Las alergias primaverales en los niños

Las alergias primaverales se han convertido en un problema de salud cada vez más frecuente entre los niños. Solo en Estados Unidos, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas asegura que al menos el 40% de los niños padece rinitis alérgica. De hecho, esta cuestión comenzó a ser preocupante hace ya algunas décadas y en la actualidad, lejos de disminuir, los casos continúan aumentando, a razón de un 10% cada año.

¿Cómo se producen las alergias primaverales?

La alergia es una reacción del sistema inmunológico ante determinadas partículas que se encuentran en el medio ambiente. Nuestro organismo responde de manera exagerada ante estímulos prácticamente inofensivos, como puede ser el polvo, los cítricos o los ácaros. Además, existe un tipo específico de alergia que se desarrolla durante la primavera y que está relacionada con la inhalación de los alérgenos más comunes en esta época, como el polen.

Lo que sucede es que los alérgenos propios de la primavera se combinan con otras sustancias tóxicas del ambiente formando compuestos más complejos, contra los que reacciona el sistema inmunológico. De esta manera, cualquier sustancia que sea catalogada como extraña y peligrosa para el sistema inmunitario, es capaz de desencadenar una cadena de síntomas, con la intención de avisar y proteger al organismo de un posible riesgo.

Todo comienza con la liberación en el cuerpo de determinados compuestos químicos, como la histamina. El sistema inmunológico libera esta sustancia como una reacción ante el alérgeno y luego esta recorre todo el cuerpo, hasta llegar a los receptores específicos para la histamina. Una vez que los receptores captan la histamina, se desencadenan una serie de manifestaciones fisiológicas, propias de los cuadros de alergia.

Por supuesto, este problema puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más frecuente en los niños porque su sistema inmunológico está en pleno desarrollo y es más sensible.

Los signos que indican una alergia primaveral

Los signos de la alergia y su intensidad pueden variar de un niño a otro, en dependencia de cuán intensa sea la reacción de su sistema inmunológico, de la cantidad de alérgenos a los que su organismo haya sido expuesto y de la vulnerabilidad de sus órganos. No obstante, en sentido general, es común que la liberación de histamina provoque:

• Contracción de los bronquios.
• Aumento de la permeabilidad capilar.
• Dilatación de los vasos sanguíneos.
• Estimulación de las terminaciones nerviosas y aumento de la sensibilidad.
• Enrojecimiento e inflamación local en las áreas de introducción del alérgeno, fundamentalmente nariz y piel.
• Aumento de la secreción en las vías respiratorias.
• Congestión nasal y dificultades respiratorias.
• Molestias e irritación en los ojos, la nariz y la garganta.
• Estornudos frecuentes.
• Intenso picor cutáneo.

¿Cómo prevenir las alergias primaverales?

El tratamiento más utilizado para prevenir y controlar los síntomas de las alergias primaverales es la terapia farmacológica. De hecho, la mayoría de los alergistas recomiendan un tratamiento con descongestivos nasales, antihistamínicos y/o corticosteroides nasales. Sin embargo, también existen otras estrategias para prevenir las alergias primaverales en los niños:

1. Limpia el polvo de la casa con frecuencia, utilizando siempre un paño húmedo para evitar que se propague por la habitación.
2. Evita que las mascotas pasen mucho tiempo dentro de la casa.
3. Mantén cerradas las ventanas de la casa y del coche para evitar que entren los alérgenos.
4. Limita las actividades del niño al aire libre en el horario de la tarde ya que es el momento en que más alérgenos hay en el ambiente.
5. No seques la ropa al aire libre y, cuando la guardes, mantén cerrada la puerta del armario.
6. No utilices la aspiradora cuando el niño esté cerca.
7. Evita colocar flores frescas en casa.