Mi niño es cariñoso, sensible y le gusta dar afecto

Estamos en una sociedad donde aún se escucha decir a los niños cosas como: “Deja de llorar que los niños NO lloran”. Esta frase suele decirse señalando que los niños tienen que convertirse en adultos fuertes e ¿insensibles? Este es el gran error de la sociedad, intentar hacer que los niños repriman sus emociones, que no entiendan qué les ocurre cuando tienen emociones y sentimientos intensos y por tanto, que se conviertan en adultos incapaces de mantener un control sobre sí mismos. Esto conduce a hombres agresivos y llenos de ira.

Los niños desde que nacen solo buscan el afecto de sus padres, necesitan ser guiados para comprender sus emociones (y no ser reprimidos por tenerlas), les gusta ser cariñosos con las personas que tienen cerca y además, saben ser empáticos y asertivos si se les enseña a serlo. Por si fuera poco, un niño que tiene todas estas cualidades, si se trabaja la Inteligencia Emocional a lo largo de su desarrollo, tendrá más probabilidades de tener éxito en la vida.

Los hijos varones también son sensibles

Los hijos varones también son sensibles y debemos educarles en las emociones, para que aprendan a ser fuertes y resilientes… No solo a ser niños agresivos y que reprimen sus emociones. Es necesario que los padres sean conscientes de la importancia de desarrollar esta parte más sensible de sus hijos y que empleen tiempo diario para conseguirlo. La sensibilidad, la delicadeza o la ternura no solo tienen que estar vinculadas a las niñas o a las mujeres, los hombres también pueden serlo perfectamente, de hecho, son así si no se les cambia.

El sexismo puede ser un limitador social y de hecho, sigue siéndolo en muchos casos donde a las mujeres se les oprime, desprestigia y se les maltrata solo por el hecho de ser mujeres. Y lo peor es que los hombres aprenden a ‘ser’ agresivos y violentos porque parece que es la forma adecuada de actuar para ser respetados, ¡es temible!

La falta de habilidades emocionales y la importancia de tenerlas

Un niño que no aprende habilidades emocionales o comunicativas en su infancia tendrá problemas en su vida adulta. No sabrá comunicar sus necesidades emocionales y esto le llevará a tener problemas con sus familiares, relaciones sentimentales, amigos… No sabrá exteriorizar lo que le ocurre, no entenderá qué sentimientos recorren su cuerpo, no sabrá ponerles nombre y entonces, como ocurre con los niños pequeños, aflorarán sentimientos incontrolables, rabietas de adulto que acaban en estallidos graves de ira y agresividad.

Frases como: “Los niños no lloran”, “Reacciona”, “No seas débil”, “Pareces una niña”… Son frases que deben desaparecer de todas las familias con hijos varones puesto que son expresiones sexistas y además discriminatorias. A los niños les hace sentirse confundidos sobre “cómo deben ser” y les limitará emocionalmente teniendo graves consecuencias.

Un niño sin habilidades emocionales no sabrá tolerar la frustración, no aprenderá a gestionar emociones tan importantes y comunes como el enfado, el miedo, la tristeza… y lo mostrará siempre con agresividad y rechazo. Serán adultos infelices porque no sabrán gestionar sus propias emociones y lo peor, el día que tengan descendencia repetirán ese mismo patrón con sus hijos… Volviéndose un peligroso círculo vicioso para la sociedad en la que vivimos.

Todos los niños y niñas son amorosos desde que nacen, estamos programados de forma natural para conectar con otros, para entender las emociones y para que el vínculo que creamos con nuestros seres queridos sea fuerte. Como padres y madres es necesario trabajar con nosotros mismos las emociones para así, poder trabajarlas con nuestros hijos… tanto si son niños como niñas.