensidad de los síntomas. Estos pequeños también se muestran más reacios a interactuar con otros niños y adultos, a la vez que reaccionan de forma más agresiva cuando se encuentran en un grupo.

5. Aparecen ideas suicidas

Un estudio japonés desveló que, si bien la depresión y las alteraciones del estado de ánimo son los precursores comórbidos más frecuentes en las ideas o intentos suicidas, convertirse en el centro de burlas o ser víctima del maltrato infantil aumenta tres veces las probabilidades de que un niño con autismo piense en el suicidio. Según estos investigadores, el acoso y los conflictos interpersonales fueron los principales factores desencadenantes de los intentos suicidas en los niños y jóvenes que participaron en el estudio.

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