El Síndrome de Wendy: cómo cuidar a los demás sin descuidarte
Para muchas personas el Síndrome de Wendy ha quedado obsoleto y es algo que solo hacían nuestras madres o abuelas, pero la realidad es bien diferente. Hay muchas mujeres que sienten la necesidad de cuidar de los demás, ya sea la pareja, los hijos u otra persona. Estas mujeres anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias. ‘Amar demasiado’ puede ser contraproducente y además, puede ser un amor tóxico, querer a otro siempre debe estar equilibrado por el sentimiento que uno siente por sí mismo.
Aunque se quiera mucho a las personas, nunca se debe descuidar uno mismo. El Síndrome de Wendy no se diagnostica y no es un síndrome demasiado conocido por la población, pero tiene algunas características que si se cumplen, se necesitará tratamiento para poder equilibrar la vida de quien lo padece.
Cuidar a otros, ¿como prioridad?
Hay mujeres y algunos hombres que centran su existencia únicamente en el cuidado de los demás y esto, poco a poco irá minando a la persona, destruyéndola a ella y también la relación con el otro, porque se volverá una relación tóxica. Esta actitud puede hacer que la persona sienta un agotamiento físico y mental extremo, que la autoestima se vea afectada y que en poco tiempo, empiece el oscuro camino hacia la depresión.
Muchas mujeres piensan que su deber es cuidar de otros porque tradicionalmente es lo que le han enseñado o lo que ha aprendido a hacer en las generaciones pasadas. Al sentirlo así creen que no están haciendo nada malo y que realmente los demás las necesitan para poder existir. Empieza a haber un círculo vicioso de dependencia emocional a causa de la inseguridad y la baja autoestima. La persona afectada se sentirá mal pero no sabrá por qué. Pero la respuesta es sencilla: si das a otros, debes recibir lo mismo hacia ti. Y es en este punto donde siempre hay conflictos.
Características del Síndrome de Wendy
Las características del Síndrome de Wendy están muy claras y es necesario que todo el mundo los conozca para poder identificarlos a tiempo y buscar ayuda profesional si fuese necesario:
- Te sientes bien durante un tiempo porque crees que así es el amor aunque estás extremadamente cansada.
- Al principio no crees que sea importante que los demás se comporten contigo del mismo modo que tú con ellos.
- No quieres que los demás se molesten y crees que de esa manera se establece un equilibrio en el ambiente, sin importar cómo estás tú.
- Los demás comienzan a pensar que lo que haces es ‘normal’ y se vuelven exigentes e incluso tiranos contigo.
- Crees que así haces felices a los demás.
- Pones las necesidades de los demás por encima de las tuyas y sacrificas tus necesidades constantemente, aunque sean cosas importantes para ti.
- Tienes miedo de ser abandonada y de quedarte sola. Piensas que de esta manera es la forma que eres útil.
- Solo ayudando a los demás y sacrificándote a ti crees que eres realmente valiosa.
Te darás cuenta en un momento determinado cómo otras personas es posible que te estén manipulando o de que estás dando demasiado sin recibir nada a cambio. Esto te hará sentir frustrado y subestimado por los demás y será entonces cuando empiece a haber serios problemas de autoestima y frustración interna. Estos sentimientos si no se tratan y continúas del mismo modo sin poner remedio, pueden originar una depresión de muy difícil salida.
Comentarios