5 técnicas de evocación para optimizar el aprendizaje infantil

La memoria desempeña un papel clave en el aprendizaje. Aunque es importante que los niños comprendan el contenido y entiendan su por qué, también es fundamental que sean capaces de retener determinados datos en su memoria, los cuales se convertirán en los “ladrillos” sobre los cuales seguirán construyendo conocimientos.

Sin embargo, a muchos niños y adolescentes les resulta aburrido leer y releer varias veces el libro de texto o los apuntes mientras se preparan para el examen. Como resultado, a menudo pierden la motivación y no logran recordar los contenidos. Por suerte, existen otras técnicas de estudio basadas en la evocación que son más eficaces puesto que permiten a los alumnos desempeñar un papel más activo en su aprendizaje mientras consolidan los contenidos.

¿Qué es la evocación en el proceso de aprendizaje?

La memoria es un proceso cognitivo mediante el cual el cerebro codifica, almacena y recupera la información. Durante la fase de codificación, la información se registra en la memoria, es cuando un estudiante escucha al profesor en clase o lee por primera vez un contenido.

En la fase de almacenamiento se procesa la información, generalmente buscando conexiones con el conocimiento existente. En algunos casos, ese proceso se realiza de manera muy pasiva, como cuando los estudiantes se limitan a releer un temario. De hecho, aunque es cierto que cuando más se lea una información más probable es que se grabe en la memoria, eso no es garantía de que podamos recordarla.

Posteriormente, en la fase de recuperación accedemos a la información almacenada. La evocación es precisamente el proceso de recuperar la información almacenada en la memoria a largo plazo, haciéndola consciente. Por tanto, se trata de un componente clave en el proceso de aprendizaje que ayuda a los estudiantes a utilizar los contenidos aprendidos con anterioridad para comprender la información nueva y/o resolver problemas.

Por desgracia, muchas de las prácticas estudiantiles se limitan a los procesos de codificación y consolidación, abordando de manera muy superficial la evocación. De hecho, quedarse en blanco ante un examen no significa que ese alumno haya olvidado la información, sino que no es capaz de recuperarla sin pistas.

La evocación se puede producir de forma espontánea, pero también puede ser provocada mediante estímulos o tareas específicas, como una pregunta o un simple recordatorio. En el contexto del aprendizaje, la evocación sirve para reforzar las conexiones neuronales que se encuentran en la base de la memoria a largo plazo, lo que significa que nos ayuda a mejorar la retención del contenido. Por esa razón, practicar la evocación activa mejora la capacidad para memorizar y utilizar la información aprendida.

¿Qué técnicas de evocación pueden usar los niños?

Existen diferentes técnicas de evocación que pueden facilitar el aprendizaje, potenciar la memoria y lograr que el estudio sea menos aburrido:

Recuperación activa

Esta técnica de evocación consiste en recordar el contenido relevante sin la ayuda de las notas o los libros de texto. Es muy útil para reforzar las conexiones neuronales necesarias para consolidar el contenido en la memoria a largo plazo. De hecho, es una estrategia eficaz para reforzar la memoria y comprobar lo que se sabe.

Los niños o adolescentes pueden practicar la recuperación activa planteándose preguntas sobre el contenido que intentan aprender para responderlas sin mirar los apuntes. También pueden hacer resúmenes del contenido y luego intentar recordarlos sin mirarlos.

Prueba práctica o elaboración

Esta técnica de evocación tiene un elevado componente práctico ya que consiste en buscar la manera de aplicar la información aprendida resolviendo preguntas o problemas relacionados. De esta forma se refuerza la memoria mediante el aprendizaje significativo ya que el niño o adolescente logra conferirle un sentido a la información.

Para aplicar esta técnica, en vez de limitarse a leer el contenido, los niños o adolescentes deben resolver ejercicios prácticos y/o problemas reales. También es de gran ayuda reelaborar la información vinculándola a otras ideas o conceptos mediante la creación de mapas mentales o diagramas que permitan visualizar esas conexiones.

Espaciado

Esta técnica consiste en distribuir el estudio y la práctica a lo largo del tiempo, en vez de intentar aprenderlo todo de una sola vez. Es útil porque evita la frustración que suelen generar las largas horas de estudio, así como el cansancio y el estrés, factores que disminuyen la capacidad de aprendizaje.

En este caso, el niño o adolescente debe dedicar varios días al estudio, en lugar de concentrar todo el contenido en unas pocas sesiones. Tendrá que hacer pausas regulares para permitir que el contenido se consolide y repasarlo mentalmente al día siguiente. De esta manera podrá determinar la información que se ha consolidado en su memoria y aquella que debe repasar, evitando al mismo tiempo la interferencia de las ideas similares.

Recuperación frecuente

Esta técnica de evocación es útil para reforzar el aprendizaje en contextos en los que el niño o adolescente se siente más relajado, de manera que se suele utilizar fuera de casa o en situaciones que no están vinculadas directamente al estudio.

Por ejemplo, los padres pueden ayudar a sus hijos a repasar los contenidos haciéndoles preguntas mientras están preparando la cena o dando un paseo. De esta forma los ayudan a recuperar y consolidar la información aprendida en otro momento, evitando el olvido que se produce con el paso del tiempo.

Enseñar a otros

La enseñanza es una de las estrategias más eficaces para reforzar el conocimiento y potenciar su retención. Para enseñar a otros, es necesario organizar la información de una manera lógica y coherente, lo que contribuye a reforzar las conexiones neuronales que se encuentran en la memoria a largo plazo.

Por tanto, los niños o adolescentes pueden practicar esta técnica de evocación explicándole a sus padres lo que han aprendido. También pueden realizar una presentación en su grupo de estudio, para ayudar a otros estudiantes a comprender el contenido o participar en las discusiones sobre el tema.

Con estas técnicas de estudio tus hijos practicarán la evocación y podrán descubrir qué es lo que saben y qué contenidos necesitan repasar. Por tanto, cuando llegue el día del examen estarán más preparados y les resultará mucho más fácil recuperar lo aprendido.