Educación

“Pórtate bien”, el impacto real de esta frase para los niños

Por qué no deberías decir a los niños “pórtate bien”

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Portate bien
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

La mayoría de los padres no puede resistir decir a sus hijos “pórtate bien” cuando los dejan solos en casa, los llevan al colegio o los dejan a cargo de algún familiar. Se trata de una frase sencilla y aparentemente inocente que encierra todos los consejos que solemos dar a los niños en una única acción, a la vez que funciona como una especie de advertencia o recordatorio sobre su conducta. Sin embargo, lo cierto es que está frase que utilizamos, a menudo de manera automática, en realidad resulta confusa para los niños y suele ir en contra de su naturaleza.

Decir “pórtate bien” no funciona para educar a los niños

¿Qué significa exactamente “portarse bien”? Para unos padres puede indicar hacer caso a los adultos en todo momento, para otros significa quedarse tranquilos sin armar mucho alboroto mientras que para otros se refiere a no levantar demasiado la voz y jugar con serenidad. Sin duda, los padres lo tienen muy claro, pero los niños no tanto. Para la mayoría de los pequeños la expresión “pórtate bien” resulta bastante confusa pues en realidad no saben lo que sus padres les están pidiendo. En esos casos, solo tienen dos salidas posibles: inhibir su conducta y quedarse muy tranquilos o pasar por alto la recomendación. Ninguna de las dos es positiva.

Obviar las orientaciones de los padres y hacer lo que quieran no es una buena idea ya que, a la larga, terminará afectando la comunicación y la relación entre padres e hijos, así como la autoridad parental. En cambio, si los niños intentan no jugar, conversar, hablar fuerte o alborotar un poco, estarán yendo contra su naturaleza, auto inhibiéndose. Sin duda, tampoco es una buena estrategia educativa ya que empezarán inhibiendo sus comportamientos y, más tarde, reprimirán sus emociones y sentimientos, convirtiéndose en personas cohibidas e incapaces de expresarse con naturalidad.

Además, es importante tener en cuenta que la mayoría de los niños no se “portan mal” porque quieren sino porque es su manera de aprender en este mundo. Los pequeños lloran y tienen rabietas porque es la forma que tienen de expresar su malestar. Se pelean a gritos con otros niños o adultos porque no cuentan con los recursos emocionales para solucionar sus conflictos de otra manera. Y, pueden causar desastres en casa cuando los dejamos solos porque es su forma de descubrir y experimentar el mundo que los rodea. Se trata de un comportamiento normal que no tiene una connotación negativa, al menos hasta que los adultos etiquetamos esas conductas como “malas”.

Obviamente, esto no significa que los niños deban hacer lo que quieren cuando quieran, sobre todo si afecta a otros pequeños o adultos a su alrededor. Sin embargo, no es algo que se les enseña o impone con una única frase, sino que es un proceso en el que poco a poco les vamos mostrando cómo deben comportarse en cada momento y cómo pueden regular su comportamiento para que puedan expresarse libremente sin afectar a los demás. Por tanto, la próxima vez que quieras decir a tus hijos “pórtate bien”, piénsalo dos veces y en su lugar, recurre a otras alternativas más efectivas para transmitirles lo que quieres decir.

¿Cómo decir a los niños que se porten bien de forma más efectiva?

Decir a los niños “pórtate bien” no es una buena solución para enseñarles cómo deben comportarse en los diferentes entornos en los que se desenvuelven. Existen otras maneras de decirles lo mismo, pero de una forma más efectiva. He aquí algunos consejos que pueden ayudarte en el día a día.

1. Sé más específico

En lugar de decir a los niños que se porten bien, sé más específico y di lo que esperas de ellos. Por ejemplo, en vez de decirles “pórtate bien en casa de tu abuela”, diles “hoy pasarás el día en casa de la abuela, espero que te diviertas jugando, pero no armes demasiado alboroto y habla en voz baja para que no molestes a tu abuela”. De esta manera, estás concretando lo que esperas de ellos y además, les estás enseñando cómo comportarte en cada momento y situación.

2. Adelántate al escenario

Muchos niños se “portan mal” porque no saben cómo reaccionar ante determinados escenarios. Para evitarlo, adelántate siempre a las circunstancias y cuéntales lo que les aguarda. Por ejemplo, puedes contarles “hoy te quedarás solo en casa porque necesito salir a hacer la compra, he dejado organizada toda la casa y he recogido tu habitación, por favor, si vas a jugar intenta hacerlo sin desorganizar demasiado tu cuarto y, cuando termines, vuelve a poner las cosas en su sitio”. De esta manera, los niños podrán hacerse una idea de lo que les espera y podrán prepararse mejor para ese momento.

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3. Explica siempre

Pedir a los niños que se comporten de una u otra manera sin ofrecerles una explicación no es educarles, sino instruirles. Si quieres educar en verdad a tus hijos y que aprendan cómo deben comportarse en los diferentes contextos, empieza por explicarles las razones. Por ejemplo, puedes decir “cuando estés en clase intenta no hablar con tus amigos hasta la hora del recreo para que puedas prestar atención a la profesora. Ten en cuenta que ella hace su mejor esfuerzo por enseñarte y que no atender a lo que dice no solo es una manera de desaprovechar todo el conocimiento que puede ofrecerte sino también, una forma de faltar el respeto a su tiempo y dedicación”. De esta manera, serán más conscientes de las implicaciones de su conducta y aprenderán cómo deben comportarse.

4. Ofrece soluciones

La mayoría de los niños no suelen contar con un gran arsenal de recursos emocionales para enfrentarse a situaciones nuevas o hacer frente a los conflictos. Por tanto, si les pides que no reaccionen de la única forma que saben, lo menos que puedes hacer es bríndales soluciones y herramientas para que sepan cómo comportarse. Puedes decir “hoy necesitaré que me acompañes al médico porque me encuentro mal. Allí no podrás hablar fuerte ni jugar como haces en casa. Te llevaré unos cuadernos de dibujo y unos lápices de colores para que puedas entretenerte tranquilamente. Cuando esté dentro, quédate sentado dibujando hasta que salga. Puede que tarde un poco, pero no pasa nada. Y, si quieres, cuando volvamos a casa podremos jugar a algo divertido”.

5. Recompensa su “buen comportamiento”

Para los niños “portarse bien” requiere a menudo un gran esfuerzo y sacrificio. Por tanto, si quieres potenciar su buena conducta, céntrate en recompensar su esfuerzo. Por ejemplo, si se han portado bien durante la cita con el médico, puedes recompensarles con un helado o jugando a algo divertido cuando regreséis a casa. O simplemente, puedes decir lo orgulloso que te sientes por su buen comportamiento. Por ejemplo, puedes comentarles, “me ha hecho muy feliz ver lo bien que te has comportado hoy en el médico. Gracias por tu comprensión y tu ayuda. Ahora, si te apetece podemos pasar a tomar un helado”.

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