Familia, Salud

Madres agotadas… Cuando la preocupación y el cansancio pueden contigo

Tu bienestar es fundamental por el bien de tu familia

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Madres agotadas
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

¿Alguna vez alguien te ha dicho que ser madre es fácil? Probablemente no. A ninguna madre se le pasaría por la cabeza decirte que ser madre es algo sencillo… A no ser que esa madre tenga ayuda constante cada día tanto en la crianza, como en las tareas del hogar, como en el trabajo… O en cualquier área de su vida. Pero ser madre no es fácil y menos si también eres una mujer trabajadora (dentro y/o fuera del hogar) y tienes responsabilidades a tus espaldas.

Quejas

Muchas personas dicen que a veces parece que las madres no paran de quejarse, como que no tienen otra cosa mejor que hacer que quejarse… Pero la realidad que estas quejas son sinónimo de cansancio, de que tienen muchas responsabilidades en sus espaldas y a veces, simplemente sienten que no pueden con todo. La única vía de escape es quejarse, pero no son quejas tóxicas, son quejas constructivas porque es la herramienta que tienen en muchas ocasiones para darse cuenta de que hay algo que tienen que cambiar.

Cuando las quejas se quedan en solo quejas, pueden alimentar un sentimiento negativo dentro de las madres que les hagan sentirse abandonadas emocionalmente o que toda su vida es un caos difícil de remediar. Por eso, es importante cambiar el tipo de quejas para que sean productivas, constructivas y te ayuden a lidiar con tu día a día. Para conseguirlo, siéntate con un papel y un lápiz. Haz dos columnas, en una pon tus quejas y en la de al lado qué puedes hacer para que eso de que te quejas tenga solución.

Todo el año cansadas

Sí, son muchas las madres que están todo el año cansadas y con preocupaciones constantes en sus cabezas. Son muchas las mujeres y madres que deben hacer malabarismos para poder tener una vida equilibrada donde trabajo y familia estén bien coordinados y además, para sacar tiempo para los hijos, la casa, el trabajo, la pareja, ellas mismas y otros quehaceres. Esto estresa a cualquiera. Muchas mujeres renuncian al tiempo para ellas para dedicarlo a otras cosas de su vida. 

Mujeres agotadas

Las largas jornadas laborales, salir corriendo del trabajo con el estrés para recoger a los niños (y por la mañana salir corriendo para llevarles al colegio y no llegar tarde a la oficina), hacer recados o la compra, limpiar la casa, cocinar, hacer los deberes por la tarde con los niños, llevarles a extraescolares, dividir las responsabilidades con la pareja en caso de que se tenga (si no se tiene, aún son más cargas en la espalda para las madres solteras, separadas o divorciadas), pasar tiempo de calidad con una misma, con la pareja o con las personas que se quiera, y por supuesto, tener tiempo con los hijos para pasarlo bien, ¡no todo van a ser normas y límites! Las preocupaciones constantes en la cabeza sobre la salud, la economía, todas las tareas pendientes que se deben realizar… Todo esto hace que una mujer y madre llegue al final del día exhausta.

Demasiadas cargas

Así que una mujer que se queja no lo hace por gusto, es porque tiene muchas responsabilidades que debe soportar cada día y que se van acumulando a medida que van pasando las semanas. Estas cargas generan adrenalina y estrés que a la larga puede hacer que una mujer se sienta mal, cansada, malhumorada… Un poco de estrés aumenta el rendimiento, pero estar sometida a demasiado estrés durante mucho tiempo al final pasa factura en la salud física y emocional de cualquiera.

Es necesario tener un cambio de chip. La época en que una mujer sacrificada y sufridora ‘es más mujer’ ha llegado a su fin. Ya no estamos en el siglo pasado. Hay que seguir luchando por la corresponsabilidad con la pareja, por poder tener tiempo de descanso para una misma y por no tener que sacrificar todo si no es lo que realmente se quiere. No somos mujeres todoterrenos y no tenemos que serlo, y menos si tenemos algún problema de salud física o emocional. Si haces todo por todos, nadie verá la necesidad de tener que ayudarte, si no pides ayuda cuando la necesitas, ¿cómo sabrán los demás que tienen que echarte una mano? No tienes que poder con todo, debes saber dónde están tus límites y buscar soluciones para sentirte bien tanto contigo misma como con el entorno que te rodea.

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