Familia

Este no es el cuerpo del que te enamoraste

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Este no es el cuerpo del que te enamoraste
Mª José Roldán

Mª José RoldánMaestra y Psicopedagoga

No todas las madres cuando tienen a sus hijos pueden tener tiempo suficiente para dedicarse al cuidado de su cuerpo. Ni tienen entrenadores personales, ni médicos especializados, ni personas que puedan dedicarse a sus hijos para que ellas puedan sacar un ratito para el deporte y el cuidado de su físico, puesto que a veces, no todo es dieta. Por eso, la realidad de muchas mujeres no es la que se ve en la pantalla, de las famosas que después de tener hijos se ven espectaculares, o de mujeres de a pie normales pero con tiempo (y/o dinero) para cuidarse físicamente. No, esa no es la realidad de muchas mujeres que son madres.

El sacrificio del cuerpo

Cuando una mujer se queda embarazada sabe que su cuerpo cambiará drásticamente. Es posible que tenga una piel más elástica y que igual que se estira para agrandar el vientre y que el bebé quepa y se desarrolle dentro del útero, cuando nazca y pase un tiempo, el vientre pueda volver a ser más o menos el mismo. Pero también hay otras mujeres que no tienen esa suerte, que tienen una piel poco elástica y que cuando la naturaleza sigue su curso y estira la piel, ésta se rompe y salen estrías que nunca se marcharán (aunque se hidrate la piel los 9 meses…).

E incluso, después de haber nacido el o los bebés, el vientre no queda firme ni con la misma forma que antes, puede parece un vientre con poca forma y normalmente parece que hasta cuelgue un poco. No es agradable, pero para muchas mujeres es inevitable. Ser madre es que el cuerpo cambie y que nos salgamos de los patrones de belleza físicos de nuestra sociedad. 

mensaje marido mujer madre

Este cuerpo no es del que te enamoraste

Muchas mujeres, después de ser madres empiezan a tener complejos sobre su cuerpo, no quieren que sus parejas las vean desnudas y las relaciones sexuales mejor con ropa o con la luz apagada. Laura Mazza, es una madre de dos niños que tiene un blog y que en su Facebook compartió un mensaje de aceptación a través de una conversación que tuvo con su marido. Ella, estaba destrozada diciéndole que su cuerpo ya no era el de antes, que no era el cuerpo del que él se había enamorado años atrás… Pero su marido, le dio no solo la mejor respuesta, sino la respuesta más real que se pueda dar a una mujer que ha sacrificado su cuerpo por crear vida.

El mensaje dice así:

‘Este no es el cuerpo del que te enamoraste’ Le dije. El cuerpo del que te enamoraste estaba tonificado, tenía músculos, no había estrías en mi vientre, ninguna en mis pechos, ni había separación muscular.

El cuerpo del que te enamoraste podía meterse en jeans ajustados, podía entrar en una tienda y comprar cualquier tamaño sabiendo que me vendría bien. Este cuerpo ahora no puede comprar en esas tiendas, y en su mayoría usa leggings. Tu cuerpo se mantuvo igual, pero el mío cambió en todos los sentidos. No es justo…

Me paré delante de él, exhausta y rota, las lágrimas se dejaron caer en mis ojos, ‘este no es el cuerpo del que te enamoraste’ entonces él dijo: ‘Tienes razón. No es el cuerpo del que me enamoré. En cambio, es un cuerpo que ha permitido crecer a nuestros hijos, que les ha alimentado, que les ha consolado… que les ha dado la vida. Me enamoro de tu cuerpo cada día. No sabía lo que era el amor hasta que vi este cuerpo y me di cuenta de todo lo que podía hacer, así que gracias.’

No te avergüences de lo que tienes, o como se ve tu cuerpo de mamá, hay mucho tiempo para no comer tartas en el futuro, por ahora, disfruta de los momentos que tienes, y disfruta del hecho de que has logrado algo que vale la pena cada marca y cada estría. Si necesitabas un recordatorio, esto es todo, este cuerpo que tienes ahora, que vale por todo el amor y más.

La aceptación

El cuerpo de una mujer cambia durante el embarazo y la mujer experimenta una gran transformación tanto física como emocionalmente. El cuerpo de la mujer después del nacimiento de sus pequeños ya no será el mismo de antes: estrías, kilos de más, pechos caídos, barrigas sin forma… La belleza no está en el físico únicamente, está en cómo tú te aceptas, en cómo te valoras y agradeces que la naturaleza te ha permitido crear vida, que tu cuerpo es mucho más que un cuerpo y que gracias a todas esas marcas, tus hijos están a tu lado hoy y te dicen, ‘te quiero, mamá’. No hay dinero en el mundo ni cuerpo perfecto que pueda pagar eso.

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