Educación, Salud

Actividades para trabajar con un niño con autismo

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Actividades para niños con autismo
Jennifer Delgado

Jennifer DelgadoEducadora, psicóloga y psicopedagoga

El autismo es un trastorno del desarrollo que provoca una alteración en la capacidad para comunicarse e interactuar con los demás, a la vez que restringe los intereses y las actividades. Este trastorno no tiene cura, al menos hasta el momento, pero sus síntomas pueden mejorar con el paso de los años.

De hecho, mientras más temprano comience el tratamiento, mejor suele ser el pronóstico a largo plazo. Es por esto que los especialistas recomiendan realizar una serie de actividades y/o juegos educativos dirigidos a que los niños con autismo desarrollen sus habilidades y destrezas, así como a mejorar su capacidad para comunicarse, en especial con sus padres.

3 juegos y ejercicios para ayudar a un niño con autismo

1. Jugar con las letras

Una gran parte de los niños con autismo tiene dificultades en el lenguaje. A menudo, desarrollan un vocabulario pobre y estructuras gramaticales incorrectas que les impide comunicarse con facilidad. Asimismo, tienen problemas para comprender el lenguaje de los demás por lo que son incapaces de entender preguntas, instrucciones y bromas simples. Por eso, es importante familiarizarlos con las letras y las palabras. Una buena estrategia para lograrlo es mediante juegos y actividades que incluyan las letras.

Por ejemplo, puedes recortar algunas letras de cartón y colocarlas dentro de un calcetín grande. A la misma vez, pon delante del niño una cartulina con las letras que escondiste. El juego consistirá en que el pequeño encuentre, dentro del calcetín, las letras que están en la cartulina, para hacer que coincidan. Cada vez que encuentre una letra puedes pronunciarla y motivarlo a que repita el sonido.

También puedes entregarle una letra e incentivarlo a que la busque por toda la casa, como si fuera un tesoro escondido. El niño se divertirá mucho y, a la misma vez, aprenderá a identificar las letras.

Actividades para niños autistas

2. Jugar con números

Muchos niños con autismo experimentan una gran fascinación por los números, a pesar que a menudo son incapaces de comprender la lógica de los cálculos. Aún así, les encanta alinear o jugar siempre con la misma cantidad de objetos. Puedes aprovechar ese interés a tu favor para estimular sus habilidades numéricas.

Busca diferentes tipos de objetos y ten a mano algunas cajas donde puedas guardarlos. Por ejemplo, puedes encontrar algunos lápices, botones, pelotas o incluso calcetines y varias cajas acorde a estos tamaños. Cuando tengas todo, siéntate a jugar con el niño y pídele que ponga en cada caja un número determinado de objetos dependiendo de su forma, color o clase.

También puedes aprovechar la hora de la cena o la merienda para contar cuántas galletas ha comido o cuántos cereales le añade a la leche. Y mientras le bañas, puedes cantarle canciones relacionadas con los números.

3. Haz que te escuche y comprenda

Uno de los mayores problemas de un niño con autismo es su dificultad para comunicarse con los demás. De hecho, la mayoría suelen hacer caso omiso de las conversaciones, las instrucciones o las preguntas, ya sea porque no comprenden o porque no les interesa. Sin embargo, esta es una de las esferas que más atención demanda ya que de ella dependerá, en gran medida, el grado de autonomía e independencia que se alcance en la edad adulta.

El primer paso consiste en llamar la atención del niño antes de hablar. ya sea tocándole el hombro o llamándolo por su nombre. El objetivo es que el niño se acostumbre a prestar atención cada vez que se le habla, así aumentan las probabilidades de que pueda comprender al menos una parte del mensaje. También es importante hablar claro, despacio y haciendo pausas. Por ejemplo, en vez de decirle: “Toma la cuchara y comete la sopa”; puedes decir: “Toma la cuchara” y cuando lo haya hecho: “Come la sopa”.

El segundo paso es repetir las frases varias veces, hasta que te cerciores de que el niño las ha comprendido. Es conveniente que seas redundante o que parafrasees, así aumentan las probabilidades de que el pequeño te entienda. Otro truco consiste en hablarle de temas que despierten su interés, como lo que está haciendo en ese momento o lo que va a hacer dentro de un rato. De esta manera se sentirá más motivado a escuchar lo que dices y poco a poco se irá adaptando a mantener una conversación.

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